29 marzo 2024

 

Nunca había visto la Sala Blanca del el Laboratorio de las Artes de Valladolid tan lleno de jóvenes para asistir a un concierto. Y cuando digo jóvenes, me refiero a chicos y chicas que se lamentaban por haber dejado su DNI en casa mientras el personal de seguridad de la sala les decía que no podían entrar. Esos mismos jóvenes se iban haciendo sitio entre otros no tan jóvenes para alcanzar las primeras filas antes incluso de que comenzase el concierto del grupo invitado. El pasado viernes 8 de Mayo, Pasión Eventos consiguió reunir a La M.O.D.A y a Bicycle Thief a través de su interesante iniciativa: Conexión Valladolid.

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Gracias a la puntualidad del público, la mayoría de los asistentes pudieron disfrutar de la actuación de Bicycle Thief, encargados de abrir la noche. La mayor parte de ellos iban a ver a David Ruíz y compañía, pero otro David, en este caso el creador del grupo vallisoletano, consiguió meterse al público en el bolsillo con temas de su último trabajo como “Garden”, “Fields” o “The witness saw it all”. Los asistentes coreaban y bailaban canciones que no les resultaban tan familiares como las del grupo que iban a ver, y algunos reconocían “Adelante, bonaparte” de Standstill o “The Funeral” de Band of Horses en la voz de David Vila, un showman que, junto a sus compañeros de banda ( Diego Herrero, David Martín y Carlos Flores), derrochó energía por doquier. Así da gusto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Maravillosa Orquesta del Alcohol no se demoró demasiado y se plantaron en el escenario cargados de instrumentos no demasiado habituales en el panorama musical español (mandolina, banjo, saxofón, acordeón). Desde el primer minuto, tanto público como grupo se entregaron completamente al disfrute de la música que hacen los burgaleses, que si bien se suele comparar con la de grupos como Mumford and Sons, parece estar más influenciada por el rock de sus vecinos del norte (no olvidemos que Gorka Urbizu, componente de Berri Txarrak, participa en el disco). modabaja Cortes de su nuevo álbum, La primavera del invierno, fueron entremezclándose con canciones de su anterior disco e incluso, pudimos escuchar algún tema en inglés de sus primeros trabajos. La gente bailaba al ritmo de “Miles David”, “Nómadas”, corearon hasta desgastar sus cuerdas vocales “Los hijos de Jonnhy Cash”, ” Quién nos va a salvar”, incluso hubo alguno que se atrevió a quitarse la camiseta. La rasgada voz de David Ruiz,  iba desgranando canciones a medida que la temperatura del público iba subiendo y desde el fondo de la sala, se podía ver un masa de cuerpos moviéndose al unísono.

 

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El concierto no defraudó a los asistentes, a juzgar por sus caras mientras se precipitaban a comprar los discos y las camisetas que los componentes de la M.O.D.A firmaban mientras se fotografiaban con sus fervorosos seguidores. Sin embargo, a mi me resultó un poco descafeínado, esperaba más energía, más fuerza y me encontré con quiero y no puedo, una propuesta a medio camino entre un rock canalla que se ve claramente que fluye por sus venas y una amalgama de géneros que sin decantarse claramente por ninguno busca la aprobación de todos los públicos.