Sidonie volvían al valladolindie una vez más para presentar su nuevo disco, “El Incendio”, trabajo similar a su anterior “Costa Azul”, con un espectaculo muy parecido al que les vimos hacer dos años antes en la sala Mambo o en corto en el twoday festival. A que suena un pelin repetitivo? Puede que si, pero que un grupo como Sidonie repita casi anualmente, amplie espacio pasando de actuar en discotecas, a la feria de muestras a finalmente el CC Miguel Delibes y además abarrote este último solo puede significar que no lo están haciendo nada mal. Con una acustica impresionante la sala de Teatro Experimental, convertida en informal sala de conciertos con sus palcos replegados, no era para menos y el grupo se tomó con filosofia eso de sonar bien como pudimos comprobar en las pruebas de sonido previas a la entrevista que podéis ver en nuestro canal de vídeo. El concierto arrancó potente con uno de sus singles más bailables y reconocidos del “Costa Azul”, ‘Nuestro baile del Viernes’ que como era previsible encendió a casi todo el publico que se vió saltando desde el primer tema. Los temas elegidos se centraron principalmente en el contenido de sus dos últimos discos, los más accesibles y conocidos por el gran publico, entre los que rescataron algún tema del ‘Fascinado’ (como la ‘Boheme’ o precisamente el que le da nombre al album que fue uno de los más celebrados) y de su época psicodélica y britanica con ‘Feeli’n down’, ‘On the sofa’ o ‘Moog’.
En un show cercano a las dos horas nos quedó claro que estos chicos tienen bien aprendido lo que hay que hacer para dar un buen y entretenido espectaculo en un concierto: faltó la pirotecnia del twoday pero sobró actitud en el escenario, escenificación -como cuando Ros hizo sentar a todo el auditorio en el suelo para darse una vuelta por el mismo y cantar ‘Giraluna’ solo acompañado del impresionante teclista a los mandos del Hammond-, cercania, una iluminación muy acorde y descaro, como ese momento de recuerdo, con el sitar ya preparado, en el que transformaron la sala en un oscuro homenaje a la psicodelía de los 70s, con Ros fuera del escenario, músicos por el suelo y una letania de fondo al ‘Raiders on the storm’ de los Doors. En resumen la actitud rockera de siempre para defender unas canciones sumamente pop que te enamoran por sus melodias redondas y su aparente sencillez en una agradable puesta en escena y efectiva interpretación.
Genial el concierto!!para repetir!!
destacar la acústica increíble y una iluminación muy buena.
Dos horas que se pasaron muy rápido, se estuvo agusto, sin agobios de gente, momentos increíbles como el giraluna, y bonito homenaje a Delibes.