30 abril 2024

El rap en Santander es un género minoritario, esto es un hecho. Unido al factor “Ayuntamiento de Santander”, el cual no se luce mucho a la hora de apoyar variedades diferentes de géneros, hace que esta ciudad tenga una escena mínima del citado género. Por eso no me sorprendió mucho que al llegar hubiera una cosa de unas 700 personas que abarrotarían el recinto poco después.

Aún con el retraso que sufrimos en la apertura de puertas, reinaba el buen humor, las risas y el ofrecimiento típico de abrigos de los hombres a sus acompañantes femeninas. Cuando al fin pudimos pasar y antes del comienzo de los conciertos, realizo mi bienamado estudio sociológico del público. Mayoría joven. No joven como los que salen en las esquelas, que hoy en día a todo se le dice joven, sino jóvenes de verdad, con una edad comprendida entre los veinte y los treinta años. También salpican el recinto varias personas de mediana edad, los que han seguido a NACH desde sus comienzos me supongo, y una cantidad realmente grande de adolescentes. Y cuando digo adolescentes digo desde gente que roza la veintena hasta los prepúberes sin siquiera sombra en el bigote. Hubo un rasgo de este último grupo que me llamó poderosamente la atención: la mayoría de ellos iban totalmente estereotipados. Explícome. La gente no iba vestida como si fueran a salir en un videoclip de 50cent, ni mucho menos. Iban con un par de distintivos: ropa ancha, gorras y poco más. Allí nadie se va a meter contigo por tu forma de vestir si cada uno va a su bola. Mi cabeza empezó a pensar. Tiempo ha, el signo de rebeldía en la adolescencia era alistarse en los tercios como tamborilero. Un poco más adelante podías enrolarte en un mercante que te llevase a ver el mundo y también lo veías como algún amigo de nuestros abuelos, yéndote con el circo. Ahora, lo más en aquello de la rebeldía es hacerse de una tribu urbana. Y quien ose contradecirme, que se lo menten a nuestro pasado presidente de gobierno, quien lo sufrió en las propias carnes por medio de sus dos vástagos vestidos con mantas oscuras. A algunos se les pasa (aquellos a quienes nunca tomaron en serio) y a otros no. Pues bien, cuando te encuentras en tu cénit de rebeldía, te esfuerzas realmente por ser el más rapero, gótico, heavy, funky, perroflauta, pijo, hare krishna, extensísimo etcétera, y eso provocó que en el Escenario Santander hubiera una enorme cantidad de adolescentes vestidos de tal manera que parecían víctimas de una sobredosis de MTV Tuning.
…Ah, y el precio en las barras no era nada popular.

Con el frío aún en el cuerpo, saltan al escenario los gaditanos Mowlihawk, con una intro de unos diez minutos del DJ para ir calentando. El show comienza algo flojo, aunque la respuesta del público fue muy positiva. Los temas iban cayendo uno a uno mientras la mayoría de la gente caía en la monotonía, y yo me carcomía por dentro porque no quería escribir una reseña negativa en mi primer concierto de rap en la ciudad. Entonces Mowli para el concierto y amablemente pregunta si nos gustaría que improvisase. Pide que la gente saque las cosas mas raras que lleve encima y se las pase, para así poder improvisar sin que esté preparado. Fue impresionante, mucho mejor que cualquier batalla de gallos que circule por internet. Se lució a base de bien haciendo rimas con estilo durante unos cuatro minutos. El concierto despegó. La gente reacciona y los brazos siguen el ritmo en el aire mientras hacen los coros de “Suena Americano”, “Apertura Mental” o “Se siente”. Se despidieron tremendamente agradecidos al público cántabro. Mención especial hacemos al DJ, que se lució a pesar de ser el que siempre está detrás.

Un brevísimo cambio de escenario y las luces vuelven a apagarse para dar la bienvenida a NACH. Tras la breve intro en la que introduce a su último trabajo “Mejor que el Silencio” se dirige al público con la mayor naturalidad y nos comenta que estuvo con gripazo toda la semana y que le disculpáramos si en mitad de una frase tosía o vomitaba. Los aplausos le arropan y le agradecen el esfuerzo que hace al estar sobre las tablas. Gran sonrisa por mi parte también. No me gusta presumir de mi experiencia, pero tengo la suficiente como para saber que cuando un artista se sube al escenario con las defensas bajas, realizará un increíble esfuerzo para estar a la altura y esto hará que el concierto sea de los mejores de la gira. Como pude saber luego, no me equivocaba. Los artistas verdaderos se suben al escenario aunque luego caigan a plomo sobre él echando espuma por la boca. ¡Gracias NACH!

Nacho es un gran frontman; entabla una relación especial con el público desde que su camiseta blanca resplandece en el oscuro escenario. Lo anima hablando con él y bromeando, es muy cercano. Junto con sus amigos ZPU y Abram, MCs de reconocido prestigio llenan el escenario con su carisma, sus gestos y sus rimas. DJ Joaking, detrás de la mesa no sólo pincha, además participa en el show haciendo beat box, break dance y… Cantando. Con una voz clara digna de una ópera, canta ante la mirada atónita de todos los presentes. Nada común en un concierto así. Si es que esta noche, es de los amos de los platos.

NACH viene presentando nuevo disco, y de él pudimos disfrutar de “Hambre de Victoria”, “Tu”, o “Ayer”. Cada pausa es un espectáculo. En algunas nos cuenta historias, que preceden a sus temas, en otras, enaltece a sus compañeros de gira y, por supuesto, al público congregado en el Escenario Santander esa noche. Incluso paró en medio de una introducción para preguntar por uno de los asistentes, a quien le había dado un soponcio (serán las ostras). Todo un caballero. Más tarde, repasó temas antiguos como “Anochece” o “Te quiero”. Mención especial merece el tema “El Reino de lo Absurdo”, un tema que habla del desengaño del individuo con respecto al resto de la sociedad al ver las incongruencias que ésta contiene. Y es que ya veníamos al concierto sabiendo que NACH no sólo era un rapero, pero ahora ya lo podemos decir sin miedo. NACH es un humanista. Una persona que denuncia y pone en evidencia a muchos a través de sus letras, a la vez que intenta que otros despierten. Gracias a él, nos podemos despedir del estereotipo de rapero de libro, con sus letras típicas (yosoymejorquetu, tengomáspastaquetu, metiroamáschicasquetú…) para abrirnos a un nuevo concepto en el género. Por eso toco madera cada vez que veo la música del otro lado del atlántico. Está tan de moda, es tan mainstream que hay que bucear hasta donde no llega la luz para encontrar una letra escrita con sentimiento, con convicción y con pasión. Ah, la luz del underground. Qué ironía más deliciosa. No os creáis que esto resultó ajeno al protagonista de la noche, que antes de comenzar con el tema “Quieres ser MC”, que interpreta con Abram, les pegó un buen repaso a quienes le critican, luciendo orgullosamente su camiseta con la inscripción “The greatest is love”. Rompedor.

El show se va terminando. Llevamos ya una hora y media y los de las tablas hacen amago de irse. El público estalla cuando vuelven al escenario con Joaking ataviado de médico y la intro de “Efectos Vocales”. Con todo el público coreando cada rima y cada estrofa, NACH y sus amigos se despiden agradeciendo el apoyo. Nos vamos con la sensación de haber presenciado algo grande y nadie en aquella noche pudo borrar la sonrisa de nuestras caras ni las ideas que NACH, despertó en nuestras cabezas.

Gonzalo Garcia Aguirre

1 comentario en «Crónica del concierto de Nach @ Escenario Santander, Santander. Enero de 2011.»

  1. y aqui lo hacen en Porta Caeli!!!?
    Teniendo salas como la my way donde vimos a MORODO!! un sitio idoneo para conciertos de esta embergadura….
    En fin yo espero poder disfrutar de NACH pero en un sitio asi lo dudo

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