16 abril 2024

Los chicos de Cut Copy ofrecieron el pasado martes 22 en la Sala Heineken de Madrid una pequeña dosis afterwork de antídoto contra la que está cayendo, dentro del ciclo de conciertos Heineken Music Selector de la capital. El espectáculo de sintetizadores, percusiones electrificadas y melodías optimistas de los australianos fue la mejor manera de olvidarse de los tiempos que corren, al menos durante la hora y algo que duró el concierto.

Si bien la impresión general de Zonoscope (2011), su último y recién editado disco, es la de una cierta simplificación con respecto al aclamado In Ghost Colours (2008) -en una apuesta por una deliberada simplificación en las bases y, si se quiere, cierta ingenuidad melódica-, la frescura de los temas sí establece una continuidad con el disco que los dio a conocer. La mezcla de bases mediante sintetizadores con los ritmos tribales –houseros en ocasiones- sólo se interrumpía para dar paso a melodías y acompañamientos corales como en Blink And You´ll Miss a Revolution o Pharaohs & Pyramids.

No obstante abrieron con temas de In Ghost Colours en su mayoría, como el enigmático Visions, el colorismo de Nobody Lost, Nobody Found y el interpoliano So Haunted, para ir animando poco a poco a la sala con trabajos del nuevo disco como Corner Of The Sky -de lo mejor de Zonoscope junto con Need You Know– o la explosión de júbilo de Take Me Over, definitivamente efectista pero que expresa perfectamente lo que quieren expresar estos chicos a través del sonido que proponen.

El repaso a alguno de sus hits como Lights & Music o Hearts On Fire se dejó por el camino el gran Feel The Love, lo cual algunos no perdonarán, si bien incluso recuperaron el tema Saturdays de su primer disco Bright Like Neon Love (2004).

Como guinda se dejaron para el bis el ya mencionado Need You Now, con una estructura progresiva perfectamente llevada en un tempo que desemboca en explosión optimista bien conducida hasta el final por los coros, cuya acogida entre los fans de la banda australiana ha sido total a tenor del acompañamiento de los asistentes. Un público que se resistía a abandonar la sala y sumergirse de nuevo en la desazonadora realidad.

Fotos por cortesía de Heineken Pro