A los que ya somos fans acérrimos del señor Jacco ya nos pueden echar un disco instrumental de jotas o un experimento psicotrópico electrónico cercano al universo de Mike Oldfield o del mismísimo John Carpenter. Quizás nos hemos excedido con la primera frase, pero la verdad que escuchar de principio a fin ‘Somnium‘ en una sala Caracol, reconvertida a oscuro anfiteatro a caballo entre cine de verano y sala experimental, fue una auténtica maravilla.
No llegó a una hora el recital de Jacco y su acompañante en la maquinaria, experimentos en directo con su laboratorio portatil, probetas en forma de sintetizadores y teclados dignos de película de serie B, mutaciones eléctricas y repaso a sonidos synth-pop, kraut y el pop barroco más alucinógeno. Atmósferas en las que fuimos inmiscuídos a la par que nos evadíamos del resto del público envueltos en nubes de humo y una oscuridad semi plena. Bien podían estar interpretando una banda sonora de un film post-apocalíptico que capturar nuestra atención mientras transitaban entre instrumentos dando vida a cada uno de los doce temas de ese álbum magno en frente de nuestras jetas anonadadas (O dándonos la espalda si es que estábamos detrás suyo en esas sillas de madera infernales).
Un show en el que María Pandiell, la partener del señor Gardner, llevaba en partes la batuta y dirigía el cotarro mientras Jacco hacía de las suyas. Un disco interpretado de principio a fin, así había sido concebido, así había ideado este caballero el show, y así fue ejecutado sin bises ni haciendo alusiones al resto de su discografía.
Show impoluto, parco en palabras y haciendo honor a aquello de ‘presentación del disco’. Sabor agridulce sin embargo al no poder disfrutar de ninguna de las composiciones anteriores de este joven genio, tendremos que esperar nueva visita para ello, si es que no se le ocurre componer una opera rock por el camino.
