29 marzo 2024

The BrewLa Sala Bikini se volvió a llenar, el pasado jueves 1 de marzo, de aficionados al rock psicodélico. ¿La razón? The Brew volvía a pasar por la ciudad a dar un ejemplo de rock añejo y sobre todo muy inglés.

The Brew tienen un esquema claro y bien montado. La fórmula es bien sencilla: mucha cara en el escenario, buenas dosis de virtuosismo y sobre todo ganas de pasarlo bien. No se saltaron ningún paso de su guión: Un inicio rompedor, repaso de temas antiguos y algunos de los nuevos, como Every Gig Has A Neighbour o la que da título a su nuevo álbum, The Third Floor. Pasaron por la parte álgida del concierto, con ese momento de psicodelia absoluta en la que el guitarrista y cantante, Jason Barwick, aprovecha para lucirse. Dejaron para la ronda final la ya mítica A Million Dead Stars junto con el solo de batería de Kurtis Smith, sello de la casa.

¿Y todo esto significa que es más de lo mismo? Yo diría que no. Sí, The Brew explotan la receta que mejor les funciona, pero lo hacen porque les queda muy bien. A esto hay que sumar que han sumado más potencia en el escenario, junto con algo más de caos que da más diversión si cabe. Tienen más presencia y lo hacen mejor. Incluso el solo de batería destacó por su calidad y rabia desatada.

The Brew demostraron en hora y media que pueden hacer un concierto de rock setentero con altas dosis de buen humor y con calidad. No sé cuanto tiempo les durará esta forma de hacer las cosas, pero de momento, cumplen de sobra. Eso sí, los que esperen ver algo nuevo, puede que se lleven una decepción.

Por supuesto, The Brew no fueron los únicos que animaron la noche. Los teloneros, Delta Power Trio consiguieron quedar con el listón bien alto. El trío catalán dio una lección de Blues electrificado. Tocaron tanto versiones como temas propios en catalán, muy bien llevados. Todas las canciones seguían el mismo esquema en la que el guitarrista se lucía con algún solo potente. Por destacar algún tema, la versión final de Got My Mojo Working de Muddy Waters en tono redneck sorprendió e hizo bailar a más de uno.

Fue una buena noche para disfrutar del rock, tanto en su vertiente del blues, como en la rama más psicodélica. No lo vamos a negar.

Las fotos que ilustran esta crónica son de Fran Cea de cuando el grupo pasó por Valladolid el pasado 2011