26 abril 2024

Jesús Ordovás fue el encargado de presentar el concierto homenaje a Carlos Berlanga que tuvo lugar en la madrileña sala Joy Eslava el pasado 30 de septiembre. Fue él quien explicó que el show estaría dividido en tres partes: una primera folk, una segunda electrónica y una tercera indie-rock, cada una compuesta por la actuación de tres grupos que interpretarían los temas que forman parte de ‘Viaje satélite alrededor de Carlos Berlanga’ -disco que animó insistentemente a los asistentes a comprar y no piratear-.

Anni B Sweet rompió el hielo con su versión de ‘Manga por hombro’, una de las más mediocres del álbum. Tras ella, La bien querida hizo una interpretación correcta de ‘El hospital’, su canción elegida para el homenaje. Ambas estuvieron bien pero a años luz de Bebe que, con su impresionante versión de ‘A quién le importa’ en clave de tango, fue una de las más aplaudidas -y con razón- de la noche.

Ya en la segunda parte, y tras un intermedio en el que se proyectaron ilustraciones de Carlos Berlanga al tiempo que sonaban los temas del álbum tributo que se presentaba, salieron al escenario Hidrogenesse, ataviados con unos exageradamente cortos shorts y gran taconazo por parte de Genís, para tocar ‘Tazas de té’. Tras ellos, las Nancys Rubias interpretaron ‘¿Qué sería de mi sin ti?’, en una actuación que sorprendente y lamentablemente fue bastante mejor que la de Fangoria, con una Alaska que se equivocó repetidamente en la letra de ‘En el volcán’ pese a tenerla delante apuntada.

Después del segundo intermedio llegó el turno de Los Acusicas, la banda de Mauro Canut, hermano de Nacho de Fangoria, que fueron los únicos que innovaron al encadenar ‘Mujeres rusas’ con ‘Bote de colón’ y ‘Toca el pito’. Napoleón Solo tocaron su estupenda versión de ‘Cebras’, uno de los temas más emblemáticos del ‘Canciones profanas’. Por último, y tras un extraño discurso por parte de Eric -cuyos compañeros de grupo lo tuvieron que sentar en la batería prácticamente por la fuerza-, Los Planetas cantaron su mejoradísima versión con respecto a la aburrida original de ‘El verano más triste’, bajo la atenta mirada de Alaska y Nacho desde el lateral del escenario.

Nueve fueron las canciones que sonaron en total en el concierto, que se desarrolló con un ritmo bastante lento debido a los inevitables cambios en el escenario entre una actuación y otra, pero que sin duda mereció la pena soportar al ser ésta una oportunidad irrepetible de poder disfrutar en directo de algunas de las mejores composiciones de Carlos Berlanga. ‘Carlos baila’, de Family, que sonaba mientras el público abandonaba Joy Eslava, fue el broche perfecto a la noche.