A los que dicen que lo de Amaia y Alfred es amor, tendrían que haberse venido el pasado sábado a disfrutar de #Bandada en vez de quedarse pegados frente al televisor. Magia, amor, Intensidad. Todavía no sabemos encontrarle el calificativo exacto a lo que pudimos vivir el pasado 12 de mayo en la Sala Joy Eslava de Madrid dentro del ciclo de conciertos Sound isidro.
Havalina y Rufus T. Firefly nos hicieron vivir unos momentos tan perfectos e inolvidables que quedarán guardados en nuestra memoria porque no solo lograron alterar nuestros sentidos sino que lograron acaparar y revolcar a nuestras emociones y sentimientos. Un auténtico jardín de las delicias en torno al rock y a la psicodelia.
“Havalina tocando Rufus. Havalina tocando Havalina. Rufus tocando Havalina. Rufus tocando Rufus. Y todos juntos tocando todo” Así lo definió Manuel Cabezalí en un momento del concierto y así fue tal y como sucedió. Fue todo un gustazo poder disfrutar de ocho auténticos artistas en vivo y en directo tocando a la vez, armoniosos y conjuntados como si lo hicieran cada día. Rock y psicodelia unidas de la mano en una sala totalmente abarrotada y con un público totalmente entregado.
Abrió el concierto la canción ‘Escribe aquí el nombre de la persona que más quieras’ a la que se sumaron todos los instrumentos. Ya ahí, pudimos ver por primera vez a todos los componentes de #Bandada como se conjuntaban en el directo.
Llegaba el momento de que Havalina tomara las riendas y fue la oportunidad de disfrutarlos en formato solitario tocando ‘Norte’. Y así continuaba el partido de tenis. Rufus golpeaba con ‘Tsukamori’, Havalina respondía con ‘Test de Voith’, Rufus se ponía el traje de Havalina y machacaba con ‘Nacidos de la bruma’ y ya para rematar, todos juntos tocaban ‘Damerol y piedras’ de Rufus T. Firefly.
Un intercambio continuo de guitarrazos, que cuando sonaban al unísono, hacían temblar los cimientos de la sala y seguro que las vibraciones llegaban hasta el escenario principal de Eurovisión. Justo en este instante es cuando se producía uno de los momentos más emocionantes de la noche con Rufus empezando a interpretar ‘Hojas secas’, uniéndose cual hermano mayor, Havalina para continuar deshojando uno de los temas más reconocidos de la banda.
La sorpresa de la noche la protagonizó Julia, batería de Rufus, cuando cogió el micro para cantar junto a Havalina ‘Tengo una pistola’ de Rufus T.Firefly.
‘Objetos personales’ cantada por Rufus, ‘Alta tormenta’ interpretada por todos, ‘Pulp Fiction’ cantada por Rufus, ‘Malditos mamíferos’ interpretada por Havalina… un auténtico toma y daca que lograba introducirnos en su atmósfera de levitación musical a todos los que nos encontrábamos allí.
Poder disfrutar de las dos baterías sonando a la vez, de las guitarras y los teclados totalmente armonizados como una ecléctica orquesta underground, era símbolo y reflejo de la admiración mutua que se tienen entre ambos grupos y sobre todo, entre ambos líderes, Manuel y Víctor.
‘Rio Wolf’ tocada por Rufus, ‘Viaje al sol’ interpretada por Havalina y de colofón final antes del bis, otro de los grandes hits de la banda, ‘Mamut’.
Así llegamos la final del concierto donde ya no había bandas y como Fuenteovejuna, sobre el escenario la única palabra con la que podíamos definir lo que estábamos viendo era ‘talento’. ‘Somos el enemigo’, ‘Incursiones’ y ‘Pompeya’ pusieron la despedida de esta fórmula, que según los propios creadores, no se va a volver a repetir.
Sería una pena que no hubiera una continuación de #Bandada visto el contenido y el resultado final. Sabemos que por separado son unas de las bandas más profesionales del panorama alternativo pero juntos, logran reunir la esencia de cada uno, abrirla y utilizarla de manera delicada para hacernos resquebrajar por dentro.
Esperamos y deseamos que dentro del tiempo que ellos estipulen necesario, vuelvan a ofrecernos este maravilloso regalo.
