20 abril 2024

Emotiva, cómica, erizante, fabulosa, … podrían ser parte de los adjetivos que sirven para categorizar la noche de sábado vivida en el Café España. Pero si se ha de destacar alguno por encima del resto, debería ser el que hace referencia al increible lleno que se vivió en la sala, catalogado de hecho histórico por los mas viejos del lugar.

No sabría decir si fueron las palpitantes letras de sus canciones, o sus pegadizos acordes de guitarra, o quizá  esa dualidad que tan bien sabe representar sobre el escenario  convirtiendo su actuación en una notable tragicomedia lo que provocó que los más de doscientos asistentes al espectáculo tuvieran durante casi dos horas el corazón en vilo.

Con escasos quince minutos de retraso y en medio del caos de sillas y asientos, Alberto Orihuela en nombre de Cuadrilatero cultural, nos presentó por segunda vez este año al artista de raíces palestinas, Marwan.  Sorprendido  al ver a tanta gente, este madrileño no dejó de mostrar sus dotes de nobleza y sinceridad  dando las gracias en todo momento a la gente congregada para verle. Luces tenues, silencio sepulcral, acordes suaves y voz clara y fuerte eran los claros signos del incio del recital de versos hechos canciones con el que Marwan en compañía de Marino, su violinista fiel, nos iban a deleitar.

Marwan regresaba a Valladolid ocho meses más tarde para presentarnos su nuevo trabajo Las cosas que no pude responder (2011) editado hace escasas tres semanas. Un álbum que sigue la tendencia sentimental de sus predecesores pero que a parte de hablar del desamor, nos evoca a la pérdida de la inocencia y el paso hacia la madurez. Muestra de ello, fueron las tres primeras canciones de la noche, ‘Para Siempre’ ‘Sueños sencillos’ y ‘Mi columpio’.

Marwan es uno de esos cantautores modernos, que sabe sacar el máximo rendimiento a la mezcla de frío – calor de sus actuaciones a base de descargas a partes iguales de dosis de buen humor  con sus monólogos de anécdotas y chistes mezlcados con sus historias de desencuentros con el amor.

Retomando el hilo del concierto, Marwan recordaba sus éxitos anteriores procedentes de su anterior álbum Trapecista (2008) arrancando así los primeros coros de la noche.  ‘Palabra por palabra’ y ‘Adolescente’ sirvieron para dar paso al momento más emotivo de la velada cuando entonó las primeras frases de la canción que pone título a su disco, ‘Las cosas que no pude responder’.

Tras ‘La dictadura de la primavera’ y la ranchera mejicana ‘ Hablemos de mi’ Marwan protagonizó el momento literario de la noche. Dejando a un lado su guitarra, mostró su cara más polifacética dando a conocer trozos de su corazón hechos poemas. ‘La triste historia de tu cuerpo sobre el mio’ (Origami 2011) es el primer libro de Marwan  y del que extrajo los dos poemas que leyó dejando al público sedado y boquiabierto ante la tremenda sinceridad que transmitían. Acto seguido, se enfundó de nuevo su amada guitarra  para tocar su canción más preciada, ‘Ángeles’. El único ‘pero’ de la actuación fue los pequeños problemas con el sonido que sufrió durante todo el concierto y que se agrandaron al inicio de esta canción por culpa del acople del sonido. Pero fuera de convertirse en un problema, Marwan y Marino se arrimaron al público para deleitarle con un momento íntimo cantando con la única ayuda de sus instrumentos y la voz enlazando el final de este tema con el inicio de otro de sus hits, ‘Mi paracaidas’. Ante el inminente final de la actuación, Marwan aprovechó para  dejarnos un par de recomendaciones sobre el amor. Primero eligió la forma poética a través de los versos del libro ‘El amor dura tres años’ de Frederic Beigbeder utilizando posteriormente una de sus canciones más animadas ‘El chandal’ que hizo las delicias del público asistente cantando cada estrofa. De esta manera llegamos al final de su intervención sobre el escenario a ritmo de ‘Canción de autoayuda’ donde el artista aprovechó para retirarse unos minutos teniendo que regresar acaloradamente tras recibir los incesantes gritos de un público rendido a sus pies.

En el momento de los bises, la gente pudo disfrutar de temas como ‘Meninos da rua’, ‘Te podría decir’ y ‘Marcas’ llegando así a la última canción del concierto. Como si se tratara de un torero que acaba de rematar la faena de la temporada, Marwan se trasladó hacia el centro del ruedo para recibir el calor del respetable y llegar a los que por espacio y tiempo no pudieron verle en las primeras filas asi que allí, en mitad de la sala subidos en dos sillas, Marino y el protagonista agradeciero la maravillosa velada vivida y  dieron ritmo a sus respectivos instrumentos para tocar la última canción, ‘Quince minutos’.

Enérgico, entregado, cercano, sencillo y dicharachero, este madrileño dejó a todos los presentes más que satisfechos  dejando una reflexión en el aire tras ver el éxito de convocatoria  recibido llegando a poner el cartel de ‘Sold out’ en la noche vallisoletana. ¿Puede ser éste un punto de inflexión para que la gente de Valladolid se suba al carro de la prolífera oferta musical más alternativa de su ciudad?

1 comentario en «Crónica del concierto de MARWAN en el Café España de Valladolid- Noviembre 2011»

  1. He visto a Marwan en directo muchísimas veces, y creo que ha sido su mejor concierto en solitario (aquella fiesta con Luis Ramiro en Joy Eslava no es comparable). Con las virtudes de siempre, pero más maduro y llevando muy bien el ritmo del concierto, que en otras ocasiones era más desigual.

    Un diez para él (y para la crónica, entregada pero muy acertada 🙂 ).

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