27 septiembre 2025
Suzanne Vega
Gracias a Juan T. Gómez y Jose Luis Masmano por las fotos.

Suzanne Vega, con su poética destreza para desentrañar temas complejos con una elegancia sutil, desplegó su talento una vez más en el Teatro Lara de Madrid. Esta vez, en colaboración con un sobresaliente Gerry Leonard y bajo el auspicio de Houston Party y MASGALICIA, ofreció lo que ella ha bautizado como su gira de «Old songs, new songs and other songs».

Las canciones de Suzanne Vega son tan suaves como esas ondas mansas y casi inexistentes de viento que recorrían ayer tímidamente las calles de Malasaña en Madrid, en plena ola de calor. La artista que bromeó con los 101.1 grados farenheit de la capital en alusión a su disco 99.9F°, ofreció un recital de primera en un emblemático Teatro Lara. Este encantador y pintoresco teatro, con sus cortinas y asientos de terciopelo carmesí y detalles dorados, se convirtió en el escenario ideal para una velada repleta de nostalgia y sofisticación, y algo de canícula también. Durante el concierto, los arpegios de su guitarra folk se combinaron con la poderosa guitarra eléctrica de un espectacular y genio Gerry Leonard, colaborador del fallecido David Bowie. Juntos, y sin otros músicos presentes, evidenciaron una notable habilidad para abordar los temas personales y sociales de la artista con una combinación de melancolía y precisión. Un espectador en primera fila bromeó diciendo que ellos dos solos sonaban como toda una banda entera. Le damos la razón.

A sus 65 años, su figura aún se percibe delicada bajo el flequillo que acompañó a ratos con su chistera. En otras con un abanico. Con su voz nítida y su cálida sonrisa, la ganadora de un Grammy y cinco veces nominada cautivó al público desde el primer instante. Vega inauguró la velada con «Marlene on the Wall», una de las piezas magistrales de su álbum debut de 1985, estableciendo el tono y desatando los aplausos para una noche íntima que se volcaba prometedora. A lo largo del concierto, nos condujo por su extensa discografía en lo que ha llamado «Old songs, new songs and other songs Tour», fusionando clásicos de todos sus álbumes con adelantos de futuros lanzamientos, tornándose así en la ocasión ideal para presentar su próximo trabajo, previsto para la primavera de 2025. Tras casi una década sin nuevo material de estudio, la última entrega de la artista fue en 2016, un tributo al escritor del sur de Estados Unidos Carson McCullers.

Suzanne Vega

En el primer avance de su próxima obra, “Speakers’ Corners”, Vega aborda la importancia de mantener estos espacios de expresión pública típicamente anglosajones, donde cualquiera puede manifestar sus opiniones libremente, presentes en parques de Nueva York y Londres. Otro extracto exclusivo de su próximo álbum fue «Rats», donde Vega encara con ironía el problema de las ratas en Nueva York, cuyo número se estima en más de tres millones. Comentó que la situación es tan grave que el ayuntamiento ha convocado una cumbre sobre el tema para este otoño. La canción, con tintes punk, se presentó en el Lara con una voz profunda y ocasionalmente rasposa, respaldada por un riff eléctrico persistente, evidenciando su capacidad para este giro estilístico y confirmando sus influencias de bandas como Ramones o Fountains D.C. Seguro que el fantasma de la famosa actriz argentina Lola Membrive, que se dice merodea por el teatro, estuvo más cerca de su apocalipsis con esta canción.

Sin duda, el escenario resultó ideal para su música refinada y lírica, donde repasó sus cuatro décadas de carrera y practicó también su español aprendido en Duolingo: «Junior quiere un perro. El padre de Junior no quiere un perro» cachondeándose con las frases poco útiles de la herramienta. Resultaría inverosímil no destacar que algunos de los momentos culminantes de la noche llegaron con los éxitos globales «Tom’s Diner» y «Luka» ambas de su álbum Solitude Standing (1987). «Tom’s Diner», famosa por su versión a cappella y su posterior remix dance, reafirmó su habilidad para reinventarse junto a Gerry. «Luka», con su conmovedora narrativa sobre el abuso infantil, repicó intensamente entre los presentes, subrayando el poder de la música para tratar temas complejos con sensibilidad y maestría. Esta capacidad es una característica intrínseca del folk de Vega. No olvidemos que la artista fue una figura esencial en la revitalización del folk durante los años 80.

Sin detallar exhaustivamente su setlist, destacamos algunas de las canciones que pusieron en evidencia una vez más la clara dicción y composicion iluminada de Vega: «99.9» y «Liverpool» del álbum 99.9F° (1987), y «When Heroes Go Down» del mismo disco. También sonaron «Left of Center», incluida en la banda sonora de la película Pretty in Pink (dirigida por John Hughes, 1986), y «Gypsy» del álbum Solitude Standing (1987), donde la guitarra acústica acompañaba cálidamente la voz de Vega. Además, «Tombstone» del álbum Nine Objects of Desire (1996) brindó una atmósfera introspectiva y melancólica que enriqueció la noche pero no más oscura o misteriosa que «Penitent» de Songs in Red and Gray (2001).

Vega avistó como Lou Reed, a pesar de ser conocido por su icónica canción «Walk on the Wild Side», nunca la interpretaba en directo. Ella reveló que a veces integra esta canción en sus conciertos junto con sus temas más icónicos, no como un acto de nostalgia, sino como una ocasión para una conexión auténtica con el público, enfatizando que la gente asiste a sus presentaciones para revivir sus clásicos. Y así ocurrió, todos estábamos allí para comulgar y venerar esta interpretación de Lou Reed en Madrid en el primer bis, que desató una vez más el talento de Gerry Leonard junto a «Calypso» y una de nuestras super favoritas «Rosemary». La ovación recibida justificó con creces el gesto de un segundo encore, dejándonos a todos con el corazón colmado y la promesa de regresar. La canción elegida fue la increíble «Blood Makes Noise» con una interpretación próxima al sonido más rockero que nos brindará el próximo abril.

Aunque algunos de nosotros hayamos llegado a conocer a la cantautora después del lanzamiento de su álbum debut en 1985, hemos aguardado su retorno con la misma devoción y admiración. Entre el público, se notó una amalgama de generaciones: desde los fieles seguidores que han acompañado a Vega desde sus primeros pasos hasta los nuevos admiradores que han hallado su música en la era digital. Y por supuesto no faltaba por allí Julio Ruiz. Para todos, el encanto de Suzanne Vega radica en su habilidad para transformar cada concierto en un diálogo íntimo e intercambio profundo de relatos.

Esperamos ansiosos tu próxima aparición y tu nuevo trabajo, Suzanne.

 

 

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