29 marzo 2024

Llegamos al Café España pronto, para coger un buen sitio en las primeras filas, y nos sorprendió la relativa escasez de gente, pero es que el puente y un concierto en la Plaza Mayor -un concierto arriesgado, de estos que si no es con dinero público sería imposible financiar, ya sabéis, estamos en época de pan y circo- habían complicado la cita para Luis Ramiro. Aún así finalmente congregó a unas 140 fieles. Una pena que la difícil situación hiciese que el concierto fuese sin banda, que en la ciudad tenemos ganas de variar el formato.

Solo o acompañado, Luis y compañía tienen un público muy fiel en Valladolid, y se nota en las conversaciones que se traen con quienes les vamos a ver, y en los chascarrillos que prodigan (y es que ya tienen que preguntar si nos los han contado o no). Conversaciones con morena del foco, enfermeras, novios de las enfermeras, gente a la que le han dejado desde el último concierto… La misma complicidad y buen ambiente de siempre, del que se sabe querido y que se siente como en casa.

El repertorio no trajo grandes revelaciones. Comenzó con Mayo de 2002, una de las que siempre se piden, y siguió con El Rey de la Pista, primera canción de su último disco, El Mundo por Delante. Disco que, por cierto, incluso a pesar de la edición en CD se vende en tamaño vinilo para disfrutar de la preciosa ilustración de Sarabia. También sonó Puta, uno de los clásicos, y que, al contrario que lo que dijo Luis en directo sí podéis encontrar en uno de sus discos editados, en Tristefeliz.

Fue una noche sin sorpresas pero sin decepciones. El Mundo por Delante fue el protagonista (Pandora, Jorge I, Elemento Inestable…), pero no faltaron las habituales Reloco, Tiovivo (con la que cerró, como siempre, con invasión de escenario), Romper, La Sirena… Me sigue sobrando la (para mí) facilona K.O. Boy, pero esto va por gustos, claro, y eché en falta ya clásicos como Humano o Poemas en el Tejado (aunque desaproveché la oportunidad que dio para pedir temas, todo sea dicho). Al menos hubo tiempo para Cuatro Estaciones en un concierto que a pesar de las más de dos horas se antojó corto. ¡El problema de tener un repertorio tan extenso!

Otro buen concierto que sumar al idilio entre Cuadrilátero Cultural (que se marcaron unos buenos bailes en el escenario) y Luis Ramiro. Una pena no haber podido variar con el formato banda, pero Luis sigue emocionando (y disfrutando) como el primer día.