Fatídica noticia la del traspaso del maestro del Blues B.B. King a los 89 años de edad. Con él se va un símbolo y la inspiración de varias generaciones de músicos de blues. Nacido en Misisipi en 1925 en una familia humilde que vivía en una plantación de algodón, Riley B.King (ese era su verdadero nombre), como muchos grandes músicos de su generación, creció cantando en el coro de su iglesia. Fue a los 12 años cuando se hizo con su primera guitarra. Y desde entonces nunca mas se separó del instrumento de las doce cuerdas.
Mas tarde, su trabajo como Disc-Jockey en una emisora de Memphis le permitió meter su música con la que se pudo promocionar. Con un primer éxito con el single “3 O’ Clock Blues” su fama se fue extendiendo alcanzando una fama en los años 50 que ha llegado hasta nuestros días.
Con discos imprescindibles como “Singin’ The Blues” (1956), “The Blues” (1960), “A Heart Of Blues” (1962), el imprescindible directo “Live At The Regal” (1965), o los mas recientes “Riding With The King” (2000) junto a su alumno privilegiado Eric Clapton o su último de estudio “One Kind Favor” (2008); B.B. ha marcado una época no sólo por su sentir bluesman sino por crear escuela en su modo de tocar la guitarra. Sin olvidarnos de Lucille, apodo por el que se conocen sus guitarras.
Adicto al juego, vegetariano, abstemio de alcohol y tabaco, piloto de aviones, diabetico y acérrimo luchador de las causas sociales – creó una fundación para la enseñanza de la música entre los niños pobres – , atrás deja 15 hijos, un puñado de Grammys y un legado de conciertos y colaboraciones con otros músicos sin parangón en el mundo del rock.
Murió con las botas puestas y ahora no nos queda otra que llorar su vacío con sus maravillosos discos blues.
