26 septiembre 2025
blockparty arganzuela 2025
Blockparty Arganzuela 2025: Sueño de una noche de verano.

Blockparty Arganzuela 2025: Sueño de una noche de verano.

Hay algo que hace especial al Blockparty año a año, y eso que tampoco llevan muchas ediciones, pero es el hacer que prime el buen rollo y el condensar en una tarde un buen puñado de grupos que el masificar un recinto penalizando a las bandas y al mismo público. Los festivales veraniegos masificados con el copia-pega de turno están en cada rincón, pero hacer algo con cariño, buenas bandas y salirse un poco de lo normal es algo por lo que luchar y por lo que apostar, y en estas están los de Heart Of Gold año a año, trayéndonos propuestas de todo tipo para el disfrute de poperos, rockeros y adictos a la psicodelia y a una buena sesión de seleccionadores musicales.

Encontrarse carteles de esta índole como decimos no es sencillo, pero siempre hay un reducto que hace que las cosas pasen y creen comunidad. Festivales en Madrid que se salen de lo habitual y en un pequeño mediano formato cada vez son más complicados, el caché, los costes, las agendas y la sobre programación hacen que muchas veces no demos como consumidores la prioridad necesaria a ciertos tipos de eventos que al final velan por la comodidad de ambas partes y que resisten ante las adversidades para ofrecernos algo fuera de lo común (Blockparty, Tomavistas, Kalorama, etc).

Pero no vamos aquí a dar la gran chapa y vamos a hablar de por qué tenemos que volver a la explanada de Madrid Río al Blockparty cuando volvamos a ser citados.

  1. Las bandas

No hace falta tener más que cuatro buenas bandas para garantizar el buen rollo y la efusividad creciente según pasan las horas. En esta ocasión propuestas diversas fueron haciendo que el atardecer se tornara más risueño y bailongo.

L´exotighost, la banda en la que todo puede ser llevado a la exótica, ecos a la polinesia que bien podría haber tomado Albert Serra para la banda sonora de Pacifiction, o psicodelia tropical que confluye con una banda sonora de Carpenter sin que te des cuenta. Un viaje a paraísos lejanos en el que theremines, ukeleles o marimbas van tomando vida para crear ese microclima al lado del Matadero, una experiencia que los de Javier Díez Ena saben bien es complicado entrar pero más difícil será salir cuando hayas quedado atrapado en su laberinto sónico. Suya fue la labor de abrir la calurosa tarde, obviamente, los que fueron seducidos por su conspiración sónica se quedaron pillando moreno obrero con alegría y alevosía.

Wau y los Arrrghs!!!, que mejor banda para continuar que ellos, el gamberrismo primal hecho carne. Auténticos embajadores del garage punk sin artificios. Una suerte de formación en momento pletórico que bien te espetaban ‘Copa,Raya, Paliza’ que ‘Demolición’ o ‘La Ciudad no es para mí’, todo ello entre pogos, sudor, gapos y euforia. Lo primigenio hecho arte en la pista. El sudor transformado en enérgico soplo de vitalidad y continuidad para los platos fuertes de la noche.

The Mistery Lights llegaban justo cuando el calor empezaba a bajar y cuando la cerveza comenzaba a subir, la mezcla perfecta para que la efusión y sus himnos hicieran el match perfecto para desatar la comunión máxima. Los californianos tienen ese punch que hace permanecer en una nube durante todo el show que perfila el sonido sesentero y setentero sin dejar de lado el garage visceral y la psicodelia renovada. Un volcán en erupción con un escenario que toman como ese altar en el que rendir pleitesía a sus riffs sin piedad. El rock más dirty y lo melódico se dan cita sin parar, coros y voz rota alzándose al cielo. El crowd surfing es invocado, y Demolición vuelve a ser ejecutada, de súbito, dejando claro que hay clásicos que trascienden de manera clara. El repaso a su discografía es impoluto, y los americanos vuelven a salir de Madrid con una nueva legión de fans a sus espaldas.

El plato fuerte por así decirlo era la banda del momento, The Lemon Twigs, el grupo comandado por los hermanos Brian y Michael D’Addario. Si bien tuvieron que retrasar su show por problemas con el sonido en el recinto tras salir a entonar sus primeros temas, su perfeccionismo les hizo salir con más fuerza. Esa obsesión por el power pop, el pop más barroco y la fidelidad de llevar ese sonido de sus grabaciones al directo era de nuevo plasmada en el Blockparty. Una reencarnación entre The Zombies y Beach Boys, una suerte de revival modernizado que hace que el público actúe como una esponja que absorbe y canaliza sus melodías llenándonos de Dopamina y contagiándonos con su buen rollo. Desde ‘My Golden Years’ a ‘Any Time Of The Day’ 0 ‘Ghost Run Free‘ hasta pasar por versión de Los Brincos, ya un clásico de sus pasos por nuestro país. Los Lemon Twigs se hacen grandes a pasos agigantados y es un gusto ser parte de ello.

2. El ambientazo

Si es que no hay nada mejor que un espacio donde fluya todo y se den cita amantes de la música de verdad, respeto por las bandas y tu tiempecito para comprar con calma merchant o un buen vinilo mientras te comes tu sandwich o te tomas tu refrigerio pertinente. Si a esto le sumamos el nivel de disfrute imperante en cada show, todo encaja para ser la tormenta de verano perfecta.

3. El recinto

Cerquita de Madrid Río, cómodo para llegar a la mayor parte de los lugares sin estar pendiente de una pateada máxima para llegar desde tu transporte público o para dejar tu bici cómodamente, pudiendo entrar y salir a tu antojo y encima sonando de diez. La comodidad era ésto.

El próximo año estaremos expectantes ante la nueva edición y volver a vibrar un año más con una nueva selección combinada de géneros imprescindibles.

Fotos : Facebook Blockparty