19 abril 2024

¿Es posible encarar una comedia en torno a las relaciones de dos personas maniáticas, fobicas y raras en resumen sin caer en noñerias, utilizando la voz en off como principal recurso narrativo y mantener un ritmo ágil?

Con medianeras hemos visto el inicio de película mas arrollador, absorbente y fresco de toda la seminci, un comienzo vertiginoso que recuerda al multipremiado corto en el que está basado, pero a pesar de los temores que siempre se plantean al ver la adaptación de un corto a su formato mayor, Taretto maneja el ritmo a su gusto y no desgasta las situaciones o el ingenio, brillando especialmente un guión inteligente que roza el monologo con un humor de situaciones absurdas pero extrañamente cercanas.

Javier Drolas y una Pilar López de Ayala con acento argentino (allí estuvo un mes para conseguirlo) encarnan a Martín y Mariana, protagonistas absolutos -y casi únicos- de la película: un par de freaks inmaduros, eternos adolescentes, y abandonados en plena vida adulta que sobrellevan gracias -o a pesar de- sus pequeñas particularidades, en las que es imposible no verse al menos caricaturizado. Una fabula optimista de la soledad en la vida moderna contada a traves de la descripción de las manías, miedos y hábitos de la pareja protagonista en las que vemos una radiografía -como la que ve Martín usando la luz de la pantalla de su ordenador, una gran metafora- de las carencias y particularidades propias de una generación de adultos que creció con internet, teniendo practicamente todo a un click, pero que no es capaz de unir a dos personas con grandes paralelismos en su vida que se hayan en la misma situación de busqueda, se intuyen ‘almas gemelas’ e incluso viven en edificios vecinos -lo que les hace cruzarse habitualmente sin tan siquiera verse-.

Gran pelicula que posiblemente se quede con el premio del publico, como en la Berlinale, pero debía ser reconocida con algo más.