Cada visita de los argentinos El Mató A Un Policía Motorizado a nuestro país se salda con un incremento exponencial de público, si bien en esta última visita han doblado aforo en recintos como Madrid, su éxito también ha sido creciente en otras plazas, en las que el todo vendido se cuelga con relativa facilidad. Atrás queda la época en la que Jota hablaba maravillas de ellos, ahora cualquier asistente a sus directos, o cualquier melómano que pegue un par de escuchas a sus discos, se enamora comodamente de ellos. El Amaiazo también ha tendido sus brazos al recibimiento de la banda en el público más joven, y el relativo boom de las bandas argentinas en nuestro país también suma. Todo es un win win.
La banda sigue ofreciendo la misma energía, ya sea para un festival abarrotado y con el diluvio universal cayendo encima (¡Hola Tomavistas 2018!), que en una sala intruso para poco más de un centenar de personas.Aquí radica el éxito de los argentinos, en que la perfección y la sencillez van unidas tanto en su personalidad como en la calidad de sus composiciones. Así siguieron demostrándolo en su segunda fecha en la capital, el pasado jueves 20 de febrero, ante un OchoyMedio lleno hasta los topes y donde la falta de cobertura se paliaba con cánticos y conversaciones entregadas.
De súbito (Bueno, tras una hora de espera desde la apertura de puertas y la infinita cola para entrar al OchoyMedio) ‘La Otra Dimensión’ era el motivo de esta nueva gira. Disco que la banda publicaba el pasado año en un tono más sosegado al que nos tienen acostumbrados. Desde ‘Buscando Más allá’ y con unas proyecciones hipnóticas, la atmósfera adecuada para adentrarnos en el particular cosmos de los pives. Desde las primeras notas el público extasiado se marcó un buen karaoke al compás de temas como ‘La Cobra’ (Quiero Vivir con Vos!), meneándonos al ritmo instrumental de ‘La Sintesis O’Konor’ o adentrándonos
en la oscuridad figurada de ‘Las Luces’. Proyecciones animales y canticos para celebrar ‘El Perro’ o desenterrar ‘El Tesoro’. Con todos los asistentes metidos de lleno en su atmósfera, era inevitable fundirse en una abarrotada sala en la que el sudor y los botellines yacían y emanaban alma propia.
Fueron argentinos hasta para calzarse bises, no se conformó la banda con uno, dos, tres o cuatro temas, una ristra imparable de hits de la banda fueron cayendo hasta bien entrada la noche ‘hasta el final del final’, al grito de ‘Querés otra más?’. Así fueron implacables consiguiendo sacar a los allí presentes todas las ganas posibles para corear ‘Chica Rutera’, ‘Más O Menos Bien’, ‘La Casa fantasmal’, ‘Chica de Oro’ o ‘Ahora Imagino Cosas’…podrian haberse quedado hasta el amanecer, seguro que lo habrían hecho bien acompañados…
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