29 marzo 2024

cartel_sExpocómic es una de las citas más conocidas en el mundillo del cómic, cada año allí se dan cita lectores, autores, editores y un montón de curiosos… pero el problema es que hace tiempo que se estancó. Si algo no cambia no puede mejorar. Las historias de princesas son muy bonitas ¿no? Una doncella en peligro, un príncipe guapo que la salva, un par de magos y algún gnomo, quizá un dragón y ale, ya lo tenemos. Son todas distintas pero todas iguales. Vienen a ser la misma historia contada de la misma forma. Así podríamos definir el Expocómic de este año, la historia de siempre contada de la misma forma de siempre.

Antes de seguir voy a comentar que por varios motivos (tiempo uno de ellos y desgana otro por lo visto el pasado año) no he acudido más que el jueves a la mañana; si soy sincero aunque me gusta estar por allí y ver amigos, encuentro terriblemente más interesantes Los diálogos del Sr. Boliche que han coincidido en fechas y que son unas jornadas para amantes del cómic y hecha por amantes del cómic.

Mi paso por el Expocómic fue el jueves por la mañana, desde cosa de las once hasta algo después de las dos de la tarde, no es que pensara que fuera a encontrar nada más allá de lo de todos los años pero… la tradición manda y había que ir hasta allí. Tras un pequeño problemilla en la entrada por mi acreditación de prensa, entré dentro del recinto para encontrarme con una muy familiar escena que ya hace años que se repite. La zona de fanzines era inmediata y justo después ya nos encontrábamos con los stands de tiendas como la veterana Generación X y Ozymandias, además de editoriales entre las que estaban Dibbuks o Diábolo pero con importantes ausencias como Panini y Planeta DeAgostini, aunque estos últimos nos han comentado que si estuvieron por allí aunque solamente como visita. Tras todo esto estaba el habitual escenario en el que se harían sesiones de firmas de los autores invitados, karaoke y el concurso de disfraces ya tradicional en este evento. La parte de arriba, la única realmente interesante para los que no buscábamos tiendas, era en la que estaban las cuatro exposiciones de esta edición. 11-M: La novela gráfica, El arte de Javier Trujillo, Crisse: Atalanta y por último Los orígenes de El silencio de Malka.

Aunque tenía cierto interés por poder ver los originales de 11-M tengo que decir que me pareció bastante descafeinado, no por no gustarme la labor gráfica (que si lo hace) pero pude ver una presentación de esta obra hace meses en Los diálogos del Sr.Boliche de la mano de Toni Guiral (guionista) y ver solamente los originales allí, colgados sin vida… no es una crítica hacia la exposición que conste, solo una sensación personal.

No así fue mi sorpresa con Los orígenes de El silencio de Malka de la que no puedo opinar, ya que en el momento de verla todavía estaba sin montar a excepción de dos muestras que ya lucían en la pared. Esto me parece algo que desprestigia mucho a un evento que (o eso creo) intenta tener un nivel más o menos alto, por ello que a media mañana del primer día de apertura todavía hubiera cosas a medio pones (no era lo único) hace que sea más comprensible la desgana que muchos tenemos hacia este acto. Tanto la exposición de Crisse (quien me atacó con un pato en unas pasadas jornadas en Avilés. En serio) como la de Trujillo me gustaron. Quizá la segunda era menos interesante, pero al contar con algunas imágenes del fallecido Paul Naschy en cierto modo se veía un calido homenaje que era de agradecer.

Poco más puedo contar ya que poco más hubo por allí el tiempo que yo estuve (así que este año me temo no hay el extenso reportaje fotográfico de costumbre), aunque pude aprovechar para charlar un rato con Jordi Bayarri (Magia y Acero), Aza (Pardillos) y Carlos Areces (Muchachada Nui) y cuyas declaraciones pondremos en breve en otro texto.

Personalmente creo que hace tiempo Expocómic chocó y dejó de navegar, no se ha hundido pero tampoco reflota y está totalmente encallado sin lograr avanzar realmente hasta ningún sitio.
Me resultó interesante preguntar por esta cuestión a dos tiendas en concreto. Por un lado a Carlos de la novata tienda Mono-Araña que era la primera vez que acudían, aunque llevaba años como visitante, que se mostraba ilusionado y con buenas expectativas hacia la marcha de este salón que se realiza en Madrid. Por otro lado estaba David de la veterana Generación X, que ha estado presente todos los años, que comentó que ha habido una lenta evolución a mejor pero siempre a la sombra de Barcelona aunque cada año acuda más gente a la cita. “Barcelona está a otro nivel; se supone que deberíamos acercarnos más pero no lo hacemos, aunque no sé el porqué, tenemos los recursos pero no se hace, no damos ese paso definitivo”.

Si soy sincero tuve algún momento en que me planteé si ir o no, muchos de mis amigos y conocidos decidieron no hacerlo. No me corresponde a mí decirlo pero creo que este no es el camino correcto que debería seguir Expocómic 2009. Tras muchos años de ir este año dudé bastante. No hay realmente nada interesante para el visitante habitual, lo más relevante fue la discusión que presencié entre el director del evento y quien (creo, no aseguro) era el representante de la FNAC con frases como “¿Me estás amenando?” y “Se cree un dios”.

¿Iré el año próximo? No lo sé, pero desde aquí les deseo toda la suerte del mundo y la mejor marcha posible.