28 marzo 2024

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Quemar después de Leer (Burn After Reading), de los hermanos Coen

No soy demasiado fan ni de los Coen, desde mi punto de vista les gusta demasiado el colorante rojo en sus películas, ni de Brad Pitt, aunque he de reconocer que esta ganando mucho como actor en los últimos años, sin embargo en esta ocasión no me queda otra que rectificar mi opinión generalizada. La película me gusto, no para tirar cohetes, porque hace mucho que no tiro cohetes en el cine, pero tiene algo que la hace especialmente diferente. Seguramente es, que en muchos casos no te esperas por donde va a ir y de hecho, el final, ni te lo imaginas… o por lo menos yo no me lo imaginaba, y eso para mi es un avance.

En “Quemar después de leer” los Coen, con para mi claras referencias al teatro del absurdo o siendo mucho menos serios, a la guerra de Gila, donde los cañones no tenían agujero, presentan una historia que no tiene ni pies, ni cabeza… que gira alrededor de personajes entupidos, de tramas surrealistas y de casualidades fatales e imposibles. Donde un plantel de actores que simplemente están geniales, destaco a Pitt, porque sería imposible que realizara mejor trabajo como comediante ni en un millón de años, deciden reírse de sí mismos, del servicio de inteligencia de su país y de lo entupido que es el ser humano a veces. Seguramente ellos se rieron más haciendo la película que el público viéndola, pero bueno… nadie es perfecto.

La premisa, Osborne Cox (el siempre inquietante John Malkovich), un excéntrico analista de la CIA es despedido de su trabajo por tener problemas con el alcohol. Su mujer Katie (Tilda Swinton), una mujer fría y calculadora, no le soporta y decide pedir el divorcio en secreto para dejarle sin nada. Antes, hace una copia de las memorias que está escribiendo, por si la sirven de algo, mientras se acuesta con Harry Pfarrer (George Clooney, riéndose de nuevo de George Clooney), un agente federal casado, adicto a acostarse con mujeres que no son la suya, que conoce a través de Internet

En la otra punta de la ciudad, Linda Litzke (Frances McDormand), empleada de Hardbodies Fitness Centres quiere reconstruirse entera a través de la cirugía estética, pero su seguro médico no se lo permite. Entra de esta manera en una tónica autodestructiva que la hace increíblemente infeliz. Sin embargo, su suerte cambia, o eso cree ella, cuando en el gimnasio aparece una copia de las memorias de Cox. Ella y Chad (Bradd Pitt en technicolor), un amigo que también trabaja en el gimnasio, deciden hacer de buenos samaritanos y “chantajear” a Cox para devolverle sus memorias, que creen importantes documentos secretos, y así sacar el dinero que Linda necesita para la cirugía.

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Y si todo esto no fuera ya suficiente, por mitad de la película más o menos, Linda y Harry se conocen gracias a una cita concertada en la red. Desde ese momento los acontecimientos fortuitos van llevando a los personajes a un caos sin vuelta atrás, que determinará sus destinos. La CIA lo observará todo desde un segundo plano, sin poder imaginar hacia donde se dirigen los acontecimientos.

La película, un poco lenta al principio, tarda en coger ritmo, seguramente porque tampoco tiene un ritmo determinado. Es absurda, de momentos cómicos totales pasa a dramáticos, con extra de ketchup, que ni te podías imaginar 10 minutos atrás. Para ser una comedia hilarante le falta gracia, para ser un drama, le faltan ganas. He leído por ahí que es una película escrita al servicio de los actores y es cierto, pero acaso ¿no es así siempre que intentas describir el absurdo? Una historia de estas características no se sostendría si no fuera porque sus actores le dan cara y sentimientos, aunque en este caso no muy buenos sentimientos. Menos a uno o dos, les acabas odiando a todos.

Así que bueno, la película como película normalita, para mi tiene su gracia, esta por encima de la media. Pero de hecho si no te gusta el humor absurdo lo más probable es que la detestes, pero los actores están geniales y hay puntos muy buenos.

Y si me pongo a destacar algo, sin lugar a dudas, la escena final.

Para resumir, yo iba con dos personas al cine, a una le encantó y otra la detesta. Yo como soy muy ecuánime me siento como con Amelie, me gusta, pero no me parece la madre de todas las comedias. Ni lo mejor, ni lo peor de los Coen, para pasar un buen rato y echarse unas risas, con crítica a la idiotez humana incluida.

Según están las cosas, no está mal.

por Cristina de los Ríos

1 comentario en «Crítica: Quemar después de Leer»

  1. Pues a mi me parece de lo mejorcito de los Coen. Yo aconsejaría al que le gusten los Coen que no deje de ver esta peli, y si no tiene opinión sobre ellos, que la vea para se ria un buen rato. Efectivamente, el humor es absurdo, de ese del de Gila, pero muy bien hecho, como lo saben hacer los Coen, que a veces resulta muy exagerado, pero a veces resulta hasta creible, lo que hace la peli diferente y hace que la critica a los servicios de inteligencia, y a la estupidez humana, sea aún mejor.

    Y sí, Brad Pitt está genial en ese papel de idiota que hace, pero no es que me sorprenda, porque no es mal actor aunque algunos piensen que es simplemente un guaperas. Creo que Gorge Clooney tambien pertenece al grupo de actores guaperas que sí que actuan bien, y lo demuestra.

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