29 marzo 2024

La propuesta del ciclo Pop&Dance para ayer noche llamaba la atención por su heterogeneidad, habida cuenta de lo poco que tienen en común los dos grupos que nos presentaban en la sala Joy Eslava: los madrileños Autumn Comets y los gallegos Triángulo de amor bizarro. Los primeros, a quienes con su anterior álbum, ‘A Perfect Trampoline Jump‘, comparábamos con bandas como Two Gallants y Broken Social Scene, han reconducido su carrera con su nuevo disco, ‘Moriréis en Camboya‘, y probablemente sea Low el grupo que antes nos venga a la cabeza si nos ponemos a pensar con quién compararlos ahora. Sobre el escenario cuentan hasta con violín y contrabajo -tienen el aspecto de un supergrupo al estilo Arcade Fire-, lo que dota a su show, centrado mayormente en su último trabajo, de una inesperada solidez. Nos faltó esa especie de pequeño hit que es ‘I Can’t Solve Your Problems Anymore‘, una ausencia que realmente no se les puede reprochar -no hubiera encajado bien en ningún momento del setlist-.

¿Qué podemos decir a estas alturas sobre Triángulo de amor bizarro que no se haya dicho ya? Puede que sea un lugar común y el adjetivo más sobado a la hora de calificar su directo, pero es que es verdad: son una apisonadora. Satisfechos de encontrarse en “un recinto sin mierda y sin Ana Botella”, empezaron el show con el volumen bastante flojo, lo que provocó las quejas del público durante las primeras canciones. Con el problema solucionado, de ningún modo resulta posible hacerles más reproches: su directo es impecable y hasta las canciones más anodinas de su discografía (‘Clara’) suenan redondas; mientras que otras (preciosas ‘Un rayo de sol’ con su “vamos a pudrirnos en un mismo ataúd”, ‘Super Castlevania IV’ y ‘De la mano de las almas oscuras’) directamente funcionan muchísimo mejor en vivo que en el álbum. Entre tanto hit esperado e inesperado, fue imposible echar de menos alguna favorita personal que quedó fuera (‘Mal como efecto de mala voluntad’). Los momentos más álgidos del concierto se produjeron en dos de los temas de su último álbum -lo que pone de relieve la buena forma compositiva en la que se sigue encontrando el grupo después de tres discos-: el “gui-llo-tina” de ‘Robo tu tiempo’ y el “sonríe, hostia” de ‘Estrella mística’, cantado a voz en grito en las primeras filas, donde las ganas de diversión eran más que evidentes, por un grupito de it girls que se sabían la canción de pe a pa. Sigue siendo una pena que tengan esa manía, tan extendida entre los grupos españoles, de no vocalizar lo más mínimo, especialmente si tenemos en cuenta lo lapidario de sus letras, pero si ése es el precio para poder disfrutar de directos como el de anoche, qué duda cabe: estamos más que dispuestos a pagarlo.