6 julio 2024
Noches del botanico
Esta publicación va dedicada a mi primo, Fernando Giraldo, quien falleció el año pasado a los 52 años. Era un fan acérrimo de la banda Simple Minds y había viajado en repetidas ocasiones con sus amigos para verles.

 

En el marco de la inminente visita de Simple Minds al festival Noches del Botánico el 24 de julio, venimos a celebrar su música. En esta ocasión, nuestro propósito es recordar cinco canciones que simplemente nos encantan, sin entrar en debates sobre cuál es la mejor o la peor. Cada canción tiene su propio encanto y significado, y nos emociona compartir este momento.

Simple Minds experimentó una evolución notable desde sus primeros días como una banda de post-punk y new wave hasta convertirse en iconos del pop masivo en los años 80. A menudo recordados por su éxito más grande, “Don’t You (Forget About Me)”, su legado abarca mucho más que este tema.

Formada en Glasgow en 1977, la banda experimentó cambios de formación frecuentes, pero siempre estuvo liderada por Jim Kerr y Charlie Burchill. Aunque inicialmente se centraron en un sonido post-punk y new wave, fue con su tercer álbum, Empires And Dance en 1980, cuando comenzaron a explorar una mezcla futurista de rock, synthpop y elementos electrónicos.

Durante los primeros años de los 80, produjeron álbumes aclamados pero subestimados, que combinaban el art-rock con ganchos pegadizos, evidenciando su habilidad para el pop puro. A medida que avanzaban hacia el arena-rock con Sparkle In The Rain en 1984, y luego hacia el éxito masivo con Once Upon A Time en 1985, su sonido evolucionó hacia un enfoque más comercial.

Aunque “Don’t You (Forget About Me)” se convirtió en su canción más famosa, su carrera abarcó una amplia gama de estilos y géneros musicales. Su legado merece una reevaluación más allá de sus éxitos más conocidos, reconociendo su contribución a la música de los años 80 y su capacidad para reinventarse a lo largo de los años. Elegimos 5 canciones.

 

Top 5. “I travel”

El vocalista de Manic Street Preachers, James Dean Bradfield, ha sido conocido por regalar copias del tercer álbum de Simple Minds, “Empires and Dance”, y este álbum fue una influencia clave en el aclamado álbum “Futurology” de los Manics. El hipnótico sencillo de 1980 que abre el álbum es típico del tesoro de aventuras e invención que llevó a Bradfield a llamar a los primeros Minds “dioses cristalinos … mi iglesia”.

Es otra clase magistral de Forbes en post-punk, con un bajo futurista, inspirado en la vida nocturna de Berlín, mientras que la música y las letras reflejan las experiencias de la banda de girar por Europa. La letra de “I Travel” retrata a Jim Kerr como el glasgowiano en el extranjero, impactado por la mezcla de decadencia y pobreza que encuentra entre la arquitectura envejecida de las capitales europeas de la posguerra – “Evacuados y refugiados, presidentes y monarquías” – y la creciente sensación de inquietud de la Guerra Fría.

Kerr comentó que estaban viendo cosas típicas de postal, estatuas, parques y galerías, pero al mismo tiempo, estallaban bombas, como ataques de la Brigada Roja o de Baader-Meinhof, o incidentes como el incendio de una sinagoga en París. Sentían el peligro en el aire mientras viajaban constantemente a Berlín, atravesando el corredor desde Hamburgo, y viendo guardias rusos. Era un momento de consolidación para Simple Minds, donde todo estaba empezando a cobrar forma y a convertirse en su propia identidad.

 

 

 

Top 4.“New Gold Dream” 

1982. Como pieza central, tema principal y punto culminante del logro máximo de Simple Minds, “New Gold Dream” perdura como una de las grabaciones más destacadas y esenciales de la banda. Todo lo que hace de “Someone Somewhere In Summertime” una síntesis concisa de las distintas disposiciones de Simple Minds, es doblemente cierto para “New Gold Dream”. Una canción que se eleva desde el principio y solo aumenta aún más hacia su conclusión, “New Gold Dream” es como otros épicos de Simple Minds en el sentido de que se construye mediante la superposición de varios elementos y riffs hasta que todo explota en detalle sónico.

Hay varios sintetizadores, y cada uno de ellos es perfecto, especialmente en la brillante oscilación que conduce a cada estribillo. Pero lo que lo distingue, aparte de todas sus decisiones melódicas a prueba de balas, es el final. Esta fue la manera de Simple Minds de aprender a desplegar su drama de manera más efectiva y cuidadosa, permitiendo que la canción esté al borde de descontrolarse hasta el final, donde la dejan libre. “Hasta que el mundo arda”, lo llama Kerr. Es casi una creación perfecta en el género del synthpop y es una de las obras maestras de la banda.

 

Top 3. “Big Sleep”

Estamos en la cima de una montaña: la atmósfera es silenciosa, tranquila, etérea. Los teclados de MacNeil y las guitarras de Burchill nunca han sonado tan ligeros y hermosos, y Forbes aporta el funk más delicado imaginable. Con un título que quizás hace referencia a la novela de Raymond Chandler, la cuarta canción de “New Gold Dream” encuentra a Kerr, con solo 22 años, reflexionando sobre cuestiones más profundas.

En apariencia, “Big Sleep” lo muestra preguntándose a dónde vamos todos: cuando dormimos, cuando morimos. Sin embargo, las imágenes elementales parecen contener un reconocimiento inherente de que todos los triunfos, por grandes que sean, son solo pasajeros. De hecho, en el mismo momento en que están en la cima de esa montaña, la banda quizás está escribiendo su propio réquiem para su juventud mercurial: “Estábamos en la cima y el mundo giraba / Solo éramos jóvenes en el torbellino de advertencia … Saliendo en el Gran Sueño, saliendo en el Gran Sueño / Podrían haber sido años, sabes que podrían haber sido años / O solo segundos atrás.”

 

 

Top 2. “In Trance As Mission”

“In Trance As Mission” es una canción hipnótica y atmosférica de Simple Minds, lanzada en 1981 como parte de su álbum “Sons and Fascination/Sister Feelings Call”. La pista se caracteriza por sintetizadores envolventes, ritmos pulsantes y la etérea voz de Jim Kerr, que transmite una sensación de trascendencia y otredad. La producción de Steve Hillage mezcla elementos de rock progresivo y electrónico, creando un ambiente envolvente donde el bajo proporciona una base rítmica sólida. Las letras de Kerr son enigmáticas y abstractas, explorando temas de espiritualidad, conciencia y transformación. El estribillo repetitivo “In trance as mission” añade un toque misterioso y cautivador, capturando la sensación de estar perdido en un estado superior de conciencia.

Aunque no fue uno de sus sencillos más destacados, “In Trance As Mission” se ha convertido en una de las favoritas entre los fans de Simple Minds. Representa el período más experimental y exploratorio de la banda, demostrando su habilidad para crear música inmersiva y evocadora. El álbum “Sons and Fascination/Sister Feelings Call” marcó un punto de transición para Simple Minds, alejándose del post-punk oscuro hacia un sonido más orientado al synthpop y al art-rock. “In Trance As Mission” destaca por su complejidad y capacidad para transportar a los oyentes a otro reino, consolidándose como una pieza esencial en el repertorio temprano de la banda.

 

Top 1. “Alive and Kicking”

“Alive and Kicking” de Simple Minds es una canción poderosa y edificante que destaca la mezcla característica de la banda de rock de estadio y synth-pop. Lanzada en 1985 como el sencillo principal de su álbum “Once Upon a Time,” esta pista cuenta con pegadizos riffs de guitarra, baterías enérgicas y las vocales intensas de Jim Kerr. La letra es un llamado a la acción, instando a los oyentes a seguir adelante a pesar de los desafíos que puedan enfrentar. El estribillo, con su repetido “Let’s go higher,” es especialmente memorable y sirve como un grito de motivación para cualquiera que necesite un impulso.

“Alive and Kicking” se ha convertido en una de las canciones más queridas y reconocibles de Simple Minds. Su energía optimista y su mensaje positivo continúan resonando con los fans hasta el día de hoy. El éxito de la canción ayudó a consolidar a la banda como una de las fuerzas dominantes en la escena musical de los años 80, demostrando su capacidad para crear himnos que no solo son pegajosos, sino también profundamente inspiradores. Este sencillo captura perfectamente el espíritu de una banda en su apogeo, llevando su música a nuevas alturas y dejando una marca indeleble en la historia del rock.

 

 

 

En nuestra memoria, siempre. Fernando Pepito Giraldo.

 

Simple Minds

 

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