20 abril 2024

Night_Beats_1Una mezcla de psicodélica, garaje y la distorsión de los setenta. Así se presentan Night Beats, banda que el sábado, 8 de octubre, llevó todas esas etiquetas a la sala Moby Dick, en Madrid, después de haber pasado el viernes por la Sala Rocksound, en Barcelona. Trajeron también su tercer trabajo de estudio, “Who Sold My Generation”.

Solo Astra cumplieron en el papel de teloneros. Canarios con centro de operaciones en Madrid, defendieron su álbum debut, “Exofase”. Una guitarra enfundada en tela de peluche azul cielo, otra reparada con cinta americana y las chaquetas de los chavales de “Stranger Things”. Envoltorio de distorsiones y temas psicotrópicos.

Night_Beats_2Los nudillos tatuados de Lee Blackwell, vocalista y guitarra de Night Beats, son los primeros en ocupar su posición. Una mata de pelo rubio tapa la cara del batería, James Traeger. Uniformado de un negro solo roto por dos pulseras de plata con piedras turquesas, tira la cazadora de cuero al suelo antes de sentarse. Entre los botones y ojales de la camisa de cowboy del bajista, Jakob Bowden, asoman líneas tatuadas, como las que contarían casi una semana en la cárcel.

Night_Beats_3“Hola. ¿Qué tal estáis?”, pregunta Blackwell. No esperan a recibir una respuesta. Lo que sí oyen es un “fuck de police” al que reaccionan levantando el dedo corazón unas cuantas veces. Valga decir que “No Cops” es el cuarto tema de “Who Sold My Generation”.

Sudan y empapan la madera y sus botas. Todo es más húmedo y resbalan gotas por el cuello de los tercios.

Night_Beats_4En prácticamente la única pausa que hacen, preguntan cómo se dice “fuck” en castellano. Insisten en seguir traduciendo palabras malsonantes, e intentan repetir los sonidos que les llegan, mientras el resto aplaude sus balbuceos.

El batería se pone de pie y se quita un pelo de la lengua, haciéndolo tan pornográfico como puede. Las baquetas parecen estar en negativo cuando vuelve a usarlas, con un halo rojo y azul. Igual que cuando agitas un lapicero sujetándolo por el centro.

Night_Beats_5“Uno, dos, tres, cuatro”. Tiemblan las paredes y se van cayendo las cervezas y los vasos con hielo apoyados en el borde de la tarima. El cantante mueve los talones con ‘Right/Wrong’ y ‘Bad Love’. Atronan. El sonido va de lo eléctrico a lo nasal. Los golpes no dan tregua a la batería y Blackwell se entretiene enrollando la toalla con la que se ha estado secando la cara para amenazar al público y a los miembros de su banda. Cuando se decide a parar, Traeger está sangrando por la parte exterior de las manos y las levanta arrogante.

Night_Beats_6Se van al camerino y un par de minutos después intentan echar la puerta abajo para volver. Tardamos más de lo normal en darnos cuenta de que está cerrada. Llega la ayuda y salen. Dos de tres fumando. Traeger toca con el cigarro apoyado en la comisura izquierda, inclinando la cabeza hacia atrás. No usa las manos y escupe lo que ya casi es colilla. Vuelve a escupir cuando se levanta. Hacia arriba y no marchándose demasiado rápido.

Los de Seattle se despiden bajando las escaleras que acaban en la pista, dando la mano a los que estiran la suya pero llevándose las púas que les piden.

Fuera, los que han ido saliendo comprueban daños y surcos en las axilas. Me alegra no ser la única que necesita una ducha.

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