24 enero 2025
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Tras la excelente primera jornada del festival Vigo transforma, las más de 5000 personas que acudieron el primer día se vieron considerablemente reducidas en el segundo día, con una programación mucho más variada y con menos cabezas de cartel.

Esta menor asistencia ya se pudo notar en el conciertazo que los Polock dieron ante no más de 200 personas. Los jovencísimos Valencianos no tuvieron más de media hora para presentarnos los temas de ese debut que tanto nos ha gustado por aquí, ‘Getting down from the trees’, a pesar de que su sonido nos recuerda a una specie de mezcla de Phoenix con Strokes con una pizca de los Delorean de antaño. De nuevo la hora, las 19:30h, la corta duración y a pleno sol no fueron las condiciones más adecuadas para disfrutar de la banda, pero esperamos poder verlos en breve en sala como este grupo lo merece.

El grupo local Eladio y los Seres Queridos fueron los elegidos para inaugurar el segundo día el escenario Xacobeo aunque bien podían haberlo hecho en la minicarpa Mondosonoro de la entrada como lo hicieron los gallegos Carrero Vianco (ex-TAB) ya que, para presentar su único trabajo ‘Esto que tienes delante’, de esa manera simple, correcta y tradicional, tenían de sobra con un escenario menor.

Por suerte Neil Hannon nos endulzó el agrio sabor que nos dejó este último concierto con su magnífico show. Hannon, único miembro estable de The Divine Comedy, apareció con bombín, traje, botella de vino y maletín y, con sun sonrisa de oreja a oreja cual dandy londinense, se ganó a los miles de fans que abarrotaron el escenario Heineken para uno de los conciertos más esperados del festival. Acompañado únicamente de su piano, Hannon presentó su último disco ‘Bang Goes the Knighthood’ y no se olvidó de clásicos como ‘Tonight We Fly’ o ‘Our Mutual Friend’. En un momento de emoción, el descoordinado publico vigués decidió arroparle acompañándole a las palmas, y, de manera muy cercana y amable, Hannon pidió que lo dejásemos ya que era imposible coordinarnos todos y no desconcetrarle en sus intimistas composiciones. El momento poppero para las masas llegó con ese magnífico cover del ‘Time to Pretend’ de MGMT con simpático olvido de letra incluído y hasta se animó a interpretar otro par de temas a la guitarra tras lo cual pidió a votación si preferíamos que continuase al piano o a la guitarra con la divertida frase de ‘hey! look at me! i’m multi-instrumental! i can play TWO instruments… barely’. Carismático hasta decir basta, Hannon nos regaló uno de los mejores y más disfrutables conciertos del festival.

Tras el ambiente intimista de the Divine Comedy le tocó el turno a los teens Californianos The Morning Benders que, sonando demasiado a Arctic Monkeys y ese tipo de bandas teen-wannabes pero con muy poco rodaje aún en los escenarios, presentaron las potentes canciones de su álbum debut ‘Big Echo’ y hasta se atrevieron jugar en las ligas mayores versionando (no demasiado, pues lo interpretaron casi igual), el ‘Ceremony’ de Joy Division. Les costó conectar con el público, pero los chavales lo intentaron.

La sorpresa del día sin duda fue el magnífico directo que Delafé y las Flores Azules presentaron a plena noche. Presentando su nuevo álbum ‘vs. las Trompetas de la Muerte’, Óscar y Helena nos hicieron bailar como posesos con sus sencillos pero efectivos temas con ritmos hip-hoperos, magníficas melodías con su seccón de vientos y lsus geniales etras pop. Genial ese tema tan retro Georgie Dan ‘1984’ –“esta es, la canción del verano, de 1984”– como no, ‘La primavera’ y, en nuestra opinión, el mejor de sus temas, ‘El Espíritu Santo’. Delafé ofrecen un concierto divertidísimo que te deja con sonrisa de oreja a oreja y ganas de más marcha que bien pudieron aprovechar los esperadísimos Orbital.

A pesar de no llegar a la media noche aún, la organización decición programar a los hermanos Hartnoll, Orbital, aún a hora popular para que todos los asistentes pudieran bailar a los ritmos electrónicos de la mítica banda. La gente, no demasiado desfasada debido a la temprana hora, saltó, gritó y vibró con ‘Satan’ o ‘Belfast’ durante una sesión que duró la friolera de noventa minutos, el doble de lo que tuvieron todos los artistas. Sin duda eran la cabeza de cartel pero la hora no fue la más acertada para poder desfasar como dios manda con este tipo de conciertos y acabar la noche.

Tras ellos, la bizarrada de Fischerspooner, que se trajo a una Dj cachonda (medias de rejilla y liga incluídas) mientras él se pirplaba botellas de champagne en el escenario y cantaba con las bases. No duramos más de quince minutos y decidimos retirarnos de esta mofa. (CASI tan patético como aquella George Pringle teloneando a Air en Madrid…)

En definitiva, a pesar de los altibajos en el cartel, programación de horas y algún detalle sin mayor improtancia, calificamos al festival Vigo transforma como uno de los mejores realizados y organizados hasta la fecha, un auténtico ejemplo a seguir que, esperemos, se repita a lo largo de los años para darle algo de color a la ciudad de Vigo, que lo merece,