19 abril 2024

INYECCIÓN DE TEATRO Y VIDA

26 de noviembre de 2011. El LAVA acogía LA FUNCIÓN POR HACER, de Kamikaze Producciones. 20:40 horas. Las puertas se cierran. La función acaba de comenzar, ¿o no?

Ser o no ser –rescata a Hamlet Israel Elejalde, que hace de ‘hermano mayor’–, vivir o morir, abandonarse al sueño o mantener los ojos bien abiertos, aunque duela, porque el mundo que viene será de los valientes, de aquellos que supieron ser, precisamente. Y ser es llorar cuando hace falta, seguir caminando pese a los tropiezos, con la mirada al frente. Convivir amigablemente con el miedo, que no está reñido con la valentía. Ser es aguantar, sabiendo que, superado el trayecto, seremos más fuertes.

Todo esto concentra el trabajo de los chicos de LA FUNCIÓN POR HACER: el que se ve en escena (extraordinaria interpretación, intensidad, emoción, reflexión, pasión) y el que no se ve pero arrastra muchas horas de desvelos. No sé si es esperanzador o todo lo contrario, descubrir que hay tanta vida entre los escombros del panorama teatral desolador que la maldita crisis se ha empeñado en dibujar. Poco se puede decir de este montaje sin reventárselo a quienes aún no lo hayan visto (lleva casi dos años de gira, así que deberían ser muy pocos…) o no conozcan ‘Seis personajes en busca de autor’, de Luigi Pirandello, obra en la que se basa la versión de Miguel del Arco y Aitor Tejada. Esta libre adaptación del que ha sido director revelación de la temporada ahonda en las cuestiones más profundas del significado del arte, de la relación entre ética y estética en la experiencia teatral y de la eternidad de las creaciones que sobreviven a sus autores y cobran autonomía fuera de sus mentes para ponerse al servicio de quienes las devoran, los lectores-espectadores.

El sábado la cuarta pared y las otras eran una. Se derrumbaron, sin concesiones. Literalmente. Excelente espacio para esta obra el del LAVA con sus dos secciones enfrentadas abiertas. En realidad no les hubiera hecho falta ningún tipo de escenario a los actores. El escenario era el patio de butacas, y viceversa. La función podría haber tenido la misma fuerza en cualquier otro espacio porque LA FUNCIÓN POR HACER es teatro del que no necesita atrezo. Del de verdad. No ofrece respuestas, suscita preguntas; hace reír y llorar al tiempo; suelta los lastres arrastrados al entrar al teatro, los aplasta, los machaca bien fino en imperceptible polvo, hasta dejar el aire limpio.

Sirvan estas líneas como alegato universal en contra de la desesperación; no solo al equipo de LA FUNCIÓN POR HACER. A todos los ‘teatreros’ del mundo: cuando la certidumbre habite los estudios de los artistas, las salas de ensayo o los escenarios… el arte habrá muerto. No es suficiente que una insignificante voz os grite, desde aquí y desde otros muchos huecos de letras, que no os rindáis. No es consuelo el habitual suspiro compartido: el teatro siempre ha estado en crisis. No lo es porque las malas noticias llueven y duelen. Y la ilusión no alimenta. Pero a veces las palabras sanan y la unidad de unos pocos es fortaleza. Como dice un proverbio africano proclamado a raíz de las ‘movilizaciones indignadas’: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo pequeñas cosas, puede cambiar el mundo”.

Espectáculo: LA FUNCIÓN POR HACER (Kamikaze Producciones)
Dirección: Miguel del Arco
Interpretación: Israel Elejalde, Bárbara Lennie, Miriam Montilla, Manuela Paso, Raúl Prieto, Cristóbal Suárez
Lugar y día: Sala Concha Velasco (LAVA), 26 de noviembre de 2011

1 comentario en «Crónica de Teatro: “La función por hacer”, en el LAVA (Valladolid) – Noviembre 2011»

Comentarios cerrados.