18 abril 2024

Beris_1El primer disco en solitario de Beris, publicado a finales del anteúltimo abril, nace de un grito interno, que pugna por salir al exterior y hacerse evidente. Es un álbum urgente y calmado, con canciones sinceras que parten de un lugar oscuro pero que vislumbran halos y destellos de luz. Usando como pretexto el concierto que ofrecerá este domingo en Madrid, en la Sala Galileo Galilei, hablamos con él sobre la vocación, la soledad o las responsabilidades que nosotros mismos nos atribuimos.

Ha pasado un año y medio desde la publicación de “Tan solo un grito”, ¿ha cambiado tu conexión con las canciones desde entonces, tu forma de verlas o de enfrentarte a ellas?

Sí, ha cambiado muchísimo mi forma de verlas y enfrentarme a ellas. Ahora, con la distancia y el vértigo, me doy cuenta de que en realidad este primer disco en solitario no es tanto el inicio de algo nuevo, sino el final de mi época anterior con 84. Ahora es cuando empiezo a ver claramente cuál quiero que sea mi relación con la música. Creo que “Tan solo un grito” es el broche a mis diez años dedicados a saco a la música.

En el tema ‘Tan solo un grito’ dices “es la vocación la que crea frustración y cada día quiero ser lo que aún no he sido”. ¿Tener una vocación clara es una suerte o una desgracia?

Es ambas, y además a partes iguales. Aunque, en realidad, el problema es cuando se tienen varias vocaciones. Ya lo dice la canción, “cómo se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco”. ¿Quién nos vendió que solo podemos tener una vocación?

El concierto del 2 de diciembre lo has planteado para estar acompañado por un terceto de teclas, ¿cómo surge la idea?

Nace de que, en este momento de mi vida, doy tan solo cuatro conciertos al año. Cada uno de ellos siento que es el primero que doy, tanto en alegría, intensidad, como en nervios e inseguridad. Por eso quiero que cada uno sea especial y distinto al anterior. Hace tiempo le propuse a Martí Perarnau que hiciésemos un acústico en formato trío junto a Sergio Valdehita. No pudo ser y para esta ocasión me lo propuso él, pero, como es él, amplió la formación a tres teclistas para crear una orquesta de melotrones, pianos, ruidos y maquinitas. Nos faltaba el tercer teclista, y cuando nos confirmó que se apuntaba Víctor Cabezuelo, lloramos de alegría todos. Para mí es un honor absoluto, porque les admiro una barbaridad a cada uno. Me siento muy halagado por ser la excusa para este experimento.

¿Qué crees que aporta un formato así a los temas?

Aportará singularidad, solemnidad, intensidad, creatividad, dad, dad, dad… Serán totalmente diferentes al disco. Sobre todo los hará especiales y únicos, porque en principio no haremos más conciertos así.

Como ya has dicho, los teclistas que estarán contigo son Martí Perarnau, Víctor Cabezuelo y Sergio Valdehita. ¿Qué tiene de particular cada una de sus maneras de tocar? ¿Cómo se complementan?

Te diría que cada uno representa una forma de entender los teclados. Martí y Víctor están más cerca porque han compartido muchas horas de vuelo con Mucho. Ellos dos son la referencia de modernidad y vanguardia en todo lo que hacen. Sergio toca todo lo que le eches, le tiras un melón y te lo toca… No sé, son los mejores que conozco, y lo digo con sinceridad. Cómo se complementan estoy deseando comprobarlo, empezamos a ensayar esta semana. Va a ser alucinante.

¿Van a aparecer otros instrumentos en el concierto?

Tal vez toque yo la guitarra acústica o la española, lo veremos al montar las canciones del concierto.

Beris_2Tanto Valdehita como Perarnau participaron en la grabación del disco, ¿cómo fueron esos días de trabajo?

Fueron muy emocionantes. Estaba acojonado… Busqué grabar con músicos con los que aún no hubiese trabajado. Quería separarme de 84 y hacer mi disco. Mis canciones ya eran diferentes a lo que venía haciendo, solo necesitaba que el envoltorio también lo fuera. La mejor decisión que tomé fue dejarles plena libertad a la hora de llevar mis canciones a otros lugares, desconocidos para mí.

El álbum viene con un libro, en el que aparecen las letras de las canciones, ilustraciones, fotografías o textos de compañeros. ¿Por qué decidiste que se imprimiese en la Fundación A La Par? ¿Podrías explicarnos un poco en qué trabajan?

El libro era el elemento que cerraba mi círculo vital. Por un lado, la música; por otro, el diseño gráfico, otra de mis pasiones y mi profesión; por otro, que participase gente cercana a mí con sus ilustraciones, textos y fotos; y, para rematar, imprimirlo en donde estaba trabajando en aquel momento, la Fundación A La Par, una fundación que trabaja por la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad. Hacerles partícipes de mi disco era el broche perfecto.

Hace cuatro años que 84 os separasteis, después de una década y tres discos juntos. ¿Aumenta la sensación de responsabilidad al componer en solitario?

Lo mejor es que ahora no tengo más responsabilidad que la que yo me impongo. El problema es que soy muy exigente con todo lo que hago, y componer para mí es excitante a la vez que frustrante. Aun así, es el momento en el que más disfruto de la música. Yo canto pero no soy cantante; guitarrista, pero tampoco soy muy virtuoso. Yo me considero compositor, ese es mi lugar en la música.

¿Te has sentido más expuesto presentando un disco en el que todas las letras son tuyas, cuando, además, dan la sensación ser tan honestas, tan despojadas de artificios?

Sí, es la cara oculta de la honestidad. Pero no lo he elegido, es mi forma de escribir. Si para mí no es real, siento que estoy estafando. Soy incapaz de escribir una novela, pero sí que podría escribir mi biografía.

¿Hasta qué punto se está solo ante el peligro?

Estamos solos, en la vida y en los proyectos que emprendemos. No tenemos suficiente tiempo para empatizar y estar cerca de todos los que queremos. La gente que nos quiere aparece y desaparece, pero no podemos acompañarnos eternamente. Creo que uno ha de construirse desde la soledad. Solo el amor de madre se salva, que es inagotable y constante.

Financiaste la publicación del álbum a través de una campaña de crowdfunding, ¿cómo fue ver que alcanzabas el objetivo propuesto en menos de un día? ¿Esperabas el apoyo que tuviste?

Pues mira, cada día que pasa valoro más el apoyo de la gente que participó en la campaña. No pude regodearme en ello en su momento, tal vez porque me daba miedo, pero ahora lo miro con ojos de incredulidad, como que no me pasó a mí. Fue alucinante. Eternamente agradecido a cada uno de ellos.

Para acabar, ¿qué artista estás escuchando más últimamente? ¿Alguna recomendación?

Últimamente escucho compulsivamente a Jim James. Me lo acercaron Rams (Ramiro Nieto) y Martí y ahora destripo cada canción y cada disco que ha hecho, tanto en solitario como con My Morning Jacket.

En español estoy con Kase-O… Me parece que rebosa honestidad todo lo que escribe. ‘Tan solo un grito’, la canción, podría ser un tema de hip-hop.

 

Para la cita del domingo ya están disponibles las entradas.

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