29 marzo 2024

Sonorama

Tercer día de Sonorama. El camino hacia la Plaza del Trigo parece sacado de una canción de Stanich: sol, polvo, y un montón de personajes variopintos, muchos de ellos con caras de cansancio, vagando en busca de su chamán particular. Como si la vida los hubiese tratado mal. El maltrato que dan dos días continuos de música casi ininterrumpida y excesos varios.

Igloo no son precisamente nuevos en esto. No se trata de una banda de músicos recién horneados, sino que llevan ya varios discos de pop-rock independiente y guitarrero a sus espaldas. Los gallegos realizaron un concierto vivo y animado, con un emotivo recuerdo a las víctimas del accidente de Santiango, y también dejaron espacio al buen humor, con la aparición de un “tiburón” sobre el escenario para bailar sus temas.

A los que ya conocemos y seguimos de cerca la carrera de Ángel Stanich, desde sus inicios en Open Mic Pucela, no nos sorprende lo más mínimo que se haya convertido en una especie de next big thing del urderground patrio. Quizás sorprende por lo atípico de su propuesta (olvídense de canciones pop comerciales: esto es otra cosa), pero por no la calidad de su repertorio y, sobre todo, por su gran personalidad. Así es. Ángel Stanich, acompañado por un combo (como a él le gusta decir) de lujo formado por Javier Vielba, Guille Aragón y Álex Izquierdo (todos ellos ahora mismo en Arizona Baby, aparte de otros muchos proyectos), realizó un concierto soberbio, que cumplió con creces con la expectativas que se habían puesto sobre él. Así, sonaron piezas como “La noche del coyote”, “Camino ácido” o “El Outsider”. Viajes imbuidos en peyote, polvo en las zapatillas, y mucho desamor y soledad en esos recorridos característicos de paisajes desérticos americanos. Las finales “Jesús Levitante” y, especialmente, la hímnica “Metralleta Joe” hicieron cómplices al público de su peculiar viaje, un viaje que terminó con “My Wild Love” de The Doors de fondo. Un viaje que no ha hecho más que comenzar. ¿Escenario Principal? Pues llegará, sin duda, pero Stanich se disfruta mucho más en las distancias cortas.

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El último concierto del año en la Plaza del Trigo lo protagonizaron Izal, probablemente la banda con mayor crecimiento en el último año en lo que a pop-rock en castellano se refiere. Mikel y su banda, que ya actuaron el miércoles  a modo de sorpresa, han experimentado un año de consagración, de gritos de “escenario principal”. Se trata de una banda que llega, sus letras son cantadas por la inmensa mayoría de personas en las primeras filas (y más atrás). Y es que el magnetismo que se crea con temas como “Magia y efectos especiales” o “Qué bien” es grande. Estaremos atentos a sus próximos pasos, ya que publican disco en breve.

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Lo impentestivo de las horas a las que tocaban (y el calor que hacía) nos hicieron perdernos a dos bandas a las que teníamos muchas ganas, como son McEnroe y Stay. Por ello, nuestra entrada en el recinto coincidió con el inicio de Havalina, probablemente la propuesta más dura de todo el festival. Cabezalí y compañía tienen en su ADN musical la combinación de los muros de distorsión y paisajes hipnóticos, y así lo hicieron en canciones como “Antártida” o “Desierto”. El único “pero” del concierto fue el inesperado corte en “Incursiones”, el tema que finalizaba el show, pero al parecer los límites temporales establecidos por los organizadores son inquebrantables, y actúan en consecuencia. Una lástima, pero al menos pudimos disfrutar del tema sonando por monitores.

Jacobo R. - Havalina 003

El año pasado se presentó por sorpresa en la Plaza Del Trigo y este año, tal y como prometió, pudimos disfrutar de Xoel López en el escenario principal. Xoel es un músico inquieto, en constante búsqueda de nuevos horizontes, algo que se plasma perfectamente en la disolución de Deluxe y la edición de Atlántico, un disco que narra sus experiencias por el continente americano. Por ello, el concierto que ofreció en Sonorama desprendió aires latinos, algo de jazz etc., y mucho de ese Xoel que sigue siendo uno de los mejores escritores de canciones de este país. Su panamericanismo es palpable en canciones como “El hombre de ninguna parte, “Tierra” o “La gran montaña”, pero tampoco se olvidó de Deluxe y sus aires más pop en canciones como “El Amor no es lo que piensas”. A destacar la excelente banda que le acompañaba, quienes consiguieron en todo momento mantener un gran nivel de energía sobre el escenario, a pesar del intimismo de su último trabajo.

Quizás era demasiado pronto para una “Noche de setas” o una “Rave de Dios”, así que el concierto de los sevillanos Pony Bravo lo vivimos de una manera relajada, desde la distancia, guardando fuerza para lo que vendría después. Aún así, pudimos disfrutar de la esencia psicodélica y, por momentos, esquizofrénica que fluyen por sus composiciones.

Jacobo R. - Standstill 002

Los catalanes Standstill apuestan claramente por una propuesta híbrida, audiovisual, y por ello venían a presentar Cénit, el espectáculo que han creado alrededor de las canciones de su último trabajo, Dentro de la Luz. Se trata de un trabajo oscuro, complejo, que no he podido interiorizar aún como sí hice con otras obras anteriores, pero aún así canciones como “Adiós, madre, cuídate” o “Tocar el cielo” adquieren nuevos e  interesantes matices. Montefusco, Falkner y cía siguen siendo una apisonadora encima del escenario, y cuando a lo audiovisual y a la fuerza que desprenden le añades auténticas obras de arte como “¿Por qué me llamas a estas horas” o “Feliz en tu día”, ponen el listón muy muy alto. A pesar de mi escepticismo inicial por el nuevo disco, en mi libreta de “deberes” me traje apuntada su escucha calmada y detenida.

 The New Raemon, flanqueado por los sevillanos Maga, realizó un concierto con sabor a despedida, pues el bueno de Ramón Rodríguez ya ha avisado que al terminar esta gira parará de tocar en directo de manera indefinida. Una pena, pues considero que es músico que tiene muchísimo que ofrecer, desde que estaba en Madee ha venido publicando discos de indudable calidad y variedad estilística. En Sonorama pudimos ver a un Ramón tranquilo, con unos compañeros de lujo, y sonaron “Risas enlatadas”, “La cafetera”, “Diecinueve” o ese corte de aires atemporales creado por Nueva Vulcano denominado “Te debo un baile”. Te tomamos la palabra, Ramón, y ya bailaremos a tu vuelta.

Y llegó el plato fuerte de la noche: Supersubmarina. Los andaluces han experimentado una progresión en clara línea ascendente, y fruto de ello es que en apenas tres años han pasado de ser una banda semidesconocida que actuaba en la Plaza del Trigo a encabezar el festival y lograr una de las mayores concurrencias de las tres noches. Supersubmarina se mostraron humildes (un grupo de chavales que está aprendiendo) y muy agradecidos al festival. Y aunque para el que escribe no le despiertan demasiadas pasiones, es innegable que canciones como “Electroviral”, “Santa Cruz” o su homónimo himno “Supersumarina” generan pasión e identificación entre el público. Por algo será.

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L.A. son pura clase. Si cierras los ojos y te olvidas de hojas promocionales, wikipedias y demás, parece que estás escuchando a una banda consagrada de rock americano, directamente venida del mid-west. Aunque vengan de algo más cerquita (Mallorca). Están en un estado de forma increíble, la voz de Luis Alberto es, con mucha diferencia, la mejor que pasó por el festival en sus tres días de celebración. Y encima va sobrado. Con semejante arma y con un ejército como que el venía flanqueándole, atacaron canciones de sus últimos trabajos, tales como “Dualize”, “Stop the clocks” o la coreada “Hands”. Me faltaba el bourbon y las botas, pero no era plan de llegar a Aranda de esa guisa en pleno mes de agosto. Suena a tópico, pero cotas más altas esperarían a L.A. si hubieran nacido en el sur de USA en vez de en la soleada Mallorca. Magistrales

Jacobo R. - L.A. 002

Para terminar las actuaciones, los cántabros Estereotypo nos hicieron bailar y vaciar las pocas fuerzas que aún nos quedaban. En su último trabajo han apostado claramente por una línea directa e inmediata, y eso es algo que se traslada inevitablemente al directo. Desde la más antigua “Pleasure” a cortes más recientes como “Everybody’s singning”, pasando por su cover de “Love Me Do”, nos hicieron bailar de lo lindo, sin descanso, insuflándonos esa energía que el desgaste de tres días de festival y el calor nos habían quitado. Otro gran acierto para cerrar el escenario, al igual que en los dos días anteriores.

Jacobo R. - Estereotypo 001

 

Para concluir Sonorama, y dado que a pesar de que nuestras fuerzas nos fallaban, queríamos seguir disfrutando, nos acercamos a la sesión de Kostrok. Electrónica muy comercial, de esa que se ha puesto de moda en los festivales indies: un poquito de electro por aquí, cierta pose zombiekidiana, un poquito de dub-step, cambios constantes de tema, voces en directo etc. Eso sí, pasamos un rato divertido.

Y así poníamos fin a un nuevo Sonorama Ribera, haciendo planes para el próximo año y con la sensación de una parte de nosotros se queda en Aranda. Chapeau. Fotografías:

Jacobo Revenga y Kike Oquillas (cedidas por la organización)

 

 

1 comentario en «Crónica del Sonorama Ribera 2013: Sábado 17 de Agosto»

  1. Especial mención a grupos como Los Panteras y Sharon Bates que consiguieron también llevar el buen quehacer musical de Pucela a los alrededores del bus de Red Bull

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