23 abril 2024

Con un discazo bajo el brazo como lo es Tramp (Jagjaguwar – 2012), ¿sería posible hacer un mal concierto?. La respuesta es que por supuesto que sí, no sería la primera vez, aunque habría que currárselo mucho. Por mi parte ya había comprobado como sonaban Sharon y sus compañeros en directo en el pasado Primavera Sound, y no me esperaba menos en un concierto al uso en un teatro como el Lara.

La de Brooklyn ofreció un set vertebrado casi en su totalidad por su último disco. Esa afirmación ya debería dar una idea del resultado final. Grandes cimas y suaves valles plagaron la hora y cuarto que duró el concierto aproximadamente. Comenzó desde abajo, desde la quietud del empezar del All I Can, soltando suavemente versos sobre delicados acordes y notas de piano. La épica rodeó el escenario a medida que avanzaban los minutos, multiplicando varias veces la sensación que consigue en la grabación, aún sin tener los trombones que acompañan a esta última. Una entrada en calor a la fuerza, seguida por el principio de Tramp, Warsaw y sus duros acordes el la Jaguar de Sharon, para continuar con una de las cúspides de Epic (Ba Da Bing Records – 2010), su anterior disco.

La parte central del concierto se alternó entre los intentos de Sharon de comunicarse en español (buenos intentos que hacen gracia, pero casi mejor cuando acababa hablando en inglés) y temas mucho más calmados que con los que comenzó. Piezas delicadas como el cristal como Leonard o Kevin’s, socarronas como Magic Chords e hipnóticas como Give Out nos llevaron en un manto de terciopelo formado por su fantástica voz del que solo nos levantamos cuando sonó Peace Sign, que al instante nos hizo golpear el suelo con los pies siguiendo su ritmo trotón. Y esa es otra. Su voz. La tía lo clava. Demuestra garganta en cada tema. Aunque no podría lucirse igual si no estuviera acompañada de unos artistas magníficos. Doug, tocas la guitarra y el bajo como dios. Y Kevin, da tanto gusto verte tocar la batería como ver la cara de felicidad que pones.

Ya las horas que eran y la tranquilidad que desprendían, la verdad es que la modorra tiene que aparecer. Pero entonces apareció Serpents, el tema más llamativo de Tramp, para despertarnos de una bofetada que recibimos con muchísimo gusto. Solo faltaba rubricar un gran final, y éste llegó con una I’m Wrong superestirada con distorsión a raudales, incluido Doug tocando la guitarra con un arco de violín. Gloria bendita de final, al que no había hecho falta el bis con Love More, aunque se agradece.

Para acabar, no puedo hacer más que felicitar a SON Estrella Galicia por traérnoslos. Esperemos que todo su ciclo otoñal tenga el mismo resultado.