10. Crystal castles / Crystal castles

El sonido de Crystal castles radica en la electrónica dura, aunque esta etiqueta nos sirve como indicativo, porque estamos ante la propuesta más bizarra del año (tanto en su acepción oficiosa de valiente como su significado coloquial -del francés e ingles- singular o raro) hasta el punto en el que se torna atractivo.
Con reminiscencias de The Knife, Simian Mobile Disco o Animal Colective han fusionado la parte más voluptuosa del electro con las sintonias de la creciente escena chiptune de los 8 bits a base de experimentación, vocales gritonas y sobrecargadas de efectos, melodías interesantes en los teclados y unos controvertidos directos. Les pesa quizás un álbum demasiado largo -16 títulos- que con tantos efectos, loops y ruidos varios, ademas de que no es fácil de escuchar, puede terminar resultando cargante en primeras escuchas completas, su verdadera fuerza estan en los singles.

9. No Age / Nouns

No age luchan por el equilibro perfecto entre no preocuparse demasiado (acerca de la estructura de las canciones, regrabaciones para añadir a la pista original o ser atractivos para las masas) y preocuparse mucho (acerca de espontaneidad, pasión y trasladar las pequeñas putadas de la vida a canciones). En su disco tenemos la energía estridente del punk, chirriantes feedbacks noise, agresivas texturas de guitarra e incluso alguna melodia memorable, solo hay que oir ‘Sleeper Hold’, ‘Miner’ o ‘Teen Creeps’ para contagiarse de la energía del dúo.
A pesar de las restricciones del grupo (solo son batería y guitarra, pero prefieren usar un millón de pedales de efectos antes de contratar un bajista con el que grabar el disco y no poder emularlo en directo) han salido con un álbum más excitante que los estudiados uniformes trabajos de bandas de rock.

8. Cut Copy / In Ghost Colours

Cut Copy reúnen sonidos electrónicos y melodías pop con un punto de oscuridad, donde una de las influencias son los New Order de los últimos ochenta. En este ‘In Ghost Colours’ incluyen desde hedonistas y amables trallazos electropop perfectos para la pista como ‘Lights and Music’, ‘Feel the Love’ o ‘Hearts On Fire’ con ese saxo épico, hasta el ruidoso éxtasis de ‘So Haunted’ o ‘Unforgettable Season’ donde vemos la influencia del productor Tim Goldsworthy, uno de los gurus de DFA, que dejó el colegio para seguir por toda Gran Bretaña a My Bloody Valentine en los 80.
Un logrado álbum en el que sobre los beats o los pedales predomina la búsqueda de la melodía siempre presente vinculando todos los temas.

7. The Dodos / Visiter

Folk pop frenético y acelerado, o freak folk que tan en boga está estos últimos años de los ’00 de manos de este dúo San Francisco. En este Visiter tenemos banjos y guitarras que cohabitan con voces femeninas y la omnipresente percusión, a ratos marcial y de ecos africanos, que lo mismo nos que nos sitúan en un psicodelico rito tribal que puede parecer fruto de la mas pura improvisación, secciones de country-blues y sobretodo pop experimental.
Pero ¡atención! no es un disco como para oír un par de canciones y determinar si merece la pena o no: la merece, pero como en la época del vinilo hay que oírle del tirón, reposadamente, para apreciar sus texturas y finalmente terminar enganchando pidiendo más a este disco de 14 pistas.

6. Glasvegas / Glasvegas

Otro de esos debuts que prometen. Este homónimo esta construido mezclando dos claras referencias y sabiendo combinarlas: por una parte el pop vocal de los años 50, ese de los coros y las melodías clásicas, y por otro un fondo noise, entre el post-rock y el shoegaze, creando un muro de sonido a lo Phil Spector con las guitarras.
Las canciones resultan a tiempo clásicas en el buen sentido con sus “Oooh, oooh, oooh” pero con ese fondo de guitarras en tensión que lo llena todo, amenazando con una rebelión en cualquier momento (como en el sobrecogedor final de ‘Polmont On My Mind’) y a tiempo apabullantes y emotivas, envueltas en esa agonía desmedida de sus guitarras.
Con una colección de temas apabullante (‘Geraldine’, ‘Daddy’s Gone’, ‘Lonesome Swan’,…) si algo hace que este disco no esté más alto en la lista es quizás la uniformidad de las canciones y que los temas ‘distintos’ como el hooligan ‘Go Square Go’ o ‘Stabbed’ (un ‘Claro de Luna’ de Beethoven que da vergüenza ajena) no terminan de encajar.

5. TV On The Radio / Dear Science

Da gusto seguir a un grupo y terminar confirmando que su debut no fue un hype cualquiera y son capaces de facturar segundos discos brillantes como ‘Return To Cookie Mountain‘ o terceros como este.
Un álbum muy equilibrado que tiene más fuerza en su escucha general que en tracks sueltos, de forma que se puede percibir la variedad de influencias con las que, siempre desde sus raíces funk, experimentan: fuerza de agresivas guitarras, orquestaciones, bases propias del hip-hop,… todo con mucho sentido y en ningún momento fuera de lugar.

4. Micah P. Hinson / Micah P. Hinson And The Red Empire Orchestra

Micah P. Hinson lleva una carrera impecable y ciertamente activa. Tanto que ni siquiera lesiones que le postren en cama le quitan de grabar (así grabo su segundo disco). En poco mas de tres años el insultantemente joven -para su voz- Micah se ha labrado un nombre que destaca por encima del resto de cantautores consagrados a la Americana.
Su música folk de raíces americanas es capaz de evocar melancolía, grandeza o emociones desgarradoras con una voz profunda, desgastada y amarga, como si ya lo hubiera vivido todo pero con un tono general más optimista, dejando atras ese pasado con drogas y cárcel. O no, la cancion que cierra el disco se titula ‘Dyin’ Alone’.

3. The Last Shadow Puppets / The Age Of The Understatement

Nadie daba un duro por Last Shadow Puppets cuando se metieron al estudio.
No me malinterpretéis, el grupo formado por los lideres de Arctic Monkeys y Rascals, Alex Turner y Miles Kane respectivamente, nunca tendría problemas de financiación o de encontrar un sello discográfico que les produzca, al fin y al cabo si ademas colaboran James Ford de Simian Mobile Disco y Owen Pallett de Final Fantasy a este supergrupo no le iba a ir mal en cuanto a ventas, aunque solo fuese por el morbo.
Pero resulta que el resultado es mucho más interesante que los respectivos últimos de Rascals y Arctics, una incursión retro con referencias que van desde el spaghetti western hasta el estilo pop sesentas orquestado, con canciones vibrantes como el galopante ‘Only The Truth’ o el single ‘The Age Of The Understatement’ y baladas/medios tiempos como ‘My Mistakes Were Made For You’ o la maravillosa ‘Meeting Place’ donde las brillantes melodías vocales se acompañan perfectamente con las cuerdas de los 22 miembros de la London Metropolitan Orchestra, un ingrediente final muy apropiado que está acertadamente aprovechado sin abusar.

2. Vampire Weekend / Vampire Weekend

En 2001 un grupito de NY llamado strokes publicó ‘Is This It?’, un disco genial que fue elevado a los altares por publico y critica reivindicando el garage rock, sonando clásico y moderno al mismo tiempo. Este año muchos han querido ver ésto mismo en Vampire Weekend, otro grupo de NY -también acomodados, se conocieron en la Universidad de Columbia- pero totalmente diferente a los primeros. Ya no solo por sus pintas bien, su innovación también se encuadra en el indie-rock pero en un sentido opuesto, ellos apuestan más por el pop fresco incorporando percusiones africanas, bases reggae o incluso ska como en A-Punk, resultando sorprendentes en esta rica mezcla de recursos sonoros.
Contagioso, inmediato o vitalista son adjetivos que fácilmente se asocian con este debut sobresaliente que tiene sus pilares en canciones como ‘Mansard Roof’, ‘Oxford Comma’, ‘A-Punk’ o medias baladas como ‘The Kids Don’t Stand A Chance’.
Nos espera una oleada de discos con este rollo afro-pop? Mientras todos sean así, keep them coming!

1. Portishead / Third

Pocos grupos vuelven a la actividad después de más de 10 años y consiguen grabar algo digno.
Con Third, Portishead no solo han entrado en ese selecto club, sino que han creado una obra grandiosa y atemporal, libre de las modas o vicios propios de cada época, un disco memorable como lo fue su debut Dummy o aquel Blue Lines de Massive Attack sin estancarse en formulas.

Solemne, oscuro,… la maravillosa voz de Beth Gibbons te sumerge en un mundo pesimista de relaciones vacías, inadaptación, búsqueda de uno mismo mientras que las guitarras, sintetizadores, coros, partes acústicas con suaves pianos, machacones ritmos industriales y muchos más elementos llenan el ambiente mezclados de forma inusitada.
Capas y capas melódicas se van desarrollando y superponiendo, ahogándose, elevándose; buscando no la melodía final pegadiza como tantos himnos pop, sino trazar un camino, conseguir una fuerza en la cancion. Crear una impresión.