27 septiembre 2025
I'm still here

Cartel de I'm still here

Arranca el Festival de Cine de Gijón y lo hace con una de las cintas más polémicas de los últimos meses: ‘I’m still here‘, el falso documental que relata la retirada del actor Joaquin Phoenix a sus 34 años y su incursión en la música hip-hop. Lo llamativo de esta película es que, durante algo más de un año, el mundo entero creyó que Phoenix realmente había dicho adiós al cine, a la razón e incluso a la higiene personal. Pues bien, todo era mentira. La decadencia del actor no era otra cosa que una interpretación más, un proyecto a medias con su amigo y director de la cinta, Casey Affleck, para experimentar y de paso estudiar la relación de los medios con los famosos. En ese engaño está precisamente el mayor interés de este filme: ¿Todo lo que vemos es ficción o existen retazos de realidad? ¿Hasta qué punto los ‘secundarios’ sabían lo que estaba ocurriendo? Ésas son preguntas que el espectador no podrá evitar preguntarse a lo largo de la hora y media que dura la película.

Más allá de la curiosidad por conocer los entresijos de su rodaje, ‘Im still here’ es, sobre todo, un filme desconcertante. Hay ratos en que resulta divertida -el aspecto de Joaquin Phoenix es de por sí bastante cómico-, en otros nos causa enfado, a veces nos emociona, y en un par de ocasiones resulta hasta repugnante. Pero, de un modo u otro, no deja indiferente, y ésa es la cuestión. No sabemos muy bien si es una broma, pretende explorar los peligros de la fama o realizar una crítica a la sociedad actual. Sea cual sea el motivo de esta extravagante aventura, no salimos del cine con la misma atitud con que entramos.

Si algo se puede sacar en claro de ‘I’m still here’ es que a Casey Affleck, como a su hermano, se le da bien dirigir. El joven Affleck mantiene un ritmo magnífico a lo largo de todo el metraje, y, al final, se luce con una última escena conmovedora yde gran belleza. Una escena que cambia tu percepción de todo lo que has visto hasta ese momento, y, que, en mi caso, me animó a inclinar la balanza a favor de ‘I’m still here’. En cuanto a Phoenix, ya se han extendido los rumores de una posible nominación al Oscar, de que éste es el papel de su vida. Cierto que su actuación es brillante -¿y cuándo no lo ha sido?- y traspasa los límites convencionales de la interpretación, pero premiarle por este trabajo levantaría demasiada polémica como para considerarlo.

Lo que a mí me inquieta ahora es el futuro de Joaquin Phoenix. La industria, sus compañeros, los espectadores, ¿podremos darle otra oportunidad después de la horrible imagen que nos ha ofrecido en los últimos dos años? Después de ver ‘I’m still here’, deberíamos hacerlo, más que nunca.