El sábado 29 de abril Tailor for Penguins llevaron su primer trabajo, “When We Were Older”, a conocer Madrid. Las presentaciones se hicieron en la sala Costello Club, y como invitados especiales tuvieron a SeñorNadye.
Un tigre en el amplificador recibe a la banda. Le corresponden con ‘Wild Flowers’ y saludan cuando ya han pasado un par de minutos, admitiendo lo contentos que están de estar. Con ‘Man on Wire’ aseguran que no tenemos que preocuparnos por ellos, y sonríen. Que lo tienen todo controlado.
Ricardo Zuccarelli, vocalista, agarra el micrófono y sin separarlo del pie lo inclina de atrás adelante con ‘Translation’. Apoya en él la nariz hasta dejarla respingona.
Avisan que van a enseñar cosas del segundo disco. Cumplen con un par de temas, que llevan hasta el borde de las tablas y bailan doblando las rodillas.
“Ahora vamos con algo conocido. No es nuestro”. Se refieren al ‘Crazy’ de Gnarls Barkley, y tienen claro que no son los únicos que van a agitar la cabeza. Zuccarelli hace girar sobre sí mismo el micrófono, sujetándolo por el cable, para devolverlo después a su sitio y saltar sin deshacerse de la guitarra. Acaba el corte y un “qué calor” llega desde el final de la sala.
“En ésta podéis daros calor”, insiste. Habla de ‘Occasional Passengers’ y pide amablemente: “si podéis, venid más cerca del escenario”. Todos obedecemos. Canta “let’s take a ride together” y estamos en una carretera de costa con las ventanillas bajadas. Las cosquillas que hacen en la parte trasera de las orejas los mechones más cortos. La luz al pasar por la persiana y posarse en la pared.
‘Crash’ mantiene el tono y lo sube de nivel ‘Violet’. Verbena de verano en un anuncio de cerveza. Sonrisas y palmas coordinadas.
Es el turno de las caras B y los descartes del álbum. De la electricidad. Se acercan bajo y guitarra, se encogen.
Golpes de baqueta para anunciar la traca final. Se vacían con ‘Let’s Keep Walkin (On)’, enseñando una versión más metálica y enérgica. Queda claro por qué dicen que les gusta tocarla en directo. Explican más tarde que es ahora o nunca, y se les nota.
Zuccarelli da golpecitos al costado de su guitarra en ‘Brush’, con la púa entre los dientes. Estamos mucho más sudados y más contentos que hace un rato. Se van y el “otra” no se hace esperar.
Ellos tampoco. “Vaya bolazo”, gritan desde el centro del público. “Un aplauso para la chica esa, por favor”, responden. Le damos también la razón.
Comentan que ‘Revolving Around’ es su canción favorita de “When We Were Older”. Un chico finge tocar la batería con las manos y el estómago. El cantante hace que la gente se agache con él, y le allanan el camino para que baje y poder rodearle. Cuando vuelve a estar unos cincuenta centímetro más alto que el resto, dan las gracias y se despiden.
Suena el ‘You Never Can Tell’ de Chuck Berry.
