En los últimos meses, las calles de Madrid han cambiado indignados por peregrinos, han pasado las elecciones municipales y hasta han adelantado las próximas elecciones generales, pero de momento, nada ha cambiado y seguimos teniendo una clase política que cada día nos deja más perplejos con sus ocurrencias.
Pero como debemos reírnos de todo para poder soportarlo y además hacerlo más evidente y hasta ser más conscientes de ello, desde el 19 de agosto y hasta el 11 de septiembre, la compañía CriaCuervos pone en marcha la tercera temporada de “Pacto de Estado” en el Teatro Triángulo de Madrid, una gran sátira política, genialmente protagonizada por Felipe Andrés, Rocío Vidal y Daniel Diosdado y brillantemente dirigida por Pilar G. Almansa.
“España, 2032 d.C.: Pepe Luis sigue en La Moncloa, tras las sucesivas muertes accidentales de todos los secretarios generales de su partido. La oposición tuvo durante años un líder obsesionado con convocar elecciones anticipadas, que obviamente no despertó la confianza de los ciudadanos. Y ahora, la niña de Rajoy desempeña las funciones de bulldog de los populares en el hemiciclo aunque secretamente esté enamorada de Pepe Luis.”
Un buen juego de luces, dos divanes y unas cortinas metálicas, delimitan los espacios donde dos políticos de diferente partido pero con demasiados aspectos en común deliran sobre sus inseguridades, sus miedos y sus proyectos. Entretanto, un cardenal, Monseñor Cloa, juega a dos bandas con todas las papeletas que puede para su propio interés (nada más lejos de la realidad).
Después de 7 legislaturas seguidas, Pepe Luis no puede más y decide proponerle a la niña de Rajoy un pacto de estado: que ocupe su puesto en La Moncloa, sin elecciones ni nada. Un pacto que no llega a producidrse porque los políticos no consiguen ponerse de acuerdo, como suele ser habitual.
Pacto de Estado es una de esas obras que te hacen reír a la vez que reflexionar, sobre el papel que jugamos en nuestras vidas, y cómo permitimos que todo continúe igual sin movernos ni un centímetro de nuestra postura de comodidad absoluta y desencanto creciente (paradoja existencial donde las haya).
Recomendable por el texto, por las increibles actuaciones de sus tres protagonistas y por la extrema actualidad de los hechos (está casi narrada en vivo y en directo).
