25 abril 2024

Foto Fabio Luguero.

Foto de Fabio Luguero.
Foto de Fabio Luguero.

Ver a una panda de músicos subirse al escenario enfundados en trajes a camino entre los Reyes Magos de Carmena y un Merlín perdido por el Nilo asesorado por Paco Clavel siempre es curioso, sobretodo si el que lleva la batuta para la ocasión peina canas con la friolera de casi 92 tacos y sopla el saxo como si le fuera la vida en ello. Dicho maestro lleva por nombre Marshall Allen y fue el encargado de acompañar y dirigir a una Sun Ra Arkestra que desplegó su jam espacial el pasado lunes en el Teatro Lara gracias al Ciclo 1906.

Hasta once componentes se amontonaban en escena para difundir la palabra del difunto Sun Ra, una religión que es profesada aún por unos músicos que combinan veteranía con maestría en un recinto transformado en templo del space-jazz donde lo mismo un solo de Saxo te eleva hasta Saturno que una flauta picaruela se cuela por tus oídos, donde quizás hay que ejecutar unos pasos de baile para el público y tirarte como si estuvieras en una batalla de break dance Red Bull Academy con la diferencia de que subes la media unos cuarenta años, donde los contrabajos te extenúan y donde las voces femeninas resuenan por encima de la entreplanta con valentía mientras la percusión no cesa.

Así se las gasta la Sun Ra Arkestra, composiciones donde sigue vigente la filosofía de su fundador, en las que el avant-garde se combina con el free jazz y la improvisación no está reñida con la magnificencia. Disfrutar de temas a dos voces como ‘Love In Outer Space’ o ‘Space is The Place‘ o ver al maestro Allen darlo todo a los vientos marcianos a la par que se suena los moquillos es motivo suficiente para salir contento de un recital de esta índole, pero si además sumamos grandes éxitos de la banda (‘Velvet’, ‘Ra#2′,’Saturn’…) y apoteósicos momentos de una orquesta que incluso baja a tocar entre las butacas para hacer aún más partícipes al público de su culto podemos abandonar nuestro asiento con la sensación de haber elegido bien.