El viernes 8 de Abril tuvimos la oportunidad de ver a Quique González en estado puro, únicamente acompañado por su inseparable Jacob. Temas desnudos, muchos de ellos rarezas, caras b o simplemente temas que estaban en el olvido, un concierto para el deleite de sus muchos incondicionales.
El concierto comenzó puntual a las 21 horas en el Teatro Apolo, idóneo para este concierto que simulaba estar en el salón de casa, un concierto entre amigos. Todo comenzó al sonido de un piano entonando Reloj de plata que enlazó con Discos de antes. Así tema tras tema y anécdota tras anécdota, supo hilar muy fino el interludio entre canciones.
Llegó el momento de versionar y primero fue un tema de Jackson Browne, que ya había traducido y versionado Enrique Urquijo, These days. Unas canciones después llegó el momento de Serrat con el tema Hoy puede ser un gran día.
El la interpretación del tema De haberlo sabido enlazó el final de ésta con un punteo de El sitio de mi recreo del gran Antonio Vega.
Hubo momentos poéticos con la maravilla creada a raíz de un texto de Kirmen Uribe, No es verdad y una versión del Adelita, una ranchera de principios del siglo XX.
Un concierto íntimo, donde se llega a descubrir un poco más a Quique y ver que en la cercanía no resulta tan tímido como en mayores escenarios. Si tenéis la oportunidad de acercaros a uno de sus conciertos, no lo dudéis disfrutaréis de un Quique interpretando un repertorio mucho más libre, más intimista y en acústico
