18 abril 2024

A veces por mucho que lo pienses no acabas de ver claro si es cuestión de talento o si bien son una conjunción adecuada de factores (el momento adecuado, las compañías necesarias…) las que propician que un determinado grupo o artista trascienda a los canales publicitarios ordinarios y consiga posicionarse como aglutinador del gusto de la inmensa mayoría y además hacerlo sin perder la validez de su propuesta y su integridad. Ha ocurrido, en mayor o menor medida, con Fito Cabrales y de manera más marcada con Quique Gonzalez (curiosamente ambos comparten agencia de management) y quien comenzaba hace ya quince años su aventura discográfica de la mano del omnipresente Carlos Raya ha logrado ocho discos después ser capaz de enlazar gira tras gira con rotundos sold outs, como ocurrió la noche de Valladolid, y acopiar bajo la sombra de su guitarra Gibson (yo fui de los que echó de menos el protagonismo de la vieja Telecaster) a toda una generación cantando sus letras con devoción.

Quique Gonzalez escenificaba en el Laboratorio de las Artes (LAVA) de Valladolid su segunda fecha en la gira de su nueva obra, Delantera Mítica, después de haber triunfado apenas unas horas antes en Santiago y no defraudó a quienes le siguen con un set list en el que, como es tradicional en él, se centró de manera rotunda en su nuevo retoño, de la que incluso enlazó las cuatro primeras canciones de la noche, pero que dejó la sensación de que Quique hacía un guiño al lado más rockero de su repertorio y tras su gira de Desbandados, última que pasó por estas tierras, abrazaba de nuevo la vereda eléctrica apoyándose en una formación rotunda en su base rítmica (los integrantes de Señor Mostaza, Alejandro Climent y Eduardo Olmedo) y capaces de acentuar los matices sutiles en las cuerdas de Edu Ortega (sobresaliente con la mandolina) y Pepo López todos ellos sin robar una pizca de protagonismo a un Quique que con un solo gesto es capaz de agitar a las masas.

Y el protagonista de la noche jugó con las canciones y los tempos en un concierto que por momentos parecía estar compuesto de pequeños sets: ahora empiezo con mi nuevo disco, ahora os enloquezco con la electricidad de Miss Camiseta Mojada, la versión eléctrica de 39 grados y Hotel Los Ángeles… o nos devolvía a la tranquilidad de Es Tu Amor En Vano…quizás todo de manera algo deslavazada y con una falta de ritmo que recuperó cuando en los bises echó mano de la solidez de Vidas Cruzadas y Los Conserjes de Noche, retazos ambos de una época en la que Quique y su prosa eran menos profundos y por tanto más inmediatos.

Pero si algo quedó claro, y no es la primera vez, es que en una escena musical repleta de cantautores llorones que parecen salidos del capítulo más rancio de Cuéntame (suponiendo que se pueda establecer un ranking ) Quique destaca por la fluidez con la que supuran sus acordes las huellas que musicalmente ha seguido desde el principio, las que le emparentan con Wilco o Ryan Adams, pero que filtran aires muy mediterráneos y últimamente le hacen seguir mirando al sur y alejarse del camino de Petty o incluso Dylan, a quienes sus más acérrimos seguidores se permiten el lujo de comparar, para herejía de algunos de los que nos declaramos fans de Quique. Sin embargo sigue caminando por ese peligroso filo de la navaja que puede llegar a unir en un concierto al seguidor de Robert Zimmerman con la panadera de la esquina y aunque sobrevive de manera meritoria a la exposición global deberá de seguir midiendo sus pasos. Por fortuna soy de los que piensan que llegado el hipotético caso (o mejor dicho el “ocaso”) Quique podría regresar con naturalidad a su acústica y su teclado por recintos de menor enjundia como hizo no hace tantos años. Mientras tanto habrá que seguir disfrutándolo y creyéndoselo, al fin y al cabo él se lo ha ganado.

La fábrica
Parece mentira
Dónde está el dinero
Viejos capos
Restos de stock
Caminando en círculos
Cuando estés en vena
Delantera mítica
Torres de Manhattan
No encuentro a Samuel
Palomas en la quinta
Pájaros mojados
Hasta que todo encaje
La ciudad del viento
39 grados
¿Es tu amor en vano?
Las chicas son magníficas
Kamikazes enamorados
Suave es la noche
Miss camiseta mojada
Hotel Los Ángeles
Tenía que decírtelo
Salitre
Dallas-Memphis
Su día libre
Vidas cruzadas
Y los conserjes de noche