Dover – Plaza Mayor de Valladolid, 11.09.2008

Dover, los viejos dover, eran uno de los grupos ‘independientes’ -pronto ficharon por una multi- de los que más destacaban y que más masas movían allá por el final de los 90 en España. Tenían un deje grunge (proclamaban a Kurt Cobain como su ídolo) y consecuentemente sonaban duros entre el rock y el hard.

Subieron como la espuma con aquel ‘Devil came to me‘ (subterfuge Records 1997) -de hecho no han vuelto a vender tantos discos como con aquel- ese verano en el que todo el mundo tarareaba himnos como ‘Serenade‘, ‘Loli Jackson‘ o que da nombre al disco: ‘Devil Came to Me‘, y también en parte por la fama (merecida) de sus potentes directos en los que saltabas (pogo en las primeras filas como si fuera un concierto punk), gritabas y salías contento y algo sordo por los decibelios recibidos.

Después fueron defendiendo dignamente su estilo con varios discos grabados ya con la discográfica multinacional y -a pesar de un poco de relleno- seguían teniendo esos singles pegadizos y rockeros, pero en algún momento del camino pasó que Dover se quedaron sin ideas y lo único que facturaban eran discos en esta onda, tanto que ya costaba diferenciarlos. En resumidas cuentas aburrían un poco y mucha gente, entre los que me encuentro, había dejado de interesarse.
Pero ¡sorpresa! en el 2006 rehuyen de todo aquello que odiaban y se pasan al electropop sin mucho gancho, que eso si que vende. Entonces que hacíamos nosotros allí? bueno, pues ver como se lo montan ahora en directo, interés en comprobar como de mal le queda a la voz de Cristina Llanos este nuevo estilo (y si se ahogará cantando en medio de algún estrambótico baile como en aquel vídeo de una gala), si hacen playback,… llamadlo curiosidad morbosa.

Comenzaron con unas canciones del polémico álbum entre las que mezclaron alguna de sus viejas composiciones pero que con este estilo pasaron desapercibidas. La primera impresión fue regular, los nuevos dover en directo hacen uso y abuso de las bases programadas, incluso donde tendría que estar el bajo hay una base. Pero no se queda ahí sino que lo grabado también incluye la mayor parte de los coros (por no decir todos) y algún que otro grito. ¿Ya ni eso, Cristina? con lo bien que se te daba antaño, por lo menos no fumes mientras actúas que todo ira a peor.

Amparo ejerció de sosa maestra de ceremonias alternando entre tres tipos de comentario cíclicamente, véase: “esta cancion se llama blablabla, está en nuestro último disco ‘Follow The City Lights’ y es especial para nosotros.” siempre mencionando el nombre del disco, para que no se te olvide; el clásico peloteo a la audiencia, bastante descarado, donde se alternaban el machacado “estamos contentísimos de estar aquí, es una noche única” con “que fiestas más grandes, que viene gente de fuera” o incluso haciéndose pasar por locales, sacándose de la manga que su tatara-tatara abuelo era de aquí -que nos chupamos el dedo-. Aunque el más significativo era en el que se desquita de las criticas que han recibido por cambiar de estilo, que ellos hacen lo que quieren, a ver si en el fondo les va a preocupar. O no.

Continuaron repasando sus nuevas canciones como ‘You & me‘, ‘Do ya‘ con algunas de las viejas como ‘King George‘ o ‘Devil came to me‘, donde destacó ‘The weak hour of the rooster‘ algo descafeinada pero en un tono ligeramente acústico que no desmereció para nada. Aunque fuese un breve espejismo.

Y es que no se puede basar una actuación, por mucho que hayas cambiado de estilo, en un repertorio con tus canciones viejas cambiadas para que suenen todas igual que tu single nuevoestilero más exitoso, porque no lo dudeis ‘Serenade‘ y ‘Cherry lee‘ -que tocaron juntas- sonaron con esa base rítmica de fondo que tiene ‘Let me out‘, con la que por cierto finalizaron el concierto en un flagrante playback.