Día a día, concierto a concierto, Jorge Drexler confirma y reconfirma que es todo un maestro sobre el escenario y no sólo musicalmente hablando. Dispone de una magnífica habilidad para conectar con el público y hacerlo partícipe de la velada, superando la pequeña (pero a la vez enorme) distancia que siempre existe entre artista y espectador.
La cita esta vez fue el pasado 8 de Julio en el Patio de la Hospedería de San Benito y, aunque parezca increíble (por lo menos para quién firma estas líneas), no se vendieron todas las localidades. Más de 20 canciones, bis incluido, en las cuáles solamente se olvidó de su LP Frontera a la hora de hacer repaso de su discografía.
Tras romper el hielo con las tres canciones que inauguran su último disco -el directo Cara B- Un país con el nombre de un río, Polvo de estrellas y La vida es más compleja de lo que parece, el cantautor uruguayo desafió al público a interactuar con él haciendo posible realizar peticiones de canciones. No es algo muy habitual presenciar un concierto que se va haciendo a medida de los asistentes según se va desarrollando.
La puesta en escena fue sobria, por no decir inexistente, al contrario que en su anterior gira, cuando presentó 12 segundos de oscuridad, donde le acompañaban sobre el escenario otros tres músicos y una cuarta persona al mando de un par de ordenadores portátiles, y le envolvían luces de diversos colores y tres pantallas planas creaban atmósfera mostrando diferentes imágenes complementarias a la música preparadas para la ocasión. Esta vez sólo estábamos allí su guitarra y nosotros.
Y fue pasando la noche entre ecos, deseos, amores y casualidades, El público se animó y siguió jugando con el maestro de ceremonias, proponiendo sus cambios en el repertorio. Así llegaron la oscarizada Al otro lado del río (a capella) y Horas, entre otras. El final lo marcó la ecléctica Disneylandia y la popular Todo se transforma. Tras un merecido bis, este incansable buscador de sonidos se despidió de Valladolid dejando un muy buen sabor de boca. Ahora queda desear que en su próximo reto siga superándose y que nosotros podamos disfrutarlo.
Texto: ATS y MYT
Fotos: MYT
Agradecimientos: Emma y Rubén