Un año más el BIME se sigue afianzando como uno de los festivales más completos del panorama nacional, no sólo a nivel de calidad musical, sino como encuentro con la industria, emplazamiento donde presentar las promesas y grupos afianzados así como un festival que respalda a sus asistentes con una amplia gama de comodidades y ventajas de las que carecen otros festivales medianos.
A todo ello hay que sumarle estar en Barakaldo y poderte acercar al centro de Bilbao para degustar su propuesta gastronómica y su mítico poteo, un perfecto calentamiento para llegar a disfrutar de los directos sobremanera. Y decimos disfrutar porque ver a escasos metros a artistas de la talla de Royal Blood, The Prodigy o Metronomy era posible, porque la gente iba a disfrutar de la música y el respeto era una máxima, porque se ha convertido en nuestro festival de medio formato indispensable ni más ni menos.
En su nueva edición el BEC de Barakaldo reunió en la V edición del ya indispensable festival de invierno a más de 23000 personas, repartiéndose entre 8000 durante la primera jornada y más de 15000 en su jornada más bailonga del sábado.
Viernes 27 de noviembre : “Shoegaze como forma de vida”.
Meute llegaban al recinto con su particular pasacalles, para posteriormente actuar ante los más tempraneros que se acurrucaban en el recinto para iniciar el bailotéo desde primera hora. Los alemanes son un sinónimo de fiesta, una inyección necesaria para aguantar ante la primera jornada.
“Hey Mr FerryMan” es el décimo álbum como solista de Mark Eitzel, y el primero que entrega en tres años, con él venía al BIME, para desglosarnos ese cancionero que está en el cabecero de cama de los oprimidos, un directo calmado con dosis de melancolía que dió bastante bajón a más de uno y que emocionó a otros cuantos (nos incluímos).
El primer bombazo de la noche vino de la mano de los británicos Royal Blood, guitarra y batería, y unas coristas ¿por qué no? para animar el cotarro con un volumen bestial. Rock puro, hit tras hit, temazos que escalan y corren por las venas. Disco nuevo bajo el brazo y de nuevo un directazo como el que ya ofertaran en el BBK Live. “How Diw We Get So Dark?” era el protagonista, y cómo sonaban en el recinto esos zarpazos directos a la sien como el que da título al álbum, ‘Where Are You Now?’, ‘Lights Out’,’You Can Be So Cruel’ o el ya clásico ‘Figure It Out’. Dos discos y ya son banda de estadio, cuidado lo que pueden crecer estos muchachos que podrían dar nombre a eso de Guitar Hero.
Ride venían con “Weather Diaries” recientito, los ingleses sin duda dieron el directo por excelencia del festival. Una lección de shoegaze y de neo-psicodelia, una maestría que los de Andy Bell desplegaron ante un público escaso de primeras, que fue tomando color poco a poco. ‘Charm Assault’, ‘Lannoy Point’, ‘Cali’, ‘All i Want’, todos incluídos en su nuevo trabajo, sonaron increíblemente perfectos. Un set que sorprendió y en el que nos espetaron temas de la talla de ‘Seagull’, ‘Twisterella’, ‘Leave Them All Behind’, ‘Ox4’ y ‘Vapour Trail’, vamos un arsenal para fans. Damos fé que los que andábamos en primeras filas botando pudimos gozar como en mucho tiempo no lo hacíamos.
Tras este estado de éxtasis nos dirigimos a pegarnos unos bailes con Metronomy, con quienes nos reconciliamos tras su último directo en el difunto SOS 4.8. “Summer 08” es el disco que Joseph quisiera haber facturado en su momento, un nuevo ejercicio en el que dan otro lavado de cara a sus composiciones y se mueven a caballo entre los sintes repletos de acid-house, el alt-pop y el dance gamberro. Así sonó su directo, gamberro, directo, confiado, nos ganaron por completo. Bailotéos sin parar, sintetizadores de fiesta y magia al introducirnos de nuevo en sus discos anteriores. ‘Back Together’, ‘Old Skool’, ‘Miami Logic’ son algunos de los temas más recientes de la banda y que en su puesta en escena no dejan a nadie parado, eso es así. Pero si a ello le sumas el subidón que dan temas como ‘The Look’, ‘Corinne’ o ‘Love Letter’ no puedes hacer otra cosa que amarles. Grandioso momento en directo el que vive ahora mismo Metronomy.
Si empiezas a darle a la zapatilla no te queda otra que continuar hasta la muerte, en nuestro caso nos dejamos mecer por los ritmos electrónicas de Orbital. Puesta en escena de infarto, luces que nos mecieron en sus ritmos, poseyéndonos haciéndonos creer a cada uno un rey de la pista. El dúo no falló y desde su particular nave especial dejaba caer bombazos como ‘Copenhagen’ o ‘Satan’, el mismísimo rey del averno habría salido a danzar con ellos, eso dadlo por hecho.
La jornada del viernes acababa de nuevo con unos viejos conocidos, Kiasmos, Arnalds y Rasmussen se han convertido en un must festivalero. Un directo onírico, una atmósfera embriagadora y unos ritmos que nos dan el subidón necesario aún estando reventados. No hay que dudar, la respuesta es danzar.
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