Mucho más que un concierto, mucho más que música es lo que vivió el afortunado público el pasado 8 de Octubre en el Palacio de Vistalegre de Madrid. Y es que ver a Massive Attack en directo se convierte en una experiencia para todos los sentidos difícil de igualar, aunque a algunos les cueste aceptar que aún tienen cuerda. Quizá “Heligoland” no pasará a la historia entre sus grandes álbumes pero su puesta en escena y la fuerza que los de Bristol supieron transmitir en directo hará que los que estuvimos allí no nos olvidemos fácilmente de lo que vivimos.
La tarde-noche se abrió algo fría y se atisbaban muchos huecos entre el público cuando comenzó a sonar la voz de Martina Topley Bird (también voz en algunos temas de Massive Attack). Ingeniosa, sencilla y con una gran voz, ésta supo conectar con el público que aplaudía y le perdonaba los pequeños fallos con sus samplers. Mucho mérito tiene el subirse a un escenario así completamente en solitario y seguro que se ha ganado unos cuantos fans o al menos curiosos a los que les apetezca escuchar algo más de ella.
Tras ella llegaba el momento esperado por muchos y para entonces el palacio estaba prácticamente lleno. El público se veía entregado desde el primer momento aunque el arranque en forma de rave electrónica con United Snakes (que sólo está en la edición especial de Heligoland) dejó a más de uno bastante impactado. La puesta en escena fue espectacular, luces extremadamente cuidadas que hacían sentirse a uno dentro de las canciones y la pantalla de LED ya utilizada en otras ocasiones por el grupo. En ella se van reflejando a lo largo del concierto cifras, mensajes e imágenes que dejan ver la cara más comprometida del grupo con temas como la pobreza o el medio ambiente. Algunas de las más impresionantes fueron por ejemplo una sucesión de marcas comerciales a toda velocidad al más puro estilo subliminal o los titulares de noticias de actualidad en perfecto castellano, junto con otras más frívolas de diversas celebridades (incluido un personaje español cuyo nombre no mencionaremos en este magazine, pero que arrancó la respuesta del público).
Musicalmente poco hay que reprochar. El temor a la acústica del emplazamiento pronto se demostró infundado. No faltaron temas delnuevo album como Psyche (hipnótico en la voz de Martina), Girl I Love You o Splitting the Atom (con el venerable Horace Andy) y Atlas Air en el primer bis. Sí se echó de menos uno de los bombazos del disco, Paradise Circus, quizá por no contar con la vocalista Hope Sandoval. Una de las partes más fuertes del concierto vino cuando le tocó el turno a los temas de Mezzanine, entre los que no faltaron Risingsong, Inertia Creeps, Mezzanine y Angel. En el directo las atmosferas sonaron profundas y mucho más guitarreras, la única nota “negativa” fue una versión un tanto insípida de Teardrop también en la voz de Martina Topley Bird. Safe From Harm y Unfinished Sympathy en la voz de Deborah Miller nos devolvieron a los viejos tiempos de la banda. Tras el segundo bis la multitud enloquecía y su entrega tuvo premio: nada menos que Karmacoma. Tema enorme para cerrar dos horas de actuación, y que no se ha escuchado en todos los conciertos de esta gira.
Mientras salíamos a la calle se veían entre el público caras de asombro, admiración y verdadera felicidad; y en el ambiente una sensación de que se había vivido algo muy especial. Para casi todos mereció la pena.