– BUCKCHERRY:
La enorme pedregada que inundaba las calles de Barcelona justo antes de adentrarnos en la sala Razz era una premonición de que las cosas no iban a salir tal y como esperábamos. Primero porqué Buffalo Summer se cayeron del cartel a última hora, lo que suponía que alguna de las dos bandas debía de ocupar su puesto para la apertura del show. Y la elección no fue la más acertada por parte de los programadores ya que decidieron poner primero a Buckcherry. Otro problema fue hacerlos empezar con puntualidad británica a las 8 de la tarde, hora inicialmente señalada para la apertura de las puertas y posteriormente modificada como hora de arranque para del show de los teloneros ausentes.
El resultado fue que una banda del calibre y proyección de los Buckcherry empezara su actuación a una hora apta para los europeos del norte pero para nada apropiada para las tierras que visitaban.
Afortunadamente uno es previsor y fue al concierto con gran antelación, causándome un mal menor, ya que únicamente me perdí la apertura de los californianos con su hit “Lick It Up”, que ya viene siendo habitual para sus comienzos por aquello de quitarse el sambenito del one-hit wonders.
Lo cierto es que lo que vi a continuación fue un portento de rock electrizante, dominio y energía encima de las tablas, todo apoyado por un repertorio cada vez mas consolidado. Hablo de auténticos himnos como la melódica “Everything”, la pegadiza “All Night Long” o la tierna balada “Sorry”, argumentos por si solos para poder tocar en recintos con más capacidad. De hecho es lo que hacen en Estados Unidos, dónde su popularidad hace justicia a su propuesta.
También cayeron otros temazos tocados con fervor como fueron “Porno Star”, la acedecera (acdc) “Ridin’ ” y la reciente “Gluttony”, single de su último y reciente trabajo “Confessions” (2013).
Con Josh Todd y su carismático torso tatuado ejerciendo de perfecto front-man, saltando y bailando toda la actuación, el resto de la banda lucía muy compacta inclusive el advenedizo (desde 2005) Stevie Decanay con su look a lo “piratas del Caribe”. Guitarrazos desenfrenados, solos de batería, trallazos sonoros del bajo, el público entregado, los estribillos soeces… A la fin rock’ n roll en estado puro.
Y para el final “For The Movies” y “Crazy Bitch” (con sus aires bailables funkys), antes de volver con su personal adaptación de la mediatizada “I Love It” de los Icona Pop rebautizada como “Say Fuck It”.
Con ello, la banda acababa de poner patas arriba la sala y rubricaba un maravilloso (y demasiado corto) espectáculo rock’ n roll merecedor de un mejor marco horario.
– SKID ROW:
Tras semejante “coitus interruptus” y con el público calentito, los Skid Row entraron ante un público lleno de camisetas de los Guns’ n Roses y sediento de nostalgia de los noventa, no sin antes sonar por megafonía a modo de presentación “ Blitzkrieg Bop” de los Ramones.
Aunque el sonido no acaba de cuadrar, y los tipos han perdido la frescura de antaño, las guitarras de Dave Sabo y Scott Hill y el bajo del bajo Richard Bolan (quien luce un gorro de lana) suenan contundentes, mientras Johny Sollinger aparece vestido a lo Axl Rose y hace lo que puede con el micro . Siendo justos, está claro que no es ni será nunca Sebastian Bach, pero su voz da el pego para perdurar la nostalgia de los de New Jersey. Además se valoran sus esfuerzos por caer bien cuando afirmó con ahínco que adoraba Barcelona y España.
Para el repertorio los Skid nadaron entre el material clásico como “18 and Life”, “Monkey Bussiness”, “I Remember You o la imprescindible “In A Darkened Room”; lo mas reciente con “Thrick Is The Skin” o “Kings Of Demolition” y las versiones de “Psyco Therapy” (Ramones) y “Surrender” (Cheap Trick).
Luego vendrían a modo de cierre “Slave To The Grind” y “Youth Gone Wild”, temas de más de veinte años que rememoran unos días en que la banda se codeaba con los G’ N R, Bon Jovi y Metallica.
