18 abril 2024

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X-MEN ORIGINS: WOLVERINE(Estados Unidos 2.009, 107 Minutos, Acción – Fantástico)
Dirección:
 Gavin Hood.
Guión: David Benioff, Skip Woods.
Reparto: Hugh Jackman, Liev Schreiber, Ryan Reynolds, Taylor Kitsch, Will.i.am, Danny Huston, Dominic Monaghan, Daniel Henney, Lynn Collins.
Fotografía: Donal McAlpine.
Música: Harry Gregson-Williams.

Valoración: 5/10

Sinopsis: Una infancia traumática unió a Logan y Victor, dos hermanos marcados además por el gen mutante que les concede impresionantes poderes. Siempre juntos, ambos luchan en todo tipo de contiendas durante todo un siglo. Pero la guerra deja huella en Víctor, que se convierte en una auténtica máquina de matar a la que sólo Logan puede poner freno. Tras una sangrienta operación secreta liderada por el misterioso Stryker, Logan abandona esas actividades y se retira a una vida apacible junto a su amada Kayla. Pero Víctor reaparece y el destino de Logan parece ser ingresar en el proyecto Arma-X, un evento que marcará para siempre la vida del mutante.

Crítica: Desde que Marvel se instauró como compañía cinematográfica, su estrategia ha sido clara. Incluir a cineastas con nombre dentro de la industria y un estilo propio, que pudieran marcar la diferencia en las diversas adaptaciones de sus muchos personajes. En esta línea se fichó a Louis Leterrier para que dirigiera el resurgir comercial de Hulk, a Jon Favreau para componer al ingenioso y macarra de Iron Man y, en teoría, a Gavin Hood para que hiciera lo propio con un personaje tan importante para la editorial como Lobezno. En teoría, Hood debería imprimir al mutante un tono más serio y oscuro y una visión más profunda y analítica de los factores que le convierten en un héroe especialmente interesante. A saber, ese pasado tortuoso y esa lucha interior entre el hombre y la bestia. La filmografía de Hood, ganador del Oscar por Tsotsi, parece inclinarse por esos derroteros más que por el aprovechamiento comercial descarado de una marca. En Lobezno, desafortunadamente, toda esa cuidada estrategia se queda en eso, en la simple teoría, cuando el estudio se disfraza de realizador e interviene sin rubor en la composición de la película. El resultado es una cinta esquizofrénica, con una doble personalidad bien diferenciada. En su comienzo Hood deja su sello con unos magníficos créditos y una trama más centrada en los conflictos entre personajes, para pasar posteriormente a un melodrama en el que la narración se vuelve confusa, exagerada e incoherente, y en la que Marvel insiste en colar a cualquier precio a todo personaje que tiene en plantilla. Ya lo hizo con Spider-Man 3, metiendo a Veneno por la puerta de atrás, y con una X-Men 3 saturada de secundarios prácticamente testimoniales. Nadie duda que esta es una medida publicitaria única, pero a nivel cinematográfico se convierte en una lacra insalvable para la narración, sobre todo cuando esos cameos son evidentemente innecesarios y se desprestigia, en cierto modo, la imagen que se tiene de tal o cual personaje. Caso aparte merece Hugh Jackman. El australiano derrocha talento, carisma y atractivo, pero va necesitando nuevos retos más complejos desde hace ya tiempo. Indudablemente entretenida pero muy lastrada por las citadas manías de su estudio, Lobezno es una nueva oportunidad perdida de una compañía que lucha, como este personaje, entre abrazar un alma cinematográfica pura en la que prime la calidad y el rigor, y esa bestia llamada beneficios y que grita que todo vale.

por Pablo Gutiérrez