Había ganas. Muchas ganas. Desde su lanzamiento en septiembre de 2017, la gira de ‘Antigua y Barbuda’ (Sony Music,2018), no había recorrido ninguna de las salas de la capital. Apariciones fugaces en fiestas de barrios o en el Mad Cool, nos habían dado pistas de por dónde podían ir los tiros. Por este motivo, la cita de este pasado jueves en la Sala La Riviera era muy especial. Y ellos lo sabían.
Serios, concentrados, con la mente puesta en no cometer errores y sin dirigir una palabra al público. Tras la banda sonora de Twin Peaks, preludio de la aparición de los artistas sobre el escenario, sonaron los primeros acordes de ‘Golpe en la pequeña china’, una de las canciones de su reciente EP titulado ‘Máquina’. ‘Escupe fuego’, ‘Mezcalito’, ‘Mañana’, ‘Galicia Calidade’ o ‘Qué será de mí’ fueron los entrantes calientes que entonaron a la banda y le quitaron esa coraza de timidez inicial. Y con los nervios olvidados, fue cuando Ángel y su banda entonaron las primeras palabras agradeciendo el haber ‘petado’ o ‘colmado’ esta sala La Riviera.
Avanzaba el concierto y con ello, la confianza sobre el escenario. Juan Izquierdo, del grupo vallisoletano ‘Levitants’, hizo su aparición para acompañar una impresionante ‘Casa Dios’. Dentro de las novedades que nos encontrábamos en su repertorio, una de las canciones que más nos gustó como suena en directo por su fuerza y ritmo fue ‘Salvad a las ballenas’ de su nuevo EP.
Pasada la mitad del concierto, Stanich fue Stanich y comenzaron las exquisitas bizarradas que tan bien les funcionan y tanto nos gustan a nosotros. Y el nivel fue alto. Muy alto, diría yo. ‘El 7 de septiembre’ de Mecano fue la canción elegida para versionarla, de una manera brillante por parte de la banda.
Ya teníamos a Stanich en sus salsa, la versión hecha… ¿Qué nos faltaba? ¡Si! Las colaboraciones. Y ahí, fue cuando apareció Iván Ferreiro para interpretar de una manera muy ‘Pimpinelesca’ la exótica y divertida ‘Hulla Hulla’. Y de postre, para cerrar esta primera parte del concierto, la canción más incendiaria e irónica de todo su repertorio, ‘Señor Tosco’.
Tras un bis y como no hay dos sin tres, le tocaba el turno de pasar por el escenario a Abraham Boba para interpretar ‘Un día épico’. Sin duda, el buen rollito entre artistas invitados y banda es evidente por las caricias y bailes que en todo momento se profesaron sobre el escenario.
Pero sin duda, uno de los momentos más especiales de la noche lo vivimos cuando, fuera de guion, Ángel decidió cantar una de sus canciones más pantanosas y sentidas, ‘El outsider’. Canción que dio paso a ‘Carbura!’, otra de las de lágrima fácil y que simboliza la joya de la corona de todo su repertorio.
Pero los conciertos de Ángel y la Stanich band, tiene una nota muy característica. Su final. Un final que pasa de los 120 km/h y se salta todos los controles de velocidad. Y eso es debido a los caballos de una ‘Metralleta Joe’ feroz, y el turbo de ‘Mátame camión’ con la que Ángel entra en estado de éxtasis para fundirse con un público entregado.
Y de esta manera, se cerraba un concierto sobresaliente de un Ángel Stanich al que se le ve muy en forma y con un directo sin fisuras.
¡Larga vida al ermitaño!
