Resumen: Un grupo de asaltantes ha tomado un vagón del metro de Nueva York cargado de rehenes. Mientras la policía acude a la llamada, un trabajador del metro contacta con los criminales con la esperanza de conocer sus intenciones y ayudar a los secuestrados. El vínculo que establece con el cabecilla del grupo le convertirá en una pieza clave de la negociación.
Crítica: Como Tony Scott es siempre una gran incógnita, uno entra en el cine con la incertidumbre de qué se va a encontrar esta vez en pantalla. El exceso parece acompañar siempre a este director, y por eso los primeros cinco minutos de Pelham son de auténtico pavor. Ese montaje acelerado al más puro estilo CSI: Miami (la peor versión de la franquicia, dicho sea de paso), no anticipan nada bueno. Pero por fortuna con el avance del metraje Tony se calma y deja que la trama fluya apareciendo puntualmente, eso sí, para recordarnos que es un cineasta muy apegado a su estilo. Washington y Travolta, en el famoso duelo entre el hombre corriente y las circunstancias extraordinarias, cargan dignamente con el peso de la película en un thriller blando pero fácil de digerir que si bien no conquista ni deja huella, sí que cumple con su misión de entretener. Una de esas películas estivales que sin ser dañina, podría haber pasado desapercibida de haber sido ignorados los nombres que aparecen en su cartel.
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A mi me gusto, pues una pelicula dominguera con sus clásicos chicles. lo que si no me gusto es que no ofreciera un final interesante. realmente me parecio muy tonto. Ya que no hubo sorpresa al final, todo termino como en un principio no esperas q termine…Por cierto la escena despues de denzel iendo a casa me parecio muy estupido….