24 abril 2024

31 de Mayo de 2008: Auditorio Miguel Delibes

Segundas partes nunca fueron buenas, y esto se cumple casi siempre tanto en la industria del cine como en la de la música. El Cigala presentó el pasado 31 de Mayo su nuevo disco “Dos Lágrimas”, continuación del exitoso y magistral “Lágrimas Negras” que junto a Bebo Valdés y la excelente banda que les acompañaba, les catapultó a la fama llegando a vender 700,000 copias en todo el mundo.

Uno puede llegar a suponer entonces, que esta segunda parte del disco sería de, al menos, la misma calidad que el anterior; pero la realidad es que “Dos Lágrimas” se queda a años luz de aquel magistral trabajo. ¿La razón? Bien sencilla… ya no está presente Bebo al piano, el alma del disco original, el yin del Cigala (si este fuese el yan) el compañero ideal que hacía que esos boleros sonaran como sonaban y sacarnos más de una lágrima en los directos. En definitiva, una combinación explosiva en la que ambos genios eran indispensables para su funcionamiento.

Sin meternos en las razones que llevaron a la separación de estos dos artistas, el Cigala (al que Bebo llegó cariñosamente a apodar como “un Crooner del flamenco”) se reúne esta vez con músicos cuya calidad dista años luz de la anterior banda. Lejos quedan los tiempos de Javier Colina al contrabajo y el Piraña al Cajón, ahora sustituídos por los cubanos Yelsy Herendia y Jumitus respectivamente. El nuevo cuarteto, realmente recatado en su función, deja en todo momento protagonismo a su líder con una escasez de solos abismal, algo totalmente opuesto al anterior trabajo, que apostaba más bien por el lucimiento del colectivo y no sólo del cantaor.

La selección de temas que sonó en la noche vallisoletana fue una gran parte de los que aparecerán en el disco que el próximo 15 de Junio saldrá a la venta; una selección demasiado homogénea que en momentos enfrió al público debido a la mencionada escasa presencia del resto de integrantes de la banda. ‘Historia de un amor’, ‘Si te contara’, ‘Compromiso’... conocidos boleros sonaron uno tras otro con la fuerte e increíble voz del cantaor acompañadas de un recatadísimo piano que apenas acompañaba de fondo. Hábil fue el Cigala cuando deleitó a los asistentes acompañado de Morao a la guitarra española, con dos temas cien por cien flamenco, por soleás y bulerías que, como bien dijo “es lo que uno ha hecho toda la vida”.

Arriesgado fue el atreverse a interpretar ‘La bien pagá’ y ‘Lágrimas Negras’ temas del disco original, una apuesta en principio segura, pero en la que pudimos comprobar que no sonaban ni la mitad de bien que en su anterior trabajo.

Finalmente, para acabar, ‘Dos Gardenias’, el mejor tema de la noche donde, al fin, pudimos ver a la banda en su máximo esplendor, improvisando, protagonizando solos, disfrutando, dejándonos con ganas de más y preguntándonos por qué no habían tenido esa dinámica en el resto del concierto.

texto y fotos por Víctor Alonso