20 abril 2024

entrevista la la love you notedetengas


La La Love You. La banda sonora de un pasado tierno y fugaz, socavado en la inercia de volver. Volver a lo de siempre, para impregnarnos de su calor, de su fuerza, de su intrépida adrenalina. La La Love You es lo que escuchamos cuando queremos creer, cuando la fe se despega y huye. Cuando nos invade la duda y nos sacude la emoción del recuerdo. Cuando hace bueno. O malo. Porque solo hace falta una melodía pegadiza y un toque de pastel para que la ilusión cristalice y el silencio deje de hacer ruido. Las nubes se alejan, el cielo se abre y la añoranza acoge, en su inocencia, los fracasos y las caídas. Porque la magia nos conmueve, porque su energía nos atrapa… Y la vida nos resulta irresistible.

Vienen de sacar a la luz El fin del mundo, su ultimísimo single en colaboración con Olaya Pedrayes (Axolotes Mexicanos) y que viene acompañado de videoclip. Días antes de su ‘apocalíptico’ estreno, nos reuníamos con ellos.

 

entrevista la la love you notedetengas

 

Escribe María Rozados

 


Vosotros lleváis ya mucho tiempo en la música… ¿Qué dirección esperáis tomar en los próximos años? ¿Creéis que es algo que debe planearse o que hay que dejar que surja espontáneamente? 

Roberto: A ver, yo creo que siempre se tiene un camino en mente. Lo que pasa es que a veces las cosas no salen como uno quiere. Hay un componente de suerte muy importante que no se puede ignorar. Todo el mundo tiene una hoja de ruta, pero al final es imposible seguirla al pie de la letra.

Rafa: Yo la verdad es que no tengo ni idea. Como este formato de las discografías es nuevo, no sabemos cómo va a ir. Nosotros seguimos haciendo canciones igual que antes.

 

Ese nuevo formato que dices, ¿lo veis ya como un fenómeno consolidado?

Roberto: Yo creo que cada vez se está instaurando más. Todavía hay muchas bandas que sacan discos, pero es algo que va rotando. Y es un cambio que está muy presente, por ejemplo, en el trap.

Rafa: Todavía no está instaurado totalmente, pero sí que está tendiendo hacia ahí. Cuando un artista es nuevo, le sacan un disco para que tenga un grueso de canciones con el que luego trabajar y poder hacer un directo. Pero sí que es cierto que, cuando un artista ya tiene una trayectoria consolidada, con muchas canciones, empieza a sacarlas de una en una. Como Rosalía, por ejemplo.

 

Hablando de Rosalía… ¿Qué grupos os llaman más la atención dentro del panorama de la música española? ¿Algún nombre que creáis que merece más reconocimiento?

Roberto: Siempre hemos tenido influencias de grupos, sobre todo de los 80. Ha habido una temporada en estos últimos años en que esta música no se llevaba mucho, pero nosotros siempre hemos sido de escuchar a grupos de la escena independiente que se parecían un poco a nosotros.

Celia: De lo indie actual, a mí me gusta mucho The New Raemon y La Bien Querida.

 

¿Creéis que han cambiado mucho las referencias en los últimos años?

Roberto: Sí, en general sí.

Celia: En cuanto a los artistas de los que nos empapamos nosotros, no tanto. Claro que todo el mundo tiene su hueco en la industria y su sonido característico, pero nosotros nos mantenemos bastante fieles a un determinado perfil que no se ha renovado tanto.

Rafa: A nosotros siempre nos han gustado las canciones melódicas y poperas. Y siempre nos ha gustado añadirles nuestras guitarras, nuestra fuerza y la energía del rock. Como Airbag o Los Fresones Rebeldes en su día, o como Los Romeos. Melodías muy tarareables pero con mucha guitarra y mucha distorsión. 

 

Y, en cuanto a la estética, ¿diríais que también os han influido otros grupos?

Celia: Precisamente en la estética, yo creo que nada de nada.

Roberto: Hemos cambiado bastante desde que empezamos, la verdad. Al principio, íbamos todos a los conciertos con camisetas rosas y un corazón gigante. Y no sé. Nos hemos vuelto un poquito más sosos.

Celia: Sí… Cuando yo entré en la banda aún se ponían ropa guay. (Risas)

 

¿Creéis que las RRSS han jugado un papel importante a la hora de definir vuestra estética y vuestra personalidad creativa?

Celia: La nuestra no tanto, porque nacimos sin redes sociales. Por eso no sentimos tanta influencia. Pero sí que es cierto que, a día de hoy, las RRSS tienen muchísima importancia a la hora de hacer música.

 

¿Creéis que detrás de vuestras letras reposa un discurso? ¿O sentís que en vuestra música no hay dobles sentidos y mensajes ocultos?

Roberto: No tenemos un discurso definido. Lo que hacemos es un poco lo que nos sale en cada momento. Solo sabemos hacer una cosa porque es lo que nos gusta.

Rafa: Hacemos lo que podemos (Risas)

Celia: Sí. Pero sí que hay ciertas cosas por las que no pasamos. Por ejemplo, muchos géneros hoy en día juegan todo el tiempo con lo soez, y es algo en lo que nosotros no vamos a entrar. Porque a mí me suenan escandalosas. Y puedo parecer una antigua, pero… 

Rafa: Bueno, tenemos una canción que se llama Susana, otra que se llama Irene… Siempre hemos hecho canciones petarditas, aunque otras no lo sean.

… Y siempre cosas muy cotidianas

Rafa: Sí. Siempre con humor.

Celia: Y para todos los públicos.

Rafa: Nos gusta que las letras estén curradas y hagan gracia, que lleguen a la gente. 

 

Precisamente esta estética vuestra tan ingenua, “para todos los públicos”, ¿la usáis para atenuar un mensaje más ácido?

Roberto: No. No creo que haya una segunda lectura detrás de lo que hacemos. Aunque pongas las letras de La La Love You al revés, no es satánico. (Risas)

Celia: A mí lo que me gusta es que es una música que puede gustar a niños y a adultos. Y lo vemos. Es algo desenfadado, y que llega a todo el mundo. Como en el cine, hay música para evadirte, así como hay otra que lo que hace es que pienses mucho y reflexiones.

Vosotros, en cierta medida, sois un grupo que ha renacido. ¿Creéis que, en ese sentido, os habéis redefinido o seguís en la línea de siempre?

Rafa: Se va evolucionando, claro. La música evoluciona a medida que uno crece.

Roberto: Y la estética también. Nosotros, cuando empezamos, éramos muchísimo más naif. Y mucho más ingenuos. Todo era mucho más cursi. Cursi aposta.

Rafa: Porque, a ver, teníamos veinte años… La personalidad va cambiando, y con ella las letras.

 

¿Cuál ha sido el cambio más grande del primer al segundo álbum?

Celia: Que yo nací. (Risas)

Roberto: Cuando grabamos el primer álbum, teníamos una idea más o menos clara de qué era lo que queríamos, pero no lo conseguimos plasmar en la canción.

Rafa: El primer disco era mucho más inocente, las letras eran mucho más inocentes… Todo era más primerizo y sencillo. Además, en el segundo disco la evolución del sonido es importante.

Roberto: Y también aprendes mucho de tus errores. Hay cosas que, cuando las haces por primera vez, no sabes muy bien cómo debes hacerlas. Y, después, cuando ves como transcurre todo, ya decides qué se debe cambiar.

 

 

Y, en el proceso creativo, ¿cómo operáis? ¿Qué roles os adjudicáis? ¿Hay muchas diferencias entre vosotros?

Roberto: Pues mira, generalmente, hacemos todas las canciones David y yo. Él tiene una idea, me la pasa a mí… A lo mejor él le pone a eso una melodía que tenga yo, o viceversa… 

Celia: Y sí que tenemos mucha libertad. Rafa y yo, que no participamos del proceso de creación como tal, sí tenemos total libertad en nuestras respectivas partes. Yo, por ejemplo, con la línea de bajo.

Rafa: Claro. No participamos a lo mejor de la letra o la melodía, pero luego la canción sí que la hacemos entre todos.

¿Os consideráis autocríticos? ¿Os corregís mucho a vosotros mismos?

Roberto: Bu… Sí. (Risas) Si consideras como autocrítica criticarnos los unos a los otros… Sí.

Rafa: Y mucho más que antes. Esto es algo que ha cambiado mucho en el mundo de la música. En quince años todo ha evolucionado. Al principio las canciones se hacían en la sala de ensayo. Tú te reunías con tus compañeros, y allí hacías la canción. Ahora, ya te puedes grabar con un simple ordenador. Hasta por mensaje de WhatsApp. Por eso ahora mismo se compone menos en la sala de ensayo y más en el estudio. Ahora te puedes currar más las canciones. Y de ahí que la crítica y la autocrítica sean muchísimo más contundentes.

 

¿En qué momento empezasteis a pensar en dedicaros a esto profesionalmente?

Rafa: Es que no nos dedicamos a esto profesionalmente todavía.

Celia: Sí que no nos dedicamos a esto a nivel profesional. Mucho. Lo que pasa es que no ganamos un duro.

Roberto: Todo comienza con un sueño. Tú no piensas en “me voy a dedicar a ello profesionalmente”. Haces una cosa que te gusta, y ves que de repente lo que te gusta a ti le empieza a gustar a otra gente, y viene más y más gente a verte.

Celia: No creo que sea cuestión de ser profesional como algo ligado al dinero. Muy poca gente consigue vivir de la música. Profesionalmente sí que nos llevamos dedicando a esto mucho tiempo. ¿Que ahora nos va mejor? Sin duda. Pero yo no quiero lanzar desde aquí el mensaje de que sólo eres profesional cuando te ganas la vida con la música. Todos nosotros tenemos trabajos al margen de este. Los cuatro estamos pluriempleados.

Rafa: Digamos que somos muy profesionales en cuanto a lo que componemos, pero nunca nos hemos planteado el ganarnos la vida con ello.

Celia: Bueno, yo sí me lo he planteado. Y creo que todos nos lo hemos planteado. Pero hay que ser realistas. Tampoco es una frustración si no se consigue. Es algo que está ahí.

Roberto: El caso es que ganarte la vida como músico es algo que consigue muy poca gente. Aunque sí es cierto que durante un tiempo puedes vivir de ello, sobre todo si estás en un momento de mucha popularidad. Pero no es una cosa eterna. Es algo muy, muy temporal. Después de ese momento de auge, la gente se olvida un poco de ti. Y claro, tú no puedes depender sólo de ello. Pero nosotros hacemos las cosas porque nos gustan, y no vamos a dejar de hacerlas. En resumen, somos profesionales desde el punto de vista estético-artístico, pero no desde el punto de vista de ganarnos la vida con ello.

 

¿Os encontrasteis con muchos problemas cuando empezasteis en la industria?

Roberto: Sí, sí. Con muchísimos.

Celia: Los problemas son parte de la industria. No es sólo al principio, porque en esos momentos tampoco sabes la que se te viene encima y lo que puede ocurrir. 

Rafa: Cuando nosotros empezamos con el grupo, digamos que la industria discográfica se estaba yendo un poco al garete. El boom de Internet fue tremendo, los discos se dejaron de vender y todo el mundo se descargaba canciones. Que una discográfica te fichase era casi imposible. Pero la industria cambió mucho. Lo que sí nos han dicho muchos directores es que si nuestro disco hubiese salido en los ochenta – principios de los noventa, hubiésemos tenido mucho más éxito. 

Celia: A día de hoy, hace mucho más el boca a boca que la figura de una discográfica. Claro que tener una discográfica da cierta tranquilidad y es muy importante, pero hay un factor imprescindible que son las RRSS. Da igual si es una persona más o menos famosa. Por supuesto que tiene un mayor impulso si viene Amaia y habla de ti en La Resistencia, pero al final la clave es que hablen de ti, sin más. Yo me siento bien cada vez que una persona comparte una canción nuestra. No le damos menos importancia porque no sea Amaia. Es una cuestión de que la gente escuche nuestro tema, le mole y lo comparta. Con un sello haces mucho, pero sin la gente no haces nada.

 

¿Y cuál es la experiencia más positiva que os habéis llevado en vuestra carrera? ¿Alguna anécdota?

Rafa: Es que anécdotas tenemos millones. Yo desde luego me quedo con todos los conciertos que hemos dado.

Celia: En Japón, que se sabían las letras…

Rafa: Aunque creo que la anécdota más fuerte es la del año 2010, que hicieron unos programas de Eurovisión en RTVE. Empezaron a apuntarse grupos de la escena independiente, y nos convencieron para que nos sumásemos. Nos presentamos al concurso y nos eligieron. Y bueno, pues allí nos fuimos. Recuerdo que la gente salía bailando y tal. Y, como nosotros no sabíamos bailar, se nos ocurrió pegarnos un tartazo en medio del escenario. Sacamos la tarta, que antes habíamos tenido que esconder para que no nos pillasen, y la liamos parda. La tarta se cayó al suelo, y no supieron recogerla. La esparcieron por todo el escenario y los bailarines salieron fuera y se resbalaron y se cayeron. El programa en directo con diez minutos de retraso, los bailarines persiguiéndonos para pegarnos… Fue horrible, la liamos muchisimo. Pero hoy lo recordamos con gracia. Y luego, de cosas que nos han pasado por ahí en conciertos perdidos, pues de todo. Y claro que lo de Amaia es un bonito recuerdo, porque nos dio un empujón muy grande.

 

 

La pregunta más esperada… ¿Cómo vivisteis lo de Amaia?

Rafa: Mira, yo me levanté a las siete de la mañana. Lo típico que coges el móvil… Y en eso me doy cuenta de que tengo trescientos mensajes. De repente, empiezo a ver que me han llegado cientos de fotos de Amaia. Y yo pensando que la chica la había liado en La Resistencia, pero sin creer que fuera nada referente a mí… Porque yo no leía nada, sólo veía fotos de ella. En esto, me meto en Internet y empiezo a ver que nos ha mencionado… Ese día, al principio, fue un poco anecdótico.

Celia: Yo pensaba que la cosa se iba a quedar ahí, honestamente. 

Rafa: No pensamos que fuera a tener tanta repercusión. Ese día subimos un poco en escuchas y tal, pero…

Celia: Es que después de tantos años, y de tantas cosas que habían pasado en la vida de la banda, no te esperabas que fuese para tanto.

Rafa: La cosa es que creíamos que esto duraría un día o dos. Pero vimos que, al día siguiente, después de que lo sacasen en YouTube, se quintiplicó el número de oyentes. Dos días después se volvió a doblar, y tres días después otro tanto… Creció de una manera extraordinaria. Pero creíamos eso, que sería algo anecdótico. He ahí la importancia del mundo de las RRSS y la comunicación online. Cuando lo de Eurovisión, nos vieron tres o cuatro millones de personas, pero la gente no nos pudo conocer por no tener un acceso tan fácil a nuestra música. Ahora mismo, coges el móvil y conectas con todo. Después de lo de La Resistencia, la gente nos empezó a escuchar, le gustamos y nos compartió. Las escuchas subieron y las canciones se hicieron virales.

¿Os gustaría ir a La Resistencia?

Celia: ¡Claro!

Roberto: Cuando ocurrió esto, precisamente dijimos “¡que nos lleven!”. Ya llegará, ya llegará…

 

¿Y algún otro evento al que le tengáis ganas?

Roberto: A mí por razones más personales me gustaría ir al Sonorama, porque es el festival que se celebra en mi pueblo, Aranda de Duero. Entonces es un poco como un sueño.

Celia: A mí me encantaría ir al FIB. No solo por ser un festival muy tocho, sino porque fue mi primer festival, y supuso un cambio tan radical en mi manera de entender la música… Que me gustaría muchísimo formar parte de ello. Lo tengo como un referente.

 

¿Cuál es vuestra máxima motivación a la hora de componer?

Roberto: Pues no lo sé… Lo que pasa es que las canciones las hacemos entre David y yo, y hay una rivalidad extraña entre los dos. Y a Celia porque no la dejamos, que si no… (Risas) Somos muy de discutir. Entre David y yo nos tiramos trastos a la cabeza. Es una cosa loca. Pero, al final, esta lucha que tenemos entre nosotros hace que las cosas mejoren. 

Rafa: A ver, yo no compongo, pero creo que cualquier artista lo que busca es que su música le guste al mayor número de gente posible. El concepto de hacer una canción para que sólo le guste a mil personas es absurdo. Siendo fiel a tu estilo y a la música que quieres hacer, siempre buscas atraer al mayor número de gente.

Celia: En nuestro caso, ocurre una cosa muy buena. No hay un sentimiento de decepción si no lo petamos mucho más de lo que lo estamos haciendo ahora, pero siempre está presente esa aspiración de lograrlo. Somos lo suficientemente maduros y conscientes de la realidad como para entender que muy poca gente consigue vivir de esto, pero tampoco se descarta. No lo hacemos con ese objetivo, pero nadie compone una canción diciendo “la publico y me da igual quién la escuche”. Al final, quien pinta un cuadro quiere que lo miren, y quien saca una foto quiere que la vean.

 

Y hablando de ética… ¿Qué valores creéis que deben primar en vuestra música?

Celia: Yo tengo la sensación de que, como en cualquier disciplina artística, hay una cierta rivalidad que es totalmente innecesaria e ingrata para cualquier persona que la practique. Porque quien que no se alegra del éxito del prójimo no se alegra ni del de uno mismo. Creo que debería haber un poco más de empatía y más compañerismo en el mundillo.

Roberto: La música no es una competición como el deporte. Creo que hay hueco para todo el mundo.

Celia: Tu público puede ser el mío, y viceversa. Todo el mundo suma, y no se debería medir la calidad artística por los likes o por las escuchas o los followers. Existe una sensación generalizada de que, si una artista va a un festival, ya no va a ir el otro. En cambio, la gente se pone en el trabajo a escuchar playlists de Spotify, y si cae tu tema, pues genial… Y si cae el del otro, genial también. Debería haber un sentimiento más compartido, más desinteresado.

 

¿Y cuál es el prejuicio que más os molesta u os toca directamente dentro del mundo de la música?

Celia: La edad. Y fíjate, si eres mujer mucho más.

 

Celia, tú, como mujer, ¿cómo has vivido la cuestión de género en la música? ¿Crees que sigue habiendo desigualdad?

Celia: Sí. Muchísima. Afortunadamente, no he tenido muchos problemas. Pero en parte sí que vivo ciertos prejuicios. Como mujer, es complicado hacerte hueco en cualquier lado, pero en el artístico incluso más. ¿Que han cambiado las cosas? Por supuesto. ¿Que seguirán cambiando? Pues también. Pero creo que lo de la edad ligado a ser mujer es muy complicado. Ves cada día a presentadores de las telenoticias que no son especialmente agraciados físicamente pero que llevan ahí treinta años. Y en la música pasa exactamente igual. Superada cierta barrera de edad, es muy difícil progresar. Yo toco en un grupo en que todos son hombres y no he sentido nunca ninguna discriminación, ni con ellos ni cuando estoy con ellos en otros entornos. Pero claro que tengo que visibilizar. Yo tengo mi proyecto en solitario, y lo noto.