Tres años después de su disco de retorno “Bloodpsorts” (2013), los británicos Suede acaban de publicar su continuación en la que vuelven a colaborar con su productor de su época dorada Ed Buller en unas sesiones de grabación a caballo entre Brueslas y Londres.
El resultado es un disco conceptual cuyas doce partes narran una única historia basada en los pensamientos de una chica que tras decidir acabar con su vida arrojándose al agua – de allí su icónica portada acorde al estilo habitual de la banda – y va repasando su vida. Además, el elepé viene acompañado de una película (dirigida por Roger Sargent) pensada para ser proyectada simultáneamente en los conciertos de los ya maduros músicos. Así lo van a realizar el jueves 2 de junio en el Primavera Sound, un día después de haber tocado en el festival en formato normal.
En el plano musical, si bien el predecesor “Bloodsports” miraba directamente hacia el “Comming Up” (96), ahora los londinenses se fijan en su etapa anterior, especialmente en el disco “Dog Man Star” (94). Pues estos “pensamientos nocturnos” ya no ofrecen tanto pop directo de guitarras y baterías poderosas, sino que se centra mas en las baladas tremendistas con orquestación y por encima de todo una interpretación vocal de una lucida Brett Anderson que se vuelve a reivindicar como buen alumno de Bowie que es.
Son baladas profundas como “When You Are Young” y su pareja “When We Were Young” que cantan a la nostalgia de la juventud perdida, “Pale Snow”, “Tightrope”, “Learning to Be” y la final “The Fur and the Feathers”, baladas que crean ambientes oscuros llenos de melancolía a cargo de logrados violines y delicados pianos y en ocasiones apoyados por efectos del sintetizador.
Aunque en el disco también hay pop en que mandan los potentes ritmos de la batería y la guitarra de Oakes como “The Outsiders”, “No Tomorrow” o “Like Kids”, y medio tiempos como “I Don’ t Know How To Reach You” o “What I’ m Trying To Tell You” que nadan a medio camino de una y otra cara musical.
Un interesante disco con el que Suede confirman su vuelta sin caer en el estancamiento y repetición y sin perder su identidad. Una identidad forjada hace 25 años, que no es nada.
