19 marzo 2024

El jueves nos acercamos a las oficinas de Subterfuge en Chueca, para charlar con los integrantes de Viva Suecia, Jess Fabrik (bajista) y Fernando Campillo (batería).

Un lugar atestado de recuerdos, impregnado de la ternura de la duda y el error. De voces que guardan cada rincón; del candor de la hora que avanza, y arrastra nuevos despertares; el sinsabor que se consume y arde en misterios. La música.

Todo ello cabía entre cuatro paredes, hasta arriba de las piezas de una identidad comunal y perfecta. Cuatro paredes que arropaban la incendiaria vacilación del que busca respuestas. 

Allí estábamos, y allí estaban.

Resultado de imagen de viva suecia

Escriben María Rozados y Sara Martínez.


¿Cómo recordáis vuestros orígenes? ¿Creéis que existen, a día de hoy, muchas trabas para el artista joven en España?

J: Yo creo que lo recordamos con cariño y con muchas ganas de trabajar. No hace tanto tiempo de esto, tampoco. Nosotros queríamos montar una banda por hacer las canciones que nos gustaban o que nos hubiera gustado escuchar en otras bandas. Lo cierto es que no había ninguna pretensión. Sobre si encontramos muchas dificultades… Todo lo contrario. En cuanto quisimos grabar, grabamos a los pocos meses. En cambio, antes, cuando yo tuve mi primer grupo con quince años, era muy difícil grabar un disco… Tenías que grabar tu maqueta, y si querías que alguien escuchase tus canciones había que dárselas en una cinta o CD.

F: Bueno, le echamos valor, ¿no? Pusimos un poco de dinero para el primer disco, y a partir de ahí… Surgió la magia.

Os hemos visto ya todos en La Resistencia… ¿Creéis que un fenómeno mediático como este os va a afectar, o pensáis que vuestros fans son ya fans consolidados?

F: Nos ha venido muy bien, la verdad. Siempre es un empujón importante, porque es un programa que ve mucha gente y llega a un gran público.

J: A ver, La Resistencia es un programa jet. No habían pasado ni 24 horas, y ya teníamos 250.000 reproducciones en YouTube. No significa que 250.000 personas se queden con tu nombre y escuchen tu música, pero evidentemente es positivo. Seguramente muchos de ellos te descubran, y les dé la curiosidad de entrar en tu Spotify. Algunos se quedarán, y para otros pasaremos sin pena ni gloria. Pero es así.

F: Y en Instagram también hemos visto que entre hoy y ayer han subido los seguidores un disparate.

¿Cuál fue el primer artista o grupo al que seguisteis como fans?

F: Puede que Nirvana fuese el primer grupo que me impactó y al que empecé a seguir como tal. Me marcó bastante.

J: A mí me llegó después. Fue Peter Hook, de New Order y antes Joy Division, el que me hizo perder un poco la cabeza con la música y el bajo.

¿Qué grupos de actualidad os inspiran dentro de la escena nacional? ¿Y fuera de España? ¿Algún nombre femenino a subrayar?

J: Pues sí. Yo soy bastante de escuchar voces femeninas, sobre todo en inglés. En España… Joder, acabamos de estar con Amaral. Y es una crack. No sabemos ni cómo definirla. Y está Zahara, está Anni B Sweet… Cuando Zahara sacó su disco, cuando Anni sacó disco, lo escuchas y dices “hostia, qué bonito”, y coges ideas. Hay un montón de artistas femeninas que tienen ideas increíbles. Maika Makovski, por ejemplo. Cuando empezamos con el grupo, Alberto y yo éramos unos auténticos flipados de lo que hacía. Somos bastante melómanos en este aspecto, e intentamos no separar en cuanto a este criterio. Al final es música, y no tienes que distinguir si estás escuchando un género u otro, aunque inevitablemente, al final, cada uno tiene sus preferencias.

F: El grupo favorito de mi vida ha sido The Cranberries, así que… O’ Riordan era bestial.

¿Cómo véis el mundo de la música en términos de desigualdad? ¿Creeis que la industria musical es una industria sexista?

J: No es solo en el mundo de la música. Es la sociedad en general. Nos queda todavía muchísimo camino por hacer. Sería bastante hipócrita por nuestra parte decir que no tenemos nada de machismo. Nos hemos educado en una cultura machista, tanto nosotros como supongo que vosotras. Y de momento nos va a costar muchísimo barrerlo todo y empezar a construir una sociedad igualitaria. Respecto a la música, la situación está mejorando un montón, pero aún queda mucho por hacer porque… Joder, es la sociedad en la que vivimos. Pero está mejorando mucho.

F: Sí. Hay más iniciativas.

J: Sí que se ha notado una cosa muy importante, y es que en la música -y no hablo de los escenarios, sino de la parte de atrás- hay muchísimas mujeres trabajando, y creemos que funciona muchísimo mejor desde entonces. 

F: Y lo podemos decir. Aquí en nuestra oficina trabajan tres chicas con nosotros, y sin ellas no seríamos nadie. 

J: Queda muchísimo por hacer, pero tenemos la fe de que seguramente llegarán cambios y cada vez habrá más mujeres sobre los escenarios.

¿Hay algún cliché que intentéis derribar con vuestra música?

J: Hay algo en lo que siempre hacemos mucho hincapié, sobre todo cuando se intenta etiquetar la música. Al final es necesario etiquetarla porque hay tantos estilos y es tan fácil cruzar la línea de uno a otro… Pero sí que es verdad que hay una cosa en la que incidimos cuando nos preguntan, y es si somos una banda de rock. Porque nos sentimos una banda de rock. No creo que tenga sentido etiquetar de la manera en que se está etiquetando hoy a la música alternativa.

¿La música alternativa es rock?

J: Depende de la estructura. El rock no es solo un estilo de música, es también un estilo de vida. Hay música alternativa que no tiene nada que ver con el rock, pero… Pon por ejemplo la música urbana. ¿Cuántos traperos son “estrellas de rock” y cogen las estructuras de sus canciones de ahí? ¿O la música electrónica? Hay canciones de Justice que podrían ser perfectamente temas de rock y no hay ni una guitarra eléctrica.

¿Creéis que hoy en día la industria musical está centralizada en exceso en torno a núcleos como Madrid o Barcelona? ¿Pensáis que eso limita las posibilidades de gente que viene de fuera o no tiene la posibilidad de acceder a ese mercado?

F: Yo creo que no. Te podría decir hasta lo contrario. En Murcia tenemos la facilidad de que los locales de ensayo son más baratos, la comunicación es más fácil y fluida. Quizá en Madrid, comparando, es más difícil… Por ejemplo, un local de ensayo te cuesta el triple o el cuádruple que allí. Y por eso hay grupos que no pueden avanzar.

J: Yo creo que depende de dónde vengas. Yo soy de un pueblo de Jaén, de Alcalá la Real, y salir de allí es bastante complicado. Tienes que moverte para tocar y conocer gente. Al final, el boca a boca también hace mucho. Pero no creo que sea necesario acceder a esos “núcleos”. 

De todas vuestras canciones, ¿cuál es la que más os gusta o que encierra un significado especial para vosotros? 

J: Cada uno de nosotros tiene la suya. Yo creo que la mía es “Ahora, tú”, más que nada por el significado que tiene.

F: Yo, por ejemplo, una del nuevo disco que se llama “Creo que aprendí a decir que no”. Me parece una de mis favoritas, si no la primera. 

¿Y la que menos? Alguna cuyo desarrollo no os haya terminado de convencer, que no haya ido por dónde esperabais, o haya dado un mensaje equivocado… 

J: Bueno, al principio. Mira, por ejemplo, sacamos como single “Palos y piedras”, que es una canción que nos encanta. Pensamos que sería un tema que iba a funcionar, pero lo cierto es que se quedó un poco atrás… No llegó a la gente tanto como otras, e igual se sale del repertorio porque es difícil mantener todas.

¿Y cómo te sientes cuando pasa eso?

J: Bueno, hay muchas más que la suplen porque funcionan. Así que no pasa nada. Pero eso, que la seguimos tocando en la gira porque es una de las canciones que más nos gusta.

Los festivales indie en España. ¿Creéis que están bien organizados o que aún hay fallos en el planteamiento, cosas que corregir…? Vosotros habéis estado en algunos de los festivales más conocidos de España, y ahora tenéis una importante lista de confirmaciones. Desde vuestra experiencia, ¿qué opináis?

J: Lo que hablábamos antes. El concepto de “festival indie” como tal apenas existe hoy por hoy. Nosotros estamos acostumbrados a ver a bandas de todo tipo y de todos los estilos en los festivales, y ya nadie se escandaliza. Y es una suerte que sea así.. Hay festivales que están muy bien organizados, y que son un ejemplo a seguir para otros festivales de Europa e incluso en Estados Unidos. En España hay festivales muy potentes. Luego hay otros que sí tienen un presupuesto ajustado y que evidentemente podrían hacer las cosas mejor, pero no pueden por falta de dinero. Pero, por lo general, la música en España funciona y está funcionando bastante bien.

F: Pero también hay que decir que no está reñido el dinero con el trato recibido. Puede ser incluso un poco mejor en un festival pequeño y más humilde que en un DCODE o alguno de esas dimensiones.

¿Y alguno al que os hayáis quedado con ganas de ir?

F: De fuera de España, sí, hombre, todos. (Risas). Por decir un nombre… El Rock al Parque de Colombia.

¿Y dentro de España?

J: Hay muchos festivales a los que no hemos ido, y que se hacen con mucho cariño. El Ewan, por ejemplo. Son festivales con un formato muy característico. También es cierto que nos gustaría estar en todos, pero es imposible.

 ¿Tenéis vuestros recelos en cuanto al periodismo musical en España? ¿Algo que os moleste especialmente?

J: Por lo general hay un nivel increíble.

F: Sí… Cada periodista tiene su fórmula y por supuesto no todos son iguales. Cada uno plantea las entrevistas de una manera, pero eso no hace que sean peores profesionales.

J: Yo creo que volvemos a lo de siempre. Cuando las cosas se hacen con el corazón y con pasión… Se va a notar a quién le gusta la música, y quién ha escuchado a Viva Suecia y no le agrada en absoluto. Que también es positivo que se haga una entrevista crítica.Pero el periodismo musical en España hoy en día es bestial. Hay muchísima gente con ganas de hacer las cosas bien, y están tratando las cosas con muchísimo cariño. Yo echo de menos un poquito precisamente eso: el ser algo críticos y quitarse el miedo -que también nos pasa a los músicos- de “no voy a pegarle un palo a tal grupo, o a tal festival”. Muchas veces es por la inseguridad de que no te acrediten en el próximo festival, o no te manden el sello para un nuevo disco. El caso es que ese “ojo crítico” hacia la música y el arte en general escasea un poco en España. 

¿Creéis que vuestra música es un reflejo de vuestras ideas, de vuestra personalidad creativa? ¿O lo concebís como fenómenos separados?

J: Totalmente un reflejo de lo que somos.

¿Y cómo la definiríais en pocas palabras?

F y J: Intensa. Pasión. Emotiva.

¿Os habéis planteado en algún momento tomar otro rumbo en vuestra vida?

J: Ya teníamos otro rumbo. (Risas

F: Claro. Antes de empezar con la música, estábamos ya en otros trabajos. Quizá no concebimos nunca llegar a esto. No sé si visteis la entrevista de La Resistencia… (Risas) Yo era transportista. Estar en la música era un sueño para nosotros, y ahora estamos aquí, trabajando en ella.

¿Cuáles creéis que son los valores más importantes que todo artista debe tener siempre en mente?

J: Cada uno tendrá los suyos. Pero yo creo que debe sentirse libre, en la medida de lo posible, claro está.

F: Yo diría la humildad.

J: Aunque depende. Yo creo que hay gente que no la necesita, y le funciona.

También hay artistas que triunfan porque se han construido un personaje, que no es para nada humilde.

J: Cierto.

¿A vosotros os preocupa que el espectador os llegue a conocer a través de vuestras letras, o preferís ese perfil más cercano?

J: No, no nos impone. Nosotros nos intentamos desnudar en las canciones, y no solo en las letras, también en la música. No creo que haya por qué construirse esa faceta, pero tampoco está mal si lo haces. De hecho, admiro a muchos artistas en esa línea. The Cure, por ejemplo. No creo que Robert Smith sea así en su casa cuando desayuna.

F: Nosotros como grupo de cuatro somos también una especie de unidad.

¿Qué habéis sentido al componer El Milagro? ¿Creéis que es un trabajo que dista mucho de los anteriores?

F: Bueno… Al componerlo creo que hemos sentido una especie de liberación, porque hemos sacado lo más puro y lo más sincero que teníamos nosotros como músicos. Nos hemos quitado la piel gruesa que teníamos y hemos sacado todo lo bueno a relucir. Y yo creo que por eso ha salido un disco tan luminoso, y tan francamente bonito.

Y, para terminar, ¿algo que decir a los lectores de NoTeDetengas? ¿Algo que hayáis dejado entrever en el disco y ahora tengáis la oportunidad de concretar? ¿Tal vez algo que nos queráis desvelar al respecto?

J: Todo lo que se puede desvelar del disco está en el disco. Lo mejor que pueden hacer los lectores de NoTeDetengas es escucharlo, y que cada uno saque sus propias conclusiones. No hay nada escondido, ni medias tintas. Somos nosotros mismos, en nuestra esencia. ¡Así que ojalá que os guste!