28 marzo 2024

Hace unas semanas pudimos disfrutar del directo de Ultimate Painting y Juvenilia en la Sala Sol de la mano de La Castanya y SON Estrella Galicia. No es que hayamos tardado todos estos días en digerirlo, pero casi. La noche fue tan agradable que bien merecía un reposo para no mostrar una crónica bajo el influjo de la exaltación de la admiración, que no es la amistad la única que se pervierte con las cervezas. Aunque para ser sinceros, no hacía falta ninguna ayuda para enamorarse de este combo de supergrupos, mezclas ambos de bandas buenas y con resultados mejores en forma de canciones.

juvenilia

Abrieron la noche los madrileños Juvenilia, de los que de momento solo podemos escuchar un par de canciones en el bandcamp de High Five Discos. Nuestra curiosidad por verles en directo andaba también en esta dirección: ¡nuevas tonadillas, por favor! No defraudaron con su jingly jangle, género en el que ellos mismos se etiquetan. Y de forma bien certera, porque sus canciones a ratos son punk, a ratos son rock y al final, claro, nos preguntamos si esto que estamos escuchando es el mejor powerpop que hemos oído por la capital en algún tiempo. Sí, nosotros también odiamos las etiquetas, pero decir que Juvenilia son este tipo de grupos que te hacen menear el talón con los dedos del pie bien clavados en el suelo, se nos quedaba corto. Que nos den más canciones y más directos, que con disfrutar Solaris, La oscuridad y alguna canción más como aquella extraña versión con la que cerraron su directo (¿alguien la reconoció o quedó desierto el premio que prometían?) no hemos tenido suficiente.

Con Ultimate Painting llegaron los minutos más bonitos. Con las buenas referencias que nos llegaban de sus anteriores conciertos en Barcelona, Alicante y Oviedo no había mucho que arriesgar. Si a esto le añades que su Green Lanes (Trouble in Mind, 2015) nos parece uno de los mejores discos que se han firmado en lo que va de año, la verdad es que no teníamos nada que perder.

Con las guitarras de Hoare (también en Verónica Falls) y Cooper (de Mazes) arropando al bajista, y un batería (también de Mazes) bastante más calmado de lo habitual (ojo, para bien), la banda inglesa presentó los temas de sus dos únicos largos a un público que le recibió con los brazos bien abiertos. No es una frase hecha, las líneas de guitarra de los dos protagonistas sólo nos daban ganas de abrazarles fuerte, o abrazarnos entre nosotros. Nos pusieron tiernos, qué le vamos a hacer.

ultimatepainting

Y también nos sabe mal otorgarles todo el mérito a Hoare y Cooper, pero es cierto. Eran sus líneas de guitarra las que nos llevaban bien lejos de aquí, incluso con algunos fallos de sonido en temas como Break The Chain o Jane. La parte vocal sonó tan dulce en directo como en estudio, pero era en los momentos en los que mostraban su maestría a las cuerdas cuando nos hipnotizaban. Con pintas de outsider de instituto y un bajista shoegazer (por lo de mirarse los pies, que no por el sonido), Ultimate Painting nos ofreció un concierto relajante, íntimo, tranquilo y comedido. Pero ¿acaso no es así como lo hacen los grandes? I’ve got the sanctioned blues, Central Park Blues y el cierre con una alargada Ten Street promtían dar algo más de juego; podrían haber sacado el lado gamberro, si es que lo tienen. Pero no, nos quedaremos con la duda de si son estos los estudiantes empollones que lo hacen todo bien sin despeinarse. La verdad, tiene pinta de que así es. Esto es lo único que les podemos echar en cara, un poquito más de desmelene. Bueno, y que no tocasen The Ocean.

Sí, os habíamos prometido una crónica lejos de la admiración, y lo cumplimos. Lo que vimos fue TOP en ambos casos, desde los ojos más objetivos os lo decimos. Por un bis interminable firmamos, ya.