29 marzo 2024
El camino hacia la construcción del escenario soñado
La vorágine de conciertos, festivales y grandes eventos musicales que nos rodean no podría ser posible sin tanta figura detrás del escenario, esos montadores de grandes recintos, ingenieros de sonido, obreros que se nutren de las mejores herramientas profesionales para que los que vamos a disfrutar además nos sintamos seguros.
Hay que medir hasta el mínimo detalle en uno de estos eventos. Si es un festival veraniego y no tenemos un cesped adecuado…¿Por qué no dotar de unos especialistas en jardinería y sacar lo mejor que la naturaleza puede dar en el recinto? Y si esto no es posible, pues siempre nos queda el cesped artificial del Mad Cool Festival. Aprovechar los elementos que tengamos más a mano para paliar el calor es algo que en festivales como en el Sonorama saben. Mangueras a raudales por parte de bomberos, regaderas y sistemas de regadío variopintos para hacer más amena la sofoquina al personal, y pistolas de agua para alborotar al público y a los técnicos de sonido. El tema de situar fuentes, ventiladores, o rociar al público es algo que cada vez se extiende más en cualquier evento de este calibre.
tomorrowland
De igual manera, el cuidado de una sala tiene a un buen elenco de profesionales por detrás. Desde un ingeniero que mide a conciencia decibelios hasta un carpintero que se ocupe de que la tarima tenga todo a punto. Cualquier sala o teatro a los que frecuentemente vamos se nutre de tantas horas y herramientas por detrás que a veces se nos puede llegar a escapar. Tanto volumen de trabajo genera que cada vez más gente se especializa en un máster o grado en montaje de espectáculos en vivo, o en ingeniería de sonido. Vivimos una fiebre que no hay que dejar apagar, y claramente, apoyando a los espectáculos en sala, esas plazas a las que tanto grande deben. Quien sabe, quizás algún día podamos contar en nuestro linkedin que hemos ayudado a montar el nuevo espectáculo de Metallica, o que nos hemos codeado con el personal del Coachella.
Algunas áreas están desarrolladas y diseñadas por un auténtico ejército de artistas que junto a ingenieros y técnicos van puliendo cada detalle para conseguir llegar a estimular todos los sentidos en un directo. Especial consideración para los escenarios de música electrónica de la talla del Daydream, el BoomTown o el Tomorrowland, auténticos delirios de iluminación y despliegues dignos de película de ciencia ficción que llevan al espectador a otro nivel de disfrute. Horas y horas de trabajo por detrás en los que el más mínimo detalle en sus sistemas de sonido, de láseres o de mapping y visuales elaboradas, puede marcar la diferencia entre un escenario al uso o una obra maestra.