20 abril 2024

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Parecía mentira, pero, por desgracia, el festival llegaba a su fin el domingo 25 de Julio… Parecía como si durante los últimos días hubiésemos sido trasladados a una dimensión desconocida en la que el único objetivo del día era ver conciertos y disfrutar del ambiente donostiarra… pero ya sabéis que todo inicio tiene un final y, aunque con sabor agridulce, la 44 edición del Heineken Jazzaldia nos regaló una última jornada de lo más contrastada.

A las 1830h pudimos acudir al Auditorio Kursaal al concierto del mítico James Taylor, sesentón cantautor folkie con reminiscencias de cowboy americano que tuvo su momento de fama en la década de los 70s. Parecía mentira, pero el auditorio se llenó al completo, gradas y palcos incluídos para ver a un abuelo pasado que dio un concierto cursi a más no poder que más parecía su disco de gratest hits que otra cosa… Nada de jazz, ni siquiera de rock, ni una sola improvisacion siquiera… sólo pop edulcorado y baladas cowboy  que cansaron hasta la saciedad sacando de contexto por completo a los asistentes al Jazzaldia. Era cutre hasta el recargado escenario. Nota: 4

Tras un par de pintxos y zuritos para quitarnos el mal sabor de boca fuimos expectantes al último concierto del 44 Heineken Jazzaldia. Se trataba de la esperadísima actuación del trío estadounidense The Bad Plus en la sesión de media noche del Teatro Victoria Eugenia, sesión a la cual no acudió demasiado público, quizá porque fuese el último concierto, un domingo, o las doce de la noche… Sea como fuere, los valientes pudimos asistir al genial concierto de los más malos.

A pesar de que esta vez no acudiesen en formato trío como nos tienen acostumbrados, tras los tres primeros temas totalmente instrumentales y de composición propia se les unió la extraña Wendy Lewis, voz presente en su último disco, estos virtuosos del jazz contemporáneo con fortísimas cargas rítmicas de la mano del baterista que hasta a veces está más presente en las melodías que sus compañeros nos presentaron casi al completo el tracklist de su último disco For All I Care, compuesto por temas oscuros, tenebrosos y deprimentes gracias a Wendy que, como si de una Tom Waits femenina se tratase, desgarraba con su triste voz cada nota que salía de su voz convirtiendo algunos de los temas en los idóneos para cometer suicidio (nótese que estos calificativos son positivos, dentro de lo que cabe). El novedoso directo de The Bad Plus con Wendy no tuvo por desgracia demasiadas versiones de clásicos del rock, sello propio, aunque se atrevieron con una deprimente versión del alegre tema ‘Blue Velvet’ que desencadenó en una fantástica improvisación colectiva con toques de post-rock incluso, así como el conocido ‘How Deep is your love’ de los Bee Gees (que en los 90s popularizó de nuevo Take That) otorgándole, de nuevo, un toque tétrico y depresivo. La tónica general del concierto fue la citada, con interesantes experimentos de la batería utilizando objetos punzantes, llaves y juguetes de niños que en momentos creaban un ambiente realmente horripilante. Sin duda un concierto de calidad abrumadora que muchos jazzeros se perdieron. Nota: 9