20 abril 2024

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Después de un intenso 2015 en el que publicaron su nuevo EP “The Flowers’ Cavern Part I”los miembros de Gatomidi afrontan un nuevo año lleno de retos, ilusión y fechas en vivo, el pasado año tuvimos el placer de hablar con ellos de su trayectoria y su nuevo trabajo, que esperamos ver paseando este año sin parar.

El último premio que ha recibido el trío formado por Jimena Quejigo (letras, bajo, teclados y voz), Nolasco Contreras (voz y guitarra) y Julián Dolado (batería) ha sido el prestigioso Premio Nacional en la categoría Pop-Rock del Certamen Valencia Crea, que han obtenido precisamente por la portada de su recientemente publicado EP, diseñada por la propia Jimena Quejigo.

Aquí el resultado de nuestra charla con la banda.

  • Con “The Flowers’ Cavern Part I” os adentráis en nuevos parajes que aúnan oscuridad y alma british ¿qué buscábais en este nuevo EP? Este nuevo ejercicio toma además el nombre de vuestro estudio de grabación ¿vais a por todas en todos los ámbitos?

Pues en todo lo que podamos sí, claro. Somos personas a las que no nos gusta cerrarnos ninguna puerta y Nolasco (guitarra) es técnico de sonido así que pensamos, ¿qué mejor forma que montar un estudio propio y un espacio donde poder experimentar, componer y ensayar? La verdad es que no paramos quietos, y después de casi 14 meses de conciertos nos pusimos manos a la obra con el estudio. Toda esta actividad nos mantiene activos y con ganas de hacer muchas cosas.

Sobre lo que buscábamos en The Flowers’ Cavern Part I, destacaríamos la contundencia, electricidad, distorsión y trasferir todo el arsenal sonoro del directo a las nuevas canciones. No queríamos perder identidad, pensamos que la tenemos, pero también queríamos dar un paso firme hacia delante, con los pies en la tierra y sabiendo en todo momento cuál es nuestro lugar, pero buscando dar ese paso adelante.

 

  • ¿Cómo ha sido la respuesta de público con este nuevo trabajo?

Las reacciones que nos encontramos son muy buenas. Nos encanta cuando alguien totalmente desconocido nos escribe para decirnos que ha escuchado Space, Love is overrated o The fortunate ones y que les ha encantado. ¡Que alguien te descubra por primera vez siempre es emocionante y te da mucha fuerza! También hay gente que acude alguno de nuestros conciertos y se lleva una grata sorpresa, se acercan con una sonrisa de oreja a oreja diciéndonos que les ha encantado y, la verdad, el hecho de pensar que la gente al vernos se va a casa con los oídos zumbando y una buena sensación es todo un premio que nos hace estar satisfechos y nos aporta mucha confianza.

 

  • ¿Cuán duro es salir de la escena valenciana?

A nivel personal ha costado mucho dejar la ciudad. Echamos de menos a amigos y garitos que frecuentábamos. Es duro dejar atrás un ciudad que nos ha dado tantos recuerdos, pero a Valencia siempre pertenecerá que Gatomidi se fundó allí. 

Sin embargo, a nivel de banda abrir el espectro de escena es algo que al menos a nosotros nos ha venido bien. Al fin y al cabo es darte a conocer en otro lugar y eso siempre está bien. Aunque sí, mudarte significa volver a empezar, a veces prácticamente de cero, pero lo hemos hecho con mucha ilusión y muchas ganas. Al fin y al cabo en eso consiste la vida de una banda, en volver a empezar una y otra vez, a hacer canciones, un nuevo disco o lo que sea. Por el momento no echamos la vista atrás, siempre miramos hacia delante.

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  •  Gatomidi llevan ya años en la carretera ¿cuáles creéis son las principales diferencias que habéis experimentado a nivel técnico y compositivo? 

Desde que empezamos hemos prestado atención a cómo queremos que suene Gatomidi y aprender a utilizar las herramientas necesarias con las que poder hacerlo. Nos autoproducimos nosotros mismos, de esa manera es importante saber qué elementos vamos a utilizar en una canción. Pasamos mucho tiempo experimentando, probando sonidos, pedales, ecualizaciones, todo con el fin de poder encontrar el sonido que le queremos dar a las canciones. El estudio que nos hemos montado nos permite pasar mucho tiempo haciendo esto, sin tener limitaciones y poder trabajar libremente en las composiciones.

 

  •  En cuanto a giras habéis estado apoyando la última presencia de French Films en nuestro país, pero también habéis dado cera en festivales a lo largo de la Península ¿con qué lado os quedáis el de gira en salas o el del festivaléo? 

¿Hay que elegir? Sin hacer distinciones entre sala o festival, somos de los que creemos que cada concierto es importante y los vivimos como si fuera el último que hacemos. Nos sentimos muy afortunados de haber tocado tanto y de todo lo que hemos trabajado para conseguirlo.

¿Concierto en sala o en festival? Es que son conceptos totalmente diferentes. Un festival aporta repercusión y difusión. Te garantiza llegar a un público activo y potencial al que a lo mejor es más difícil llegar si no es con ese concierto. Una sala te permite disfrutar y sentir al público, tener un contacto personal que es muy difícil igualar en un escenario de gran altura. Tal vez por nuestra forma de ser nos guste más sentir a la gente, pero en cualquier caso lo importante de todo esto es que una banda no pare de hacer conciertos, donde sea, porque una vez que empiezas no puedes parar.

  • La banda también ha mutado, y hace unos años se incorporaba Julián Dorado al combo ¿cómo os habéis adaptado los tres? 

Genial. La incorporación de Juli fue justo cuando sacamos Enclosed Spaces y hubo que ponerse al día muy rápido porque había bastantes fechas cerradas pero evidentemente tener conciertos era un aliciente. Siendo un trío, que un tercio de la banda cambie afecta especialmente, pero las adaptaciones rítmicas que hizo Juli para nosotros supusieron una nueva visión, más fresca pero a la vez contundente sin perder la esencia de la banda, y la verdad sea dicha, los tres nos compenetramos muy bien y tenemos muchísima afinidad.

 

  •  Influenciados por bandas que recorren el espectro de Pale Saints a Stone Roses ¿en qué espejo os miráis cuando os ponéis a la labor de grabar nuevos temas?

Pues realmente en ninguno. Componemos sin mirar a los demás, ni lo que hacen ni lo que está de moda. Intentamos ser lo más fieles a nosotros mismos y a lo que surge en ese momento. En el caso de que nos mirásemos en algún espejo, no sería en uno sino que serían muchos, porque es inevitable que no te influya la música que escuchas y es que nosotros ¡escuchamos mucha! Pero al fin y al cabo nos dejamos llevar por la canción y el momento, y a partir de estos nace todo.

 

  • La psicodelia tan en boga estos últimos años en este nuevo resurgir también hace mella en vuestro trabajo tanto visual como melódico ¿no es así? 

 

Siempre nos ha acompañado, forma parte de nuestra esencia, aunque es una psicodelia muy ruidosa. De hecho, el primer ensayo que hicimos como Gatomidi, como no sabíamos qué tocar, empezamos simplemente a improvisar, y nos moló tanto el experimento sonoro que decimos incluirlo en Facing Destiny a modo de bonus track. Creo que es algo que siempre ha estado ahí, desde Sgt. Pepper’s a los primeros discos de Pink Floyd con Syd Barrett a la cabeza. En cierto modo, la psicodelia fue una vertiente surgida a raíz del Rock y ha sentado las bases de gran parte de la música actual. De esa manera puedes encontrar música psicodélica en Talking heads o Nirvana, por decir algunos ejemplos.

  • Contáis con el apoyo de Big Thing Music ¿cómo es trabajar con ellos?

Para nosotros Big Thing Music es una parte más de Gatomidi. Desde un primer momento la conexión con ellos se podía palpar. Así que trabajar con ellos es muy sencillo. Son gente seria y honesta y depositamos en ellos toda nuestra confianza. Valoramos muchísimos todo lo que hacen porque antes lo hemos hecho nosotros y conocemos muy bien todo lo que conlleva.