El post-punk intrigante que caracteriza a Los Ataúdes se muestra en su tercer adelanto, El Verdugo, en su forma más clarificadora. En un relato sobre el amor por una mujer condenada por asesinato, la banda formada por Carlos Jimena (batería de Guadalupe Plata), Javi Chotacabra y Javier Quemasangre expone su estilo lo-fi que bebe de la tradición, la leyenda popular y el costumbrismo. Tercer Clavo es un disco con mucho cuerpo, grabado en una Tascam y con Cassette, puro estilo lo-fi. Alternativo y oscuro.
La unión de Javi Chotacabra con los ritmos de Carlos Jimena (batería de Guadalupe Plata) y los teclados fúnebres de Javier Quemasangre da lugar a un post-punk intrigante, que bebe fuertemente de la tradición, la leyenda popular y el costumbrismo. Con un ritmo constante e hipnótico, el tema avanza y nos envuelve en noche, misterio y sangre.
El sonido de Los Ataúdes es cáustico y herrumbroso, un estertor al filo del hechizo. La cercanía con el Punk y el Blues más primitivos puede masticarse en las piezas iniciales de la banda, un par de discos de siete pulgadas con cuatro canciones cada uno: ‘Primer Clavo’, editado en febrero de 2017 por Amok Records y ‘Segundo Clavo’, coeditado esta vez por Amok Records y Second Storm en enero de 2018.
Tres años más tarde, con la tentativa de oscurecer todavía más la causa, se suman al proyecto los teclados fúnebres de Javier Quemasangre. Es desde ese momento cuando Los Ataúdes comienzan a grabar su ‘Tercer clavo’, ocho canciones sobre amores sesgados, venganzas y ladrones de tumbas que verán la luz próximamente de la mano de Everlasting Records.
