19 abril 2024

SweaterLa [2] de Apolo acogió, el pasado 11 de noviembre, el concierto de la banda berlinesa Art Brut. Además, tuvieron el detalle de poner como teloneros a la banda barcelonesa Sweater, a lo que ya tenemos un cariño especial por aquí. Extraña combinación la de estas dos bandas. Poco o nada tienen que ver entre ellas, pero eso no quita que cada una diese un concierto que les dejaría bien alto.

Sweater es una banda que principalmente podríamos clasificar, y que los puristas me perdonen, de indie-pop. Pero ante todo es una banda que canta con y al sentimiento. Su último trabajo, i, lo demuestra. El formato acústico les sienta como un guante, haciendo que temas como ¿A qué quieres oler hoy? o Mierda de consuelo calen hondo. Sobre todo impresiona la voz del cantante, Víctor, mucho más potente que en el disco, y mucho más penetrante. Aunque su papel era el de meros teloneros, no pudieron evitar acompañar a la actuación con los vídeos del espectáculo de presentación del disco i. Un buen punto para acompañar el inicio de la noche.

Art BrutDespués de esa genial actuación, llegaron Art Brut, los protagonistas de la noche. Y ahí es cuando todo el sentimiento se fue a beber a la barra, triste, y las ganas de fiesta se quedaron en la pista de baile. Lo de Art Brut es difícil de clasificar. Básicamente lo suyo es punk-rock, pero el líder, Eddie Argos, no canta, recita. El mismo se encargó de dejar claro eso nada más empezar el concierto. He de admintir que su último trabajo, Brilliant! Tragic!, no me terminó de convencer, pero su directo mejora con creces esa impresión.

Todo gracias a una cosa: carisma. Eddie consigue ganarse a la gente de la sala nada más empezar precisamente por su forma de cantar y los chistes e historias que cuenta. Consigue que las canciones se conviertan en esa historia que todo el mundo quiere escuchar de ese amigo gracioso, en la barra del bar, con buena música de fondo. La banda no se quedaba lejos. Cada miembro, desde el batería que tocaba de pie, hasta los guitarras, con sus caras raras y complicidad, hacían que el show fuese mucho más divertido. Quizás la bajista se quedó algo más en la sombra.

Tocaron los temas más grandes de este último disco, como Lost Weekend o Bad Comedian, pero fueron temas anteriores los que más destacaron: Summer Job (Art Brut vs Satan – 2009) y la pedida por el público, Emily Kane (Bang Bang Rock & Roll – 2005), ambas con referencias a The Smiths y sus temas Heaven Knows I’m Miserable Now y There Is a Light That Never Goes Out.

Por sacar algún fallo a la noche, lo peor de todo fue el poco público de la sala. Sobre todo el la primera parte, con Sweater. No sé si fue la competencia con Bigott esa noche o qué, pero ambos grupos se habrían merecido más asistencia.

En resumen, una noche con dos caras. La del sentimiento más íntimo con Sweater, su gran vocalista y la banda precisa y delicada. Y la de la fiesta, con unos Art Brut potentes, fieles a ese punk-rock europeo, y con un líder carismático capáz de hacer saltar a toda la sala. Lo tuvimos todo.